El intendente de Posadas asegura que la reforma constitucional presentado no tiene cuestiones de fondo A casi dos años del fin de su mandato, el intendente de Posadas, Jorge Brignole todavía no parece preocupado por su futuro político. Asegura que maneja un abanico de opciones, pero que lo principal es convertirse en el tercer alcalde en culminar su mandato desde el retorno de la democracia. Puede pelear por la reelección, aspirar a un cargo provincial e incluso, si el gobernador Carlos Rovira no se decide por la re-reelección o bien, pretender ocupar su lugar.
Desacreditando las especulaciones sobre su pertenencia o alejamiento al Frente Renovador, afirma que es un «disparate» pensar que se acercó al peronismo por haber compartido un acto con uno de los candidatos a presidir ese partido.
«Con ese criterio, el gobernador lo estaría haciendo en cada acto en un municipio opositor», sentencia.
«Por más que uno tenga diferencias políticas, se puede hablar, que se piense distinto, es una visión chica de la política», sostiene en una improvisada ronda de prensa tras presentar ayer un proyectos para impulsar algunos cambios que, de aprobarse en el Concejo Deliberante, endurecerían el Código de Nocturnidad en la ciudad de Posadas.
Reforma constitucional
Brignole no le escapa a ninguna de las preguntas periodísticas y también opina sobre los principales ejes del debate político actual. «Si la reforma constitucional es sólo lo que se presentó, es entonces únicamente por la re-re, porque no incluye temas de relevancia para la sociedad y no hay propuestas de fondo».
Desempolva su propia propuesta de reforma política que incluye la caducidad de los cargos de los funcionarios de control y judiciales.
«Hace falta una verdadera reforma política. Por ejemplo que se elija un diputado por departamento, para terminar con las listas sábanas que hacen que el posadeño elija a un diputado de Puerto Iguazú que ni siquiera conoce. También es necesaria una reforma a la ley de coparticipación, para que los intendentes terminen con la dependencia del Gobierno provincial y se hagan cargo de las obras de sus municipios».
Por otra parte, advierte que las renuncias de tres ministros del Superior Tribunal de Justicia gracias al régimen especial de jubilación, son una oportunidad, pero también un desafío.
«Debe haber una justicia independiente. No estoy de acuerdo con que la política se meta en la Justicia. No debe haber más jueces adictos y tienen que tener estabilidad para que trabajen libremente, sin presiones de la política o la prensa», apunta.
«Si ponemos otra vez dirigentes políticos en el STJ, va a estar complicado. Pero confío en que Rovira pondrá gente calificada», aventura.
¿Qué opina de la re-re? «Tenemos que esperar que decida (el gobernador Carlos) Rovira su destino político. Mi postura es poco relevante para el conjunto de la Renovación. Pero no debemos trabajar en forma aislada. Si Rovira no va por un tercer mandato cambia todo el mapa político interno y externo y puede haber nuevas alianzas con otros partidos, se anticipa. Si Rovira no es el candidato, la unidad de la renovación correrá riesgos. Hoy por hoy, es el único que aglutina a distintos sectores y a gran parte de la sociedad».
¿Y si no es candidato, usted podría aspirar a sucederlo? «El intendente de Posadas es el candidato natural a ser gobernador. Pero no estoy apurado por las definiciones. Quiero terminar el mandato y llegado el momento, decidiré».
Carta Orgánica
Sin embargo, a Brignole le preocupa otro tema político que, en el municipio, será de debate el año que viene: la reforma de la Carta Orgánica de la capital de la Provincia.
En ese sentio, propondrá límites al gasto del Concejo Deliberante porque es uno de «los anclas del desarrollo. Es una vergüenza para la ciudad».
«Debe ser el Ejecutivo el que decida qué hacer con los recursos y no encontrarse cada jueves -cuando sesiona el Concejo- con nuevos gastos», puntualiza.
Además, pretende que los concejales se elijan por circuitos, como reemplazante al sistema de tachas que fue rechazado por la Justicia y no se podrá insistir hasta que no haya una reforma política.
El Ejecutivo quiere endurecer el Código de Nocturnidad
