Lo dijo el fiscal Javier Ochoaizpuro, que investiga el brutal crimen. El nene según surgió de la autopsia que se realizó durante la noche al cuerpo del nene de 9 años, que ayer apareció muerto en un descampado de Lincoln. Por el hecho está detenido Adalberto Cuello, ex pareja de la mamá de Tomás.
A Tomás lo mataron «inmediatamente después de desaparecer». Así lo estableció la autopsia que se realizó durante la noche al cuerpo del nene de 9 años, reveló esta mañana el fiscal Javier Ochoazpuro. El cuerpo sin vida de Tomás Dameno Santillán fue encontrado en la tarde de ayer. Estaba con su delantal blanco, las zapatillas verdes de lona y su mochila roja. El pequeño, a quien el pueblo de Lincoln buscó incansablemente durante más de ochenta horas, tenía hematomas y un golpe mortal en su cabeza.
Por la muerte del niño está detenido su padastro, Adalberto Cuello (36), un hombre con quien la madre, Susana Santillán tuvo un bebé de 7 meses (Martín) y una relación tormentosa y con separaciones en los últimos años. El fiscal Ocoaizpuro dijo que «hay elementos para suponer que esta persona sería la responsable» del crimen de Tomás.
La venganza porque no le dejaba ver al hijo de los dos, habría sido el móvil. Y además investigan si algún familiar lo ayudó en la ejecución del crimen.
El cuerpo de Tomás fue hallado pasadas las 18.30 horas por un grupo de chicos voluntarios, que colaboraban con Defensa Civil. El cuerpo apareció en una chacra, a más de 3 kilómetros del pueblo, propiedad de la actual pareja de Cuello. Terminaba así una larga jornada de rastrillajes, de despliegue de policías a pie, en motos, a caballo y por aire. Una búsqueda que terminó con un cadáver.
Tomás, hace tres días dejó de tener apellido, para Lincoln, un pueblo de 32 mil habitantes. Salió de la escuela a las 12.15. Y no llegó a su casa. Su madre, Susana (28) hizo la denuncia en la comisaría del pueblo a las 12.40 horas. Ya, desde ese momento, sospechó lo peor. A la una de la tarde de ese mismo martes, los sitios digitales de Lincoln y las radios ya tenían la noticia del pequeño desaparecido.
Desde ese primer momento la desaparición de «Tomy», para los vecinos de Lincoln, tuvo una marca trágica. No solo porque se trata de un pequeño pueblo, donde los chicos van a la escuela caminando o en bici, y llegan en diez minutos a su casa. El caso Candela, que como en todo el país, los linqueños siguieron día a día, estaba muy fresco.
La investigación apunta al ex padrastro del pequeño. Guillermo Santillán (48), el tío de Tomás, describió la difícil relación de Cuello (albañil y ex remisero) con el pequeño.
«Tomás vino a vivir tres meses a casa. Cuando veía a Cuello parecía que veía al diablo. Le tenía pánico», dijo. Incluso su hermana le confesó, en una de esas separaciones, que «Adalberto no lo quiere al nene».
La relación entre Cuello y Susana Santillán duró unos dos años. Pero con idas y vueltas. Tuvieron un hijo. «Cuando estaba embarazada, él se tranquilizó un poco. Pero al final, Susana se tuvo que ir», dijo Guillermo.
Esa separación terminó con Susana en la calle, con sus cosas. Se fue a vivir, hace tres meses, a una casa de la calle 25 de Mayo, uno de los accesos del pueblo, y a solo tres cuadras de la plaza principal.
Susana trabaja en la cocina de un restaurante. Su hermano Guillermo confirmó que Cuello no le pasaba alimentos por el pequeño pese a que había hecho un reclamo judicial.
Durante las ochenta horas de la investigación y casi otras de interrogatorios, Adalberto Cuello no se quebró. Nunca pudo explicar con precisión qué hizo entre las una y las tres de la tarde del martes. Para el resto tenía una coartada.
«No puedo creer que esto pase», decía anoche Guillermo Santillán, el tío, mientras miraba las luces de los móviles de la Policía Científica, perdidas en el medio de la nada. Incrédulo, al igual que miles de linqueños que miraban por televisión la noticia. Horas después y espontáneamente, marchaban a la comisaría para transmitir su estupor.(Fuente: Clarín)
