Muchas veces nos preguntamos, las razones. La neurociencia, nos responde diciendo que como seres de supervivencia buscamos ahorrar la mayor cantidad de energías y con ello, conseguir gratificaciones inmediatas.
Estudios basados en la Neuroproductividad, ciencia que estudia los estados mentales para conseguir los objetivos mediante metodología sostenible -la cual tiene como finalidad entrenar tu cerebro para lograr tus metas- sostiene que hay tres factores mentales que nos llevan a estas distracciones: la Acrasia (cuando accionamos en contra de lo que creemos y debemos hacer); la Procrastinación (cuando posponemos lo más importante para nosotros) y por último, el llamado Flinch (cuando sentimos dolor psicológico previo a la acción) como por ejemplo, antes de levantarnos.
La Neuroproductividad evidencia esta teoría al constatar que diferentes herramientas de productividad no funcionan por si solas y esto genera alta frustración. Las creencias y los hábitos son el motor de cualquier cambio verdadero, es con ello, que la Neuroproductividad pretende integrar creencias liberadoras y hábitos neurocientíficos con el fin de entrenar nuestro cerebro para lograr nuestros objetivos de forma sostenible a nivel físico, psicológico y emocional.
La Neuroproductividad también incluye la espiritualidad como eje fundamental para lograr la vida que estamos buscando. El estilo de vida soñado. Porque antes de empezar a hacer sin más para lograr objetivos impersonales, hay que aprender a “ser”, es decir, debemos conocer con precisión cuál es nuestro estado mental actual.
Iniciar una tarea y no acabarla en el tiempo definido, o tener objetivos inconclusos puede generar estrés y desmotivación. Es por ello, que el Doctor Miquel Nadal desde sus investigaciones en Neuroproductividad, nos propone identificar y valorar cada hábito sobretodo los llamados “hábitos ciegos” y organizarse el día en acciones concretas y necesarias (cosas por hacer vs. tentaciones) considerando fechas específicas de inicio y finalización que sean objetivas y precisas para no quedarte a mitad de camino.
¡Como empiezas el día, es como empiezas el resto de tu vida: a menos distracción y a más acción!
(*) Consultoría Luisa Fraga & Asociados