El programa del ministerio de Educación de la Nación implementó la distribución de un cuadernillo que contiene sugerencias para la lectura en voz alta, ya que la idea es que se promueva la lectura en escuelas públicas y privadas y pretende que durante quince minutos todos los días en las aulas se implemente dicho hábito. La responsable del plan de Lectura provincial Claudia Santiago dijo que «todo el país va a recibir ese material». Explicó también que en Misiones hace tiempo se viene trabajando en las escuelas para recuperar ese hábito. Claudia Santiago, la responsable del plan Lectura Provincial explicó en ese contexto que «todavía no conozco el material pero lo que sí básicamente estaría bueno comentar que nosotros estamos trabajando como hormiguitas desde el 2.004 con todas las escuelas y maestros. En realidad se han instalado bibliotecas en todas las escuelas y lo importante es volver a construir el hábito de la lectura que no se hace por obligación ni por decreto, sino con el día a día y creo que de a poco nuestras maestras lo están haciendo».
Santiago explicó que «en realidad nosotros pensamos que la lectura en voz alta parte siempre de la maestra o de un adulto, poniendo la voz a circular y compartiéndola con los mismos chicos que se tienen que animar a perder la vergüenza, la timidez, y eso va mas allá de quince minutos como plantea el programa. Esta lectura tiene que ver con todas las disciplinas; leer literatura es lo que mas adormecido esta. Creo que hay que armar escenas y espacios de lectura, que es lo que están haciendo los docentes y ellos están recuperando ese hábito gracias a las buenas bibliotecas».
La responsable del plan Lectura manifestó en radio República que «los papás a veces tenemos poco tiempo, pero podríamos hacer un esfuerzo para leer un fragmento o un texto en voz alta. Escucharnos leer también posibilita un ejercicio que hemos olvidado».
Y en ese sentido añadió: «para eso, leemos todos. El adulto es el mediador principal. No los podemos dejar solos a los chicos. Retomar la palabra siempre viene de uno que sabe más. Y ese lector adulto es el que posibilita que el otro tenga ganas de leer. Y podemos jugar con la lectura. Por ejemplo decirles lee vos mientras tiendo la cama y después yo retomo. No hay que depositar la confianza en el otro para que no se sienta evaluado porque es ahí donde volvemos a contracturarnos y tenemos miedo de volver a leer en voz alta».
Aconsejó que debemos volver a elegir libros interesantes, que sean significativos para los chicos. Hoy en día hay una variedad de textos de literatura excelentes que hay que buscar, indagar y ofrecérselos.
Por último expresó que «todo va de la mano. Si uno tiene un hábito de leer y compartir, la dicción y lo de hablar correctamente se va ejercitando. Entiendo que no tiene que ver con una técnica porque donde nos encerramos en ella, dejamos de entender que la lectura y la literatura la escritura tiene que ver con el diálogo con poder hablar fluidamente y poder expresarme con la mayor variedad de palabras que puedo encontrar en el universo de mi idioma. Pero para eso necesito naturalizar más la acción» dijo.
