Mujer pide que encuentren a los responsables de la profanación de la tumba de su padre en Oberá

A poco más de un mes de la misteriosa profanación de la tumba de Reinaldo Claro Ferreyra de 65 años, cuyo cuerpo fue sacado por vándalos tras romper su ataúd, su hija Margarita manifestó que sigue sin entender lo sucedido, y pidió responsables por el macabro suceso ocurrido en el cementerio «La Piedad» de Oberá. La mujer criticó lo fácil que resulta ingresar a la necrópolis, y dijo que «están rotos los alambrados y podés entrar por cualquier lado».

Reinaldo Ferreyra había fallecido a causa de un cáncer de pulmón.

Reinaldo Ferreyra había fallecido a causa de un cáncer de pulmón.

Margarita Ferreyra, quien reside en Posadas, pidió en declaraciones a Misiones On Line que «encuentren a los responsables de este hecho que no puede quedar así».

El ex empleado de la Celo, Reinaldo Ferreyra falleció a causa de un cáncer de pulmón, y sus restos fueron enterrados el 16 de julio de este año.

El 1º de agosto, la ex esposa de Ferreyra fue a visitar la tumba en el cementerio ubicado sobre la ex ruta provincial Nº5 , y se encontró con la tierra removida, y a un costado notó un pedazo de madera perteneciente al féretro. Inmediatamente la mujer dio aviso a la Policía y posteriormente el juez interviniente otorgó el permiso para desenterrar la tumba y comprobar una presunta profanación.

«La tierra estaba removida y eso generó sospechas porque además había un pedazo del ataúd al costado. Entonces se empezó a cabar, y luego de tres paladas se empezó a ver la camisa. Allí nos dimos cuenta que el cuerpo fue sacado del cajón y dejado en otra posición, porque el ataúd estaba debajo del cadáver con muchos daños», relató Ferreyra.

El misterio surge a raiz de saber cuál fue el motivo de estos vándalos para cometer semejante sacrilegio, ya que una intención de robo quedó totalmente descartada debido que el cuerpo del sexagenario conservaba un anillo y una billetera con dinero que sus familiares le habían puesto antes de inhumarlo.

Una de las hipótesis apunta a que los vándalos pudieron haber cometido la profanación en estado de ebriedad. «Es todo muy raro porque después de vaciarse el cajón, que estaba lleno de tierra, se encontró botellas vacías de gaseosa y whisky. Esto despista y cada vez entiendo menos». «Además yo digo, cómo es posible que hayan desenterrado un cuerpo a casi dos metros de profundidad, rompan el ataúd y nadie escuche nada. ¿Dónde estaba el sereno?».

La hija de Ferreyra cuestionó que al momento de pedir explicaciones al encargado del cementerio, «nos dijo que no sabía nada, y que en 30 años de trabajo nunca había ocurrido algo así. Pero igualmente yo pedí un informe del libro de turnos para ver quienes son los serenos».

Los peritos no pudieron confirmar el día del hecho, y «eso pudo ocurrir un o días antes. Además desde Peritaje nos dijeron que ya no van a sacar huellas porque la tierra removida y el paso de los días las borra».

A poco de un mes del hecho, Margarita Ferreyra manifestó que no halló respuestas por parte de la Municipalidad de Oberá, y «mucho menos de los encargados del cementerio».

«Yo quiero que esto se resuleva y que además vean el tema del cementerio, porque ahí se puede entrar tranquilamente sin que los serenos se den cuanta, ya que por los costados hay partes dañadas y se puede ingresar».

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