Rovira: «El voto de los misioneros legitima la gestión»

El gobernador consideró que la sociedad valoró un modelo de gestión y de hacer política. Dijo que desde la Legislatura, garantizará la gobernabilidad y que los que gobernarán serán «Maurice y Sandra».

Impresiones. Rovira dio su visión sobre el resultado de las elecciones que a su criterio, consolidaron el modelo de gestión.

Impresiones. Rovira dio su visión sobre el resultado de las elecciones que a su criterio, consolidaron el modelo de gestión.

El gobernador Carlos Rovira comenzó a cerrar un ciclo. Tras ocho años de estar en el Gobierno y armar un espacio de poder inédito en la provincia, que rompió con el tradicional bipartidismo, el 10 de diciembre le traspasará el poder a su «amigo», Maurice Closs, el otro gran protagonista del entramado político que en 2003 dio vida a la Renovación. Esa Renovación que el domingo logró otro resonante triunfo, pese a una feroz campaña opositora iniciada el año pasado, cuando el oficialismo tropezó con el intento de reforma constitucional. Visiblemente satisfecho por lo hecho y por haber logrado consolidar ese poder aún con escisiones varias, anoche se prestó al diálogo con un grupo de periodistas en una de las oficinas del Centro de Convenciones.

«El resultado electoral legitima la gestión», aseguró como balance general de las elecciones. Agradeció a los misioneros que volvieron a depositar su voto de confianza en la Renovación y llamó a los «adversarios» -nunca enemigos- a sumarse para «construir una provincia en paz».

«El resultado fue contundente. Ganamos en 53 municipios y con una fuerza en la capital», se entusiasmó.

Aunque sostiene que la presidencia de la Legislatura no le quita el sueño y dependerá de «una decisión colegiada», anticipó que desde su banca «buscará dar gobernabilidad, como la que no tuve yo en mis primeros años de Gobierno con minorías legislativas».

«La gobernabilidad es esencial para los misioneros y para que no se detenga el crecimiento. La oposición está bien, pero no debe haber obstrucción, porque los ciudadanos quieren una construcción en paz», advirtió.

«Que quede claro que los que gobernarán son Maurice y Sandra. Yo acompañaré como un militante y aportaré la experiencia. Siempre para unir, contribuir, porque yo sé lo que es sufrir que el que se fue se meta en la gestión», indicó en referencia a su rol como conductor de la Renovación.

Rovira consideró que el resultado electoral del domingo también dirimió una interna dentro de la Renovación y «ordenó las cosas». Y aunque lamentó que el vicegobernador Pablo Tschirsch no admitiera la derrota, consideró que será él el que le dé explicaciones al pueblo sobre su doble juego de seguir dentro del Gobierno y cuestionar a la gestión.

Sin embargo, reveló que muchos militantes y dirigentes que respondieron al Frente para la Victoria, se sumaron a los festejos del domingo.

«En definitiva somos renovadores y si el vice no hubiese tomado la decisión que tomó, la Renovación hubiera obtenido un resultado electoral aún más amplio y tal vez inédito en la historia de la provincia».

Rovira no quiso anticipar si buscará ser el presidente de la Legislatura, pero negó que esa pretensión tenga que ver con intentar meterse en la línea de sucesión. Insistió en que buscará dar gobernabilidad a través de «consensos», pero también dio su opinión sobre el futuro gobierno comparándolo con los problemas que tiene Michelle Bachelet en Chile, quien cambió a todos los funcionarios que trabajaron con Ricardo Lagos y ahora tiene problemas de gestión.

«A veces, un cambio aparente, no necesariamente puede ser lo mejor. No hay recetas infalibles», señaló.

«No tengo arrepentimientos, por eso del hombre y sus circunstancias. Pero siempre fue mi norte la defensa de lo institucional, no como otros candidatos que siguen presentándose después de haber renunciado a intendencias o a la Presidencia», disparó por elevación en cuanto se le pidió un balance de su gobierno.

También habló «de la soledad del poder» y de «saber recibir lecciones» de las victorias y de las derrotas. «No alimento rencores, termino íntegro, aunque el rechazo a la reforma constitucional fue un golpe muy duro. No lo viví como una derrota, porque fue una consulta, pero se hicieron las correcciones naturales», explicó para explicar como en apenas un año, se pasó de un rechazo masivo a la propuesta oficial, a un contundente triunfo. Finalmente, en un tono más íntimo, eludió calificar a su gestión. «Siempre estudié para sacar un diez, pero la nota la ponen los profesores», comparó.

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