La historia de un escándalo

El escándalo se conoció en los primeros días de octubre, cuando el banco Macro denunció que se extrajeron en forma irregular de sus cuentas más de un millón dólares a través de un amparo concedido por Reyes a Touché por un reclamo de «comisiones mal liquidadas». Sin embargo, el banco nunca tuvo una relación contractual con Touché en el vínculo con el Estado misionero y simplemente actuaba como agente financiero de la Provincia, por lo que mal podía ser deudor de Touché. En todo caso, el reclamo debería haberse realizado contra la Provincia, que tampoco reconoce la supuesta mala liquidación y asegura que en realidad, Touché cobró demás. El Macro amplió después sus denuncias contra el grupo Touché Moreno Ocampo. Apuntó a Víctor Bonifato, un supuesto apoderado de la empresa que comanda Caamaño, quien fue el encargado de presentar el recurso de amparo ante Reyes. Además de retirar el dinero del Macro, Bonifato presentó documentos a Rentas para facturar otros tres millones de pesos.

La ruta del dinero

La acusación contra Reyes derivaría en una causa penal por estafa, que se sumará a la que ya fue presentada por el Macro. Pero la gran pregunta de los funcionarios judiciales es cómo recuperar el dinero obtenido por Touché & Moreno Ocampo y otros de manera irregular.
Lo que se sabe es que automáticamente, una vez que fueron retirados los fondos del Macro, se depositaron en una cuenta particular del Banco Privado de Inversiones. Pero a partir de allí, el destino es incierto. Otra de las irregularidades cometidas por Reyes es aceptar que Touché ponga como garantía del dinero, bienes de uso, cuando lo normal hubiese sido colocar el dinero en una cuenta judicial de resguardo, con una caución de bienes de capital. O sea, para recuperar el dinero, el Macro tendría que cobrarse con computadores o vehículos de la empresa.

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