Los investigadores de la muerte de Claudia, la niña de 10 años raptada y también violada, encontraron vello púbico de un atacante. De la casa del principal sospechoso se incautaron de elementos que lo incriminarían. No descartan la participación de un segundo delincuente.
Los investigadores del rapto, violación y asesinato de la nena de 10 años en la ciudad correntina de Santo Tomé hallaron restos de un atacante en el cadáver de la víctima. Un vello púbico correspondiente a un hombre es una de las principales pruebas que podría servir para un posterior cotejo de ADN.
De acuerdo a información conocida por diario época, expertos en pericias levantaron distintos rastros en el lugar donde el viernes a la mañana fue ubicado el cuerpo de la menor abusada sexualmente.
El vello púbico estaba en la zona íntima de la menor, donde se constataron lesiones de una agresión brutal. La pequeña fue sometida vaginalmente.
Está comprobado que Claudia Beatriz Molina perdió la vida a causa de asfixia manual. La estrangularon. Pero se desconoce hasta el momento si falleció antes, durante o después de la violación.
Hasta ayer al mediodía contabilizaban tres los allanamientos de parte de la Policía. El más relevante se produjo en la vivienda de Luis F., de 50 años, el hombre más comprometido en la causa.
Del domicilio de este sujeto secuestraron ropas, sábanas e inclusive una toalla para ser expuestas a una serie de pericias.
Luis F. resultó detenido en la localidad de Gobernador Virasoro cuando regresaba a Santo Tomé desde la ciudad de Posadas, adonde viajó para realizarse una diálisis.
Cuando a eso de las 7:45 del viernes localizaron el cuerpo de Claudia entre los pastos de un basural surgieron las primeras sospechas en torno a este hombre. Una mujer había dicho antes que a eso de las 21:30 del martes vio a la nena ir caminando cerca de la casa de ese sujeto. Es la última referencia en vida de la menor.
El lugar donde arrojaron el cadáver de la chiquita raptada queda a unos 400 metros de su casa, a unos 300 de la iglesia a la cual ella concurrió aquella noche y a casi 100 de la vivienda del principal sospechoso, todo en el denominado barrio La Tablada.
La niña, tras salir del templo cristiano al cual solía concurrir junto a familiares, debía llegar a la casa de una tía, trayecto en el cual se encuentra el domicilio del supuesto asesino.
Amplia búsqueda
El miércoles ya asentada la denuncia en la comisaría de la Mujer y el Menor comenzaron a intensificarse los procedimientos de búsqueda que tuvieron su epicentro durante todo el jueves, cuando policías a caballo y decenas de vecinos a pie recorrieron gran parte de la ciudad distante 390 kilómetros de la capital provincial, a la vera del río Uruguay.
Desde el principio circuló la versión de que la menor había caído en manos de un delincuente. Nunca se había ido por espacios largos y mucho menos sin dar aviso. Primero trascendió que la habían subido a una camioneta, aunque no hubo pruebas certeras para cimentar esa hipótesis.
Integrantes de la comisaría local Primera en colaboración con la comisaría de la Mujer y el Menor; de la Sección Investigaciones de la Unidad Regional V; de la División Canes y de la Dirección de Investigación de Delitos Complejos llegados desde la capital provincial fueron convocados a un trabajo conjunto. Además, con rapidez solicitaron la intervención de Gendarmería Nacional y Prefectura Naval. Todos estaban movilizados en procura de dar con el paradero de la niña cuando surgió la peor noticia.
La ocultaron
La vivienda de Luis F. es donde se presume fue el espacio físico en el que ocurrió el abuso sexual y asesinato. También allí se sospecha que el cadáver estuvo ocultado supuestamente desde la noche del martes hasta la madrugada del viernes.
Claudia perdió la vida aproximadamente alrededor de 48 horas antes de que dieran con su cuerpo. Evidenciaba un avanzado estado de descomposición.
Los rastrillajes anteriores habían incluido el basural donde descubrieron el cuerpo. “Tanto la Policía como los vecinos por su cuenta anduvieron en toda esa zona el jueves y no la vieron. Por eso se trabaja en la hipótesis de que la niña ya muerta estaba en la casa del presunto homicida mientras todos en el barrio la buscaban y pasaban cerca”, explicó a este diario una fuente cercana a la pesquisa.
¿Más de uno?
Si bien el sospechoso número uno es el hombre llamado Luis, en la mira de los detectives están dos hermanos, Juan Carlos y Miguel Ángel L.. Son vecinos y amigos del primero.
Cierta evidencia llevaría a suponer que el homicidio y violación fueron cometidos posiblemente por más de un autor.
Hasta el momento los hermanos están demorados. Pero de a poco la situación de uno de ellos pasó de claro a oscuro.
Todos los testimonios y elementos incautados quedaron a disposición de la juez de instrucción Marina Durán de Pereyra.
“No podemos dejar de lado nada. Es muy reciente todo esto y de a poco vamos a ir clarificando cómo sucedieron los hechos”, dejaron trascender los investigadores.
La causa pasó de una “averiguación y búsqueda de paradero” a un “homicidio y violencia sexual con acceso carnal”, a la cual se sumaría la figura del “criminis causa”, es decir que la acción de matar estaría centrada en ocultar otro delito, en este caso la violación.
Marcha
La conmoción, bronca y dolor en la comunidad santotomeña llevó a que fuera convocada una marcha en pedido de justicia y total esclarecimiento del caso. Desde el viernes circuló la invitación para concretar la manifestación de forma pacífica y en silencio a desarrollarse a partir de las 19 de ayer. Fuente: Diario Epoca