Hace cuatro años se aprobó la «Ley de los talles», que apunta a luchar contra la bulimia y la anorexia juvenil. Comenzará a tener vigencia a partir de la próxima primavera. La ropa tendrá los talles que corresponde según las normas IRAM (medidas antropométricas) y obliga a los vendedores a la producción de ropa más grande y a exhibirla en sus comercios.
La norma se enfoca hacia las empresas de mercado adolescente, y quienes no la cumplan serán sancionados. Las penas van desde los $100 hasta el cierre del local.
Ayer se publicó en el Boletín Oficial la ley 12.665 que, sin dudas, cambiará las costumbres del consumo de ropa en la Argentina. Los fabricantes de indumentaria juvenil no sólo deberán producir talles más amplios, sino que además están obligados a incluir una correcta numeración en las etiquetas de camisas, lencería, pantalones y vestidos reemplazando la tradicional: S (chico), M (medio), L (grande) y XL (extra grande).
Los consumidores podrán, en caso de no conseguir sus talles por ser grandes, hacer la denuncia pertinente, ya que la norma se regirá por el Código del Consumidor (Ley 13.133)
Se terminó la ropa exclusiva para flacas o extra flacas, ahora obligatoriamente los negocios deberán ampliar su mercado a otros nichos más «voluminosos» que incluirán hasta el talle 54 (corresponde a 120 centímetros de contorno de busto), publicó Clarín.
Los empresarios se negaban a la producción de talles grandes porque «son los que más quedan al final de la temporada y las pérdidas son enormes», confesó un diseñador. (Infobae)
