La segunda noche del festival estuvo colmada de presentaciones de variados climas y estilos musicales. El talento indiscutible de rusa María Andreeva y la exquisita presentación de la pequeña violonchelista de Polonia, Zuzanna Bachiminska, ofrecieron un momento sublime en la maravillosa gala que se vivió este martes en Iguazú.
María Andreeva tiene 14 años, toca el violín, el piano y tiene una gran voz. Una auténtica genio de la música. Ha obtenido grandes distinciones en diferentes instrumentos y se ha presentado en escenarios como “El Gran Palacio del Kremilin”, la sala “Tchaikovsky”, el Teatro de Opera y Ballet de Cheboksari, entre otros.
La directora artística del festival, Andrea Merenzon, contó para todo el público que todos los años María pregunta si se realiza el festival. La joven rusa siente a Iguazú en Concierto como su gran familia; allí tiene amigos, grandes maestros y un público que la adora.
Además de la música clásica, la noche contó con la esperada presentación de los Mariachi Oro, la banda venida de Edinburgo, Texas. Con trajes típicos, el grupo interpretó temas tradicionales de la música mexicana. “La tierra del mariachi” de José Hernández y “Qué bonita es mi tierra” de Rubén Flores, fueron celebrados por el público que acompañó con aplausos cada interpretación.
Los chicos del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Jujuy presentaron un repertorio impecable.
El proyecto funciona desde el año 2000 y ha transformado la realidad musical y cultural de la provincia. Actualmente cuenta con 17 grupos orquestales con sedes en San Salvador de Jujuy, Maimará, Purmamarca, Lipán y La Quiaca.
La cuarta sinfonía de Tchaikovsky, cuarto movimiento, fue la pieza elegida para abrir su presentación. El control de cada uno de los instrumentos, la armonía y el vigor de los jóvenes puso de manifiesto la calidad musical del Sistema de Jujuy.
Sergio Segura, el consagrado director, dirigió también “Ana de Miraflores” de Raúl Olarte, una selección de carnavalitos y el tema final: “Sicus” de Sacatripa.
El cierre, fantástico, estuvo a cargo de la Watershed and Wind Marimba Band de Zimbawe. El público se fue colmado de música, arte, alegría y energía tras seis presentaciones que acercaron culturas y ritmos de todos los rincones del mundo.
