El turismo ofrece nuevas oportunidades socioeconómicas y mejores medios de vida para las comunidades

Desde 1980, el Día Mundial del Turismo se celebra el 27 de septiembre cada año. Su propósito es divulgar y sensibilizar acerca del valor social, cultural, político económico del turismo para las comunidades.

Juan Pedro Smorzeniuk, coordinador de la Carrera  Técnico en Turismo, del Instituto Tecnológico Iguazú y Leopoldo Lucas, profesor de la Carrera Técnico en Turismo, reflexionan en este artículo sobre el valor socio-económico de la actividad en la provincia y en el mundo.

 


Cada vez que se decide viajar, y para poder disfrutar del destino que se visita, el turista hace uso de una serie de servicios, contrata lugares donde dormir (alojamientos), lugares donde comer (gastronomía), lugares donde divertirse (cines, teatros, boliches, bares), contrata el transporte (agencias de viajes, taxis, remisses), los servicios de guías de turismo, casas de artesanías, casas de fotografías, supermercados, kioscos y muchos otros servicios”, enumeran los profesionales reflejando toda la cadena de valor que moviliza esta actividad.

 

“El turismo integra el sector de servicios, pero su capacidad para desarrollar otras actividades, directa o indirectamente, le concede una fortaleza especial. La actividad turística genera ingresos por pagos de servicios directos (alojamientos, transportes, restaurantes, atractivos, recreación, comercios de artesanías, etc.) e indirectos, ya que el gasto turístico genera repetidas cadenas de pagos a proveedores de materias primas y personal ocupado; y estos vuelven a gastar ese dinero en su comunidad, en sus barrios. En resumen, desde esas actividades que realiza el turista se desprenden los beneficios para todos. El turismo genera trae divisas y genera trabajo para los que habitan un destino turístico”, remarcan los profesionales.

 

Turismo

“Este año el lema del Día Mundial del Turismo 2014 fue sobre el “Turismo y desarrollo comunitario”, lo que expone el potencial del turismo de ofrecer nuevas oportunidades socioeconómicas y mejores medios de vida para las comunidades de todo el mundo, a la vez que recalca el papel fundamental que tiene la participación de las comunidades en la promoción del desarrollo sostenible”, reflexionan Smorzeniuk y Lucas.

 

Finalmente, consideraron que el turismo es una actividad humana sustentada en las personas, construida sobre la interacción social, y en este sentido, solo puede perfeccionarse si integra a la población local estimulando valores sociales como la participación, la educación, la pertenencia y la mejora continua. Al mismo tiempo, no puede haber un verdadero desarrollo del turismo si ese desarrollo obra de algún modo en detrimento de los valores y la cultura de las comunidades receptoras o si los beneficios socioeconómicos que genera no llegan a percibirse directamente en las comunidades. Como estipula el Código Ético Mundial para el Turismo de la OMT, “las poblaciones y comunidades locales se asociarán a las actividades turísticas y tendrán una participación equitativa en los beneficios económicos, sociales y culturales que reporten”.

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