La anulación de las leyes de impunidad consolida las instituciones de la República

El bloque de diputados del Frente Renovador celebra el fallo de la Corte
Suprema, que declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y
de Obediencia Debida, restituyendo en el país el sentido auténticamente
republicano de la Justicia, como derecho y como parte esencial del sistema
constitucional argentino. El fin de toda forma de impunidad es, sin duda, un aporte sustancial para
la consolidación de las instituciones de la República. Las presentes y
futuras generaciones de argentinos saben y sabrán que acciones y crímenes lesivos hacia los derechos humanos tendrán, tarde o temprano, el castigo penal que la Justicia les asigne, como corresponde en el estado de Derecho.

Según un comunicado del bloque Renovador, este fallo judicial ha sentado las bases para construir una nueva cultura democrática, en la que las desviaciones autoritarias tendrán castigo, y en la que el respeto a la voluntad popular deberá ser el pilar en que se base la actuación de los poderes públicos.

Debemos aprender de los errores del pasado, en el que los enfrentamientos estériles y las negativas irreductibles empujaron a la sociedad a un clima de violencia que no debemos ni queremos reeditar. Cada exceso de poder, cada acto contrario a los intereses del pueblo, es un agravio más a la democracia que nutre a la República.

Quienes ocupamos funciones de responsabilidad pública debemos
estar atentos para salvaguardar la Constitución, el estado de Derecho y el
equilibrio entre los Poderes, para que los argentinos nunca más ingresemos en una espiral fratricida como la que nos asoló hace tres décadas.
La acción de la Justicia en la búsqueda de la verdad, junto al instrumento
esencial de la memoria, permitirán construir un camino de reencuentro entre argentinos, una etapa de madurez cívica, en la que la voluntad del ciudadano expresada en las urnas sea la guía que oriente a la dirigencia política en la búsqueda de los grandes consensos que conduzcan al desarrollo económico y social sostenible.

Saludamos la larga e incansable lucha de los organismos de derechos
humanos, que desde hace más de 20 años vienen luchando arduamente para lograr que el accionar de la Justicia cierre definitivamente una negra etapa en la historia de los argentinos, y convocamos a los misioneros a asumir el desafío de ser celosos guardianes de su propio destino, con el protagonismo cívico que sólo permite la democracia libremente ejercida y absolutamente respetada.

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