La víctima tenía catorce años. Agonizó varios minutos hasta la llegada de la ambulancia. El conductor se entregó horas más tarde, estuvo detenido y recuperó la libertad. un policía de civil disparó al aire para disuadir a los vecinos. La tragedia se apoderó una vez más de los caminos misioneros, y esta vez fue en el obsoleto acceso a la capital provincial, sobre la ruta 12, en inmediaciones del Campus Universitario, donde un adolescente de catorce años perdió la vida luego de ser atropellado por un automóvil Fiat Uno, el miércoles pasadas las 23 horas. La víctima, Gerardo Ferreira (14), agonizó unos 20 minutos tendido en el asfalto hasta que la ambulancia llegó al lugar.
Según fuentes consultadas por este medio, el conductor del vehículo involucrado, Sebastián Hardman, estudiante a abogacía de 23 años, detuvo la marcha a unos 100 metros, luego de colisionar con el cuerpo del menor, inclusive habría bajado para ver las consecuencias del impacto, «pero la actitud intimidatoria de un grupo de 5 ó 7 personas hicieron que decidiera huir por temor a que lo linchen», explicó su abogado defensor, Javier Noguera.
Según el relato del letrado, su cliente «manejó sin rumbo por calles oscuras, hasta quedar empantanado, alejado de la ruta, en un callejón sin salida». Fue en ese momento que el joven en fuga decidió comunicarse telefónicamente con el abogado, quien le recomendó se entregase inmediatamente a la policía. Entonces, según esa versión, logró poner su auto sobre el camino y condujo hacia la seccional quinta de la policía provincial; pero por el camino se encontró con un efectivo de la fuerza y, finalmente, contó lo sucedido y se entregó.
Tiro, lío, confusión
Mientras Hardman ponía fin a su fuga, los nervios crecían en el lugar mismo del accidente, donde familiares y vecinos de la víctima clamaban por la llegada de la ambulancia.
Y si algo le faltaba de dramatismo a la escena, una motocicleta pasó por el sitio exacto del hecho, cerca del cuerpo agónico de Ferreira, burlando el vallado policial. Automáticamente los vecinos se abalanzaron sobre el biciclo, intentando ajusticiar a los imprudentes motoqueros, pero el acompañante sacó un arma y realizó por lo menos un disparo intimidatorio al aire.
Esa persona resultó ser un agente de la Policía de Misiones, del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), «quien utilizó su arma reglamentaria por miedo a ser linchado, aunque de manera imprudente», confirmaron desde la misma fuerza. Además se le inició un sumario interno.
Más tarde, finalmente llegó la ambulancia y los efectivos policiales tuvieron que intervenir para que los paramédicos no fueran agredidos por la masa ofuscada de vecinos, enfurecidos por la demora del móvil sanitario.
El peor final
Todo era nerviosismo y dolor y, finalmente, lo peor ocurrió, Gerardo dejó de existir camino al Hospital de Pediatría, como consecuencia de las serias lesiones ocasionadas por el impacto del Fiat Uno.
Detenido por unas horas
El informe policial afirma que un móvil de la fuerza interceptó a Hardman, lo detuvo y secuestró su auto cuando supuestamente el conductor se dirigía a la comisaría, a entregarse.
Realizadas las pruebas de alcohol en la sangre, el resultado fue cero, el detenido quedó alojado en la seccional décima de la policía, y en el transcurso de la mañana de ayer quedó en libertad supeditado a la causa, caratulada como «homicidio culposo».
