El tradicional restaurante de la ciudad de las Cataratas realizará la fiesta aniversario a fin de mes junto a «los amigos de la casa». En el encuentro habrá anécdotas, música y la cordialidad que siempre los caracterizó.
Pablo Bauzá, en el salón principal del restaurant.
Cava subterránea con más de 400 etiquetas nacionales e internacionales.
Uno de los lugares más tradicionales a la hora de elegir donde almorzar o cenar, en la ciudad de las Cataratas, es La Rueda 1975.
Ubicado estratégicamente y desde el inicio sobre la avenida Córdoba de Iguazú, el restaurante es un clásico de la región que conjuga tres décadas en tres palabras: dedicación, calidez y sabor. Este mes, el lugar, cumple 34 años y lo festejará en los últimos días de septiembre junto a los amigos de la casa, en una celebración donde habrá anécdotas, música y la cordialidad que siempre los caracterizó.
«La Rueda, 1975» se destaca hoy por perzonalizar cada plato. Se especializa en surubí, dorado y pacú, pescados típicos de los ríos Paraná e Iguazú, los mejores cortes de carne de Argentina y pastas elaboradas artesanalmente con gran variedad de salsas. Dentro de los postres se pueden degustar exquisitas tortas, frutas y mousses con sabores tropicales.
Al respecto, Raquel Júcano enfatizó «las especialidades se pueden dividir en 3, en pescados tenemos pacú, dorado y surubí, luego tenemos las pastas que son amplísimas y después tenemos una carta muy diversa con cortes de carne de exportación, lo que puedo decir es que en los 3 segmentos se trabaja muy bien, la gente disfruta mucho de los platos y nosotros nos sentimos a gusto cuando vemos que están conformes».
En referencia a los detalles arquitectónicos del lugar, se destaca por haber sido construido con materiales autóctonos de la zona (tacuaras y maderas mesopotámicas, entre otras) en su interior, el restaurante posee un espacio escultórico único con un mural en bajo relieve basado en la mitología guaraní. El complejo está dividido en 4 espacios, hay un salón para eventos, hay otro salón que es una cava subterránea con más de 400 etiquetas de vinos, nacionales e internacionales. Y además La Rueda, 1975, posee una terraza al aire libre y el salón principal con un mural en relieve hecho por un artista brasileño, el piso es de ladrillos trabajados especialmente a mano y el techo es rustico con detalles acogedores.
Un poco de historia
Raquel Júcano, a cargo del departamento comercial y esposa de Pablo Bauzá (propietario), señaló en dialogo con Misiones On Line que «los padres de Pablo vinieron de Buenos Aires porque allá había mucha inseguridad y la vida se estaba poniendo peligrosa y difícil. Así que decidieron venirse para Iguazú y poner un restaurante. Fue muchísimo esfuerzo en esa época, más difícil para ellos porque no eran de Iguazú».
Raquel agregó que «se llama La Rueda, porque cuando mis suegros llegaron a Iguazú, unas personas que los ayudaron les regalaron una rueda de carro para que lo pusieran en algún lugar si les gustaba. Y a ellos les encantó el gesto, así que lo utilizaron como símbolo y le pusieron La Rueda al restaurante, y con el paso del tiempo, nosotros creímos que era oportuno agregarle 1975 en memoria a la trayectoria que tiene el emprendimiento familiar acá, por eso se llama La Rueda, 1975».
En cuanto a los platos de los comienzos, la esposa del propietario recordó «la familia es de descendencia española e italiana, así que siempre les gustó cocinar y comer muy bien. Cuando llegaron mi suegra desarrolló y elaboró platos espectaculares con la fusión de la cocina internacional que ella conocía y con productos autóctonos de la región. Todo tuvo muy buena aceptación por parte de los comensales».
Raquel también dijo que «hoy el restaurante es el orgullo de la familia, tiene capacidad para 250 personas y trabajan unas 25 todos los días. Está dividido en 4, hay un salón para eventos, hay otro salón que llamamos El Jardín, donde hay una cava subterránea con más de 400 etiquetas de vinos, nacionales e internacionales. Además tenemos una terraza al aire libre y el salón principal con un mural de relieve hecho por un artista brasileño, el piso es de ladrillos trabajado especialmente a mano, el techo es rustico con detalles acogedores. Un lugar muy lindo realmente donde la gente se siente a gusto».
Con respecto a la celebración que realizarán a fin de mes, la encargada del departamento comercial adelantó «para festejar queremos invitar a toda la gente que siempre estuvo al lado nuestro, que nos ayudó y que también hizo posible que hoy el restaurante sea lo que es. Nosotros creemos que sin el apoyo de los que nos eligieron esto no hubiera funcionado, así que sentimos que el restaurante es un poco de todos. Por eso la familia quiere convocar a todos los amigos de la casa para disfrutar de este festejo en el que habrá anécdotas, música y otras sorpresas. Que podamos recordar juntos y entre todos los grandes momentos que vivimos aquí, pero más que nada, lograr lo que La Rueda siempre quiso transmitir, que es que los invitados se sientan como en casa y parte de la casa».
