80 años de historia

El origen de CMPC S.A. se remonta a 1918, año en el que entra en funciones la fábrica de cartón gris de la Comunidad Fábrica de Cartón Maipú. El principal socio y organizador era el ingeniero don Luis Matte Larraín, quien un año después fundó la Sociedad Anónima Fábricas Chilenas de Papel y Cartón, que fusionaba la Fábrica Esperanza, perteneciente a Ebbinghaus, Haensel y Cía con la Fábrica de Cartón Maipú. El decreto Nº 589 que dio vida legal a la empresa está fechado el 12 de marzo de 1920 con la firma del Presidente de la República de ese tiempo, don Juan Luis Sanfuentes. El capital inicial fue de 900 mil pesos, repartido en 9 mil acciones en poder de 44 accionistas y como Director Gerente fue nombrado don Luis Matte Larraín.El crecimiento de la naciente empresa fue sostenido. En 1927 entraron en funcionamiento una hidroeléctrica y una fábrica de celulosa de paja. De una producción inicial de 2.200 toneladas anuales de papel de envolver y cartones se llegó a la cifra de 9 mil toneladas anuales apenas una década después. En el intertanto, a las dos máquinas papeleras del principio se sumaron dos pertenecientes a la antigua fábrica Victoria y luego una quinta, traída desde Quillota.En 1930 comenzaron los estudios sobre el pino insigne para la obtención de celulosa, el que sería un primer paso para el gran desarrollo forestal de las décadas siguientes. En 1936, la Compañía ya cuenta con 8 máquinas papeleras y se concreta la adquisición del Ferrocarril Eléctrico del Llano del Maipo. Se crea la División Forestal, a cargo de la administración de los primeros predios, en Tomé y Chiguayante. Se inicia una política habitacional mantenida hasta hoy, al construir en las cercanías de la fábrica ubicada en Puente Alto 200 casas para empleados de la empresa. Ese año falleció don Luis Matte Larraín. Con el estallido de la II Guerra Mundial se dificulta el abastecimiento de celulosa y repuestos desde el exterior. A pesar de esas carencias, la empresa sigue creciendo al adquirir en 1940 el predio Los Pinares, en Chiguayante, que posee una de las reservas de pino insigne más importantes de la región. En 1942 se adquiere la Compañía Chilena de Celulosa y Papel, lo que implica hacerse cargo de instalaciones ubicadas en Valdivia que no contaban con los equipos necesarios para su funcionamiento. A pesar de eso, con nueve máquinas papeleras, la empresa abastece el total del mercado nacional de los papeles de envolver e impresión (incluyendo parte del utilizado por los diarios del país). En 1947 se soluciona el problema de las instalaciones en Valdivia y comienza a funcionar la décima máquina papelera. En 1951 se toma una decisión trascendental para el futuro: construir una fábrica de celulosa y otra de papel de diarios. Después de varios meses de negociaciones, en 1953 se firma un convenio con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento que le otorga a la Compañía un préstamo de 20 millones de dólares. El 1 de abril de 1957 entra en funciones la fábrica de papel ubicada en Bío-Bío, cuya producción será de alta calidad. Superadas ampliamente las necesidades nacionales, el siguiente paso se da en 1958, cuando la Compañía inicia sus exportaciones de papel de diario a Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay y Uruguay. La fábrica de celulosa de Laja comienza a funcionar en 1959 con una producción anual de 70 mil toneladas, utilizando el pino insigne de las plantaciones locales. CMPC S.A. fue la primera empresa del país en fabricar celulosa y papel de diario a partir del pino insigne, lo que constituiría el punto de inicio para el desarrollo forestal chileno. Durante la siguiente década, la empresa atravesaría situaciones difíciles. El terremoto de 1960 dañó las plantas de Bío-Bío, Laja y Valdivia. En esta última las faenas se detuvieron por varios meses. Sin embargo, los planes de crecimiento continuaron. A fines de 1961 se organizó un aserradero en Concepción, en conjunto con Forestal S.A. y, luego de una minuciosa preparación, en 1965 se incorporó a la fábrica de Puente Alto una nueva máquina papelera con el fin de producir papel higiénico. Otro hito importante fue la ampliación de la fábrica de celulosa de Laja, lo que significó alcanzar 220 mil toneladas anuales, de las cuales gran parte fue destinada a la exportación. En 1970, la producción de papeles alcanzó a las 150 mil toneladas. Desde la ganancia de 1,6 millones de dólares obtenida en las exportaciones en 1958 se había llegado a la cantidad de 29 millones anuales. A pesar de estos buenos resultados, la delicada situación política y el plan del gobierno de la época para estatizar la economía provocó serios problemas a la empresa, que se vio amenazada en su rentabilidad. Tras una dura lucha para evitar el traspaso forzado de la Compañía al Estado, sobrevino la crisis política de 1973, después de la cual CMPC S.A. puso en marcha una acelerada normalización de actividades. Con el fin de mejorar su competencia en el nuevo escenario de los mercados internacionales, la Compañía inicia una descentralización de la administración, creando dos áreas principales: mercado interno y exportaciones. En 1980 empieza a funcionar la planta de papel tissue con capacidad para 30.000 toneladas anuales. Por otro lado, ese año la Compañía debe lamentar la pérdida de don Arturo Matte Larraín, uno de los fundadores. Después de un período de difíciles ajustes económicos en el país, entre los cuales se incluye el impacto local de la recesión de 1981, hacia mediados de la década la situación se estabiliza y comienza un nuevo período de desarrollo sostenido. En 1986 muere don Jorge Alessandri Rodríguez, que fuera Presidente de CMPC S.A. por más de cuatro décadas, cargo que sólo dejó durante el período de su mandato como Presidente de la República (1958-1964). La búsqueda de la eficiencia y el aumento de la participación en mercados internacionales siguieron siendo objetivos primordiales en la política de CMPC S.A. Lo primero significó racionalizar las operaciones y reorganizar administrativamente a la empresa. Lo segundo se buscó tomando en cuenta las ventajas comparativas de Chile para el desarrollo del recurso. Para mediados de la década de los ’90 la empresa estaba consolidada como el complejo forestal más importante del país, con una dotación de 10.000 trabajadores y una producción de 371.000 toneladas de papel y 660.000 toneladas de celulosa anuales. En 1996 se exportaron por primera vez más de 10.000 m3 de madera sin nudos a Estados Unidos, así como 15.500 m3 de madera estructural a Inglaterra. Se concluyó la modernización de la Planta de Laja, lo que significó una inversión de US$ 136 millones de dólares. La crisis económica en 1998 tocó a la Compañía, que se vio obligada a grandes esfuerzos para mejorar la productividad, la calidad y el servicio a sus clientes con el fin de ser más competitiva a nivel mundial. En el área de comercialización de maderas, la difícil situación en Asia obligó a orientarse hacia mercados de Medio Oriente y Norte de Africa para así evitar la baja en los volúmenes de ventas y el cierre temporal de aserraderos. Con la conclusión del proyecto de ampliación de la Planta Santa Fe la empresa alcanzó la capacidad de producir cerca de 1.000.000 de toneladas de celulosa anuales, mientras que en el área de Papeles se iniciaron dos proyectos de envergadura: la Planta Maule, con un potencial de producción de 150 mil toneladas de cartulina al año, que permitirá explorar la exportación de ese producto a Latinoamérica y Europa, y por otro lado, la modernización de la fábrica de papel periódico de Inforsa que significará un aumento de 70 mil toneladas anuales. Desde el visionario proyecto de don Luis Matte Larraín a la actualidad, CMPC S.A. ha recorrido un largo camino hasta la posición que ocupa hoy, orientada a consolidarse como una gran empresa multinacional latinoamericana.

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