Cambio climático: estudian modificaciones en las aves en Misiones y el Amazonas

Aves que migran, especies que pierden el color de sus plumas en Misiones y otras del Amazonas que evolucionaron por falta de comida achicando sus cuerpos o alargando sus alas para ahorrar energía en vuelo. Casi todo es causado por el cambio climático, dicen biólogos misioneros, o por la deforestación y el calentamiento global sostienen en Brasil.

Por: Patricio Downes

La señal de alarma llegó desde el “pulmón de la Tierra” compartido por Brasil con otros nueve países. Y rasgos similares se observan en suelo misionero, señaló el docente de Biología especializado en aves, Roberto Fabio Genesini. aves en Misiones y el Amazonas

“Creo que el efecto del cambio climático en las aves de Misiones va a ser mucho más grave”, .señaló Kristina L. Cockle, investigadora científica del Instituto de Biología Subtropical (CONICET-UNaM) en Iguazú. La doctora en Biología estudia a las aves en interacción con su entorno, investigando desde su historia de vida hasta la resiliencia de las comunidades.

“No hay vuelta atrás” en el cambio de conducta y distribución de la avifauna, dijo Genesini, también fotógrafo de naturaleza además de docente de biología animal en el nivel medio y profesorado, donde hace más de 15 años es jefe de cátedra. Riguroso, no se aventuró a afirmar que el cambio climático sea el causante de todos los males. “Sí afirmo que en los últimos años hemos notado una dinámica poblacional sin precedentes en el NEA; hablo de Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Sólo se explica -se comprende- bajo una mirada de impacto ambiental”, dijo.

Con alrededor de 600 especies (de 573 a 600) en Misiones “es poco serio dar un número cerrado” porque nuevas especies son desplazadas desde Brasil y norte de Corrientes, para anidar en nuestra zona. Una joya de la inmigración es el Tachurí Siete Colores–contó el biólogo- llegado de Entre Ríos. A la encandilante belleza de su plumaje, suma un raro y hermoso gorjeo “con el pico cerrado” señalan en Aves del NEA.
La demostración de la evolución de la avifauna del Amazonas es fruto de un nuevo estudio de 77 especies de aves publicado por sus autores principales, Vitek Jirinec y Philip Stouffer en Science Advances. Por otra parte, ellos y sus colegas analizaron datos sobre más de 10.000 aves no migratorias capturadas, medidas y luego liberadas, en la mayor floresta tropical del planeta. La investigación se extendió por cuatro décadas.

Ahora, según el nuevo estudio, las temperaturas más cálidas obligaron a estos animales a evolucionar. Se demostró que 77 especies de aves del sotobosque estudiadas, disminuyeron en masa corporal. En un tercio de ellas también aumentó el largo del ala. Interpretan los cambios morfológicos como adaptación para economizar energía frente a los aumentos de temperatura y la escasez de alimento.

La doctora Cockle integró hace un tiempo ese equipo investigador y elogió la gigantesca base datos lograda en cuatro décadas. “El trabajo está muy bien hecho, con resultados claros”, agregó. Una investigación similar no existe aún en Misiones, explicó Genesini, aunque coincide con su colega de Iguazú en el impacto de casi 50 días “con temperaturas altas, sensación térmica promedio de 45º” y sequía.

La investigadora del CONICET sostuvo: “En esa parte del Amazonas (donde se hizo el estudio) aún queda mucha selva y ha aumentado en los últimos años. En Misiones está disminuyendo la cantidad de selva, lo que hace que los efectos del cambio climático van a ser muchísimo más graves en nuestra provincia”.

“Con aumentos de temperatura y sequías más extremas, es probable que las aves misioneras también disminuyan en peso. Sería una manera en que las aves se adaptan al cambio climático y sigan existiendo. Pero los efectos del cambio climático en las aves de Misiones irán muchísimo más allá de los cambios morfológicos que ocurrieron en esas aves de sotobosque (que no migran) en una enorme área selvática del Amazonas”, sostuvo Cockle.

Mencionó también la sequía que agiganta el drama de los incendios forestales, que destruye el hábitat de muchas aves que dependen de la selva misionera para sobrevivir. “Estos incendios afectan incluso a los parques y reservas de la provincia – ni siquiera con las áreas protegidas podemos estar seguros de poder proteger 100% a las aves, y por eso es importante conservar selva misionera en todos los lugares donde aún exista – dentro y fuera de los parques”, dijo la integrante del CONICET-UNaM.

El calor intenso perjudica especies como el Pino Paraná (Araucaria angustifolia), “un recurso clave de hábitat, alimento, y nidos, para especies de aves amenazadas como el Loro Vinoso (Amazona vinacea) y el Coludito de los Pinos (Leptasthenura setaria). En cuanto disminuye el Pino Paraná van disminuyendo las aves asociadas”.

Para salvarse de ese “infierno” las aves, explicó Genesini, cambian de hábitat. “Porque cambiaron los tiempos de las estaciones; que lo digan nuestros mayores. En nuestra zona estaban muy bien tipificadas las estaciones; por la fusión de estaciones que hay ahora, me atrevo a decir que el 70 % del año es verano”.

Cocke señaló que lo que ocurre en Amazonas afecta a Misiones y su avifauna. “Muchas de «nuestras» aves «misioneras» pasan una parte importante de su vida en el Amazonas, el Cerrado brasilero, el sudeste de Brasil o los Llanos de Venezuela. Tal es el caso, por ejemplo, del Milano Tijereta (Elanoides forficatus), el Tangará Picudo (Euphonia chalybea) y el Corbatita Picudo (Sporophila falcirostris). En esos lugares lejanos, los incendios, humo, escasez de alimento, exceso o escasez de lluvia, nuevas enfermedades infecciosas – todos provocados por el cambio climático – también van a afectar directamente a «nuestras» aves. Es difícil estudiarlo, pero sin duda los efectos del cambio climático en esos lugares lejanos provocan, en algunas de estas especies, un aumento en la mortandad, peor condición de salud al empezar su viaje de regreso para Misiones, y una disminución en su reproducción, llevando a que cada vez haya menos individuos en la población”.

Genesini, en base a su estudio y experiencia, comprobó el fenómeno de aves que se mudaron a la ciudad para nidificar y conseguir alimento. Mencionó los casos de “urbanizados”, como el “Anó grande” y “El Federal”. Y más reciente, la sorpresa del Tingazú, Carpintero copete amarillo como indica el blogspot misionero de Aves del NEA. “No digo que es común, pero el oído entrenado capta muy a menudo el sonido del Tingazú en Posadas. Demuestra su adaptación, con esa plasticidad de su sistema digestivo, adaptándose a lo que encuentra”.

Otra magnífica y diminuta, esta vez de Brasil, cruzó la frontera sin papeles y se instaló en Misiones. Se trata del picaflor Amazilia láctea (Diamante de Pecho Zafiro), relató el biólogo Genesini, para quien no es solo efecto de la temperatura sino “también por la deforestación en uno de los ambientes que sufre mucho impacto, el área de Las Catingas en Brasil”.

Agregó que “Misiones es el ápice más austral en el cordón de la Mata Atlántica y muchas aves, registradas solo en Brasil, “bajan hacia el sur buscando lugares favorables para nidificar”. La rotura del paradigma de las estaciones, también barrió con zonas ocupadas por la avifauna misiones. “Hoy, sin temor a equivocarme, el 90 % de la avifauna de Misiones tiene distribución en toda la provincia, lo que habla de esta dinámica poblacional de las especias, buscando nidificar”.

La investigadora Cocke dijo que “el cambio climático no actúa solo”. Interactúa con muchos otros procesos para determinar su efecto en las aves. Los incendios responden a las sequías provocadas por el cambio climático, pero también al reemplazo de la selva nativa por cultivos. No es lo mismo para un ave enfrentar el cambio climático en una enorme área de selva (como en el estudio de Amazonas) que en un paisaje fragmentado con remanentes de selva, como el paisaje que nos queda en Misiones”.

Explicó que a “los efectos del cambio climático se suman el uso de insecticidas y el reemplazo de los ambientes nativos por monocultivos (e.g. tabaco, pino o eucaliptus). Por ejemplo, las aves que se alimentan de insectos en el aire – como los vencejos, los atajacaminos, y las golondrinas – están disminuyendo en todas las Américas. Imaginen que en Misiones estas aves no solo tienen que enfrentar la escasez de alimento provocado por las lluvias y sequías extremas que nos trae el cambio climático”. Describió un “contexto dificilísimo (para las aves) por la pérdida de la selva por los incendios, la escasez de alimento (insectos) provocada por el reemplazo de la selva o los pastizales nativos por pinos exóticos (incluso en algunas áreas protegidas), y la escasez de alimento (y posiblemente efectos tóxicos directos) provocada por las pesticidas”.

Propuso remover los pinos exóticos de todas las áreas protegidas, no apoyar nuevas plantaciones de pinos en Misiones, y promover la cultivación en las chacras según los principios de la agroecología, reduciendo el uso de pesticidas y cuidando todo lo que nos queda de los pastizales y la selva nativa.

“Conozco chacras en el interior de la provincia que se manejan de esta forma y existen varios movimientos locales en ese sentido. Si pudiéramos tener políticas estatales que promuevan ese manejo de la tierra, no solo ayudaríamos a las aves a enfrentar el cambio climático, sino que también ayudaríamos a una gran diversidad de animales y a la salud y bienestar de la población humana”, concluyó la científica del CONICET en Iguazú.

 

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