Faruk Jalaf, al frente de la CESANE, reveló los desafíos de los estacioneros y de los consumidores en Argentina ante la actualización de impuestos y la inminente suba de precios a principios de abril. Destacó el impacto de las diferencias de costos entre provincias y el consumo descendente, exacerbado por la competencia desleal frente a grandes distribuidoras.
Jalaf, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicios y Afines del Nordeste (CESANE), explicó: «Veníamos con impuestos retrasados desde el año 2022, ya se aplicó en enero. En febrero se aplicó el primer semestre del 2023 y en la actualidad está previsto para los primeros días de abril el segundo semestre del 2023”, destacó, evidenciando la secuencia planeada para poner al día los impuestos acumulados.
Sobre el aumento estimado de precios, aclaró que “se calcula que va a ser entre un 4 y un 5% aproximadamente por producto, los diesel tienen otra característica los impuestos y otros porcentuales y las naftas tienen otros porcentuales, o sea que va a oscilar entre un cuatro y un 5% aproximadamente y dependiendo de cada marca”.
En la misma línea, abordó la disparidad de precios de combustibles dentro del país, un tema de larga data que sigue afectando especialmente a las provincias. “Antes, en las provincias había igualdad de precios casi en todo el recorrido de las dos rutas. Después dejaron un precio menor para Posadas, que no entiendo por qué, porque había una demanda muy grande de combustibles y sin embargo no había combustible”, aseguró Jalaf, ilustrando cómo esta política creó diferencias significativas en los costos para los consumidores.
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Respecto a la respuesta institucional a estos reclamos, mencionó: “Nosotros hemos hecho los reclamos, que no puede haber una diferencia tan grande, pero los reclamos están siendo analizados nuevamente en la última reunión de CECHA que es la Confederación que une a todas las cámaras del país”.
Faruk también señaló un problema emergente relacionado con la competencia desleal por parte de grandes distribuidoras. “Ahora tenemos inclusive el problema de que vienen de otras provincias, equipos que de combustible y lo venden acá, como es más caro, lo venden acá”, afirmó.
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En relación con el impacto de estos cambios en el consumo, manifestó: “El cliente viene y te dice dame 10.000 pesos de combustible, que era lo que cargaba antes, o sea, sigue cargando los 10 o 15 mil pesos que cargaba siempre, pero el precio de combustible está prácticamente el doble. O sea que las ventas han caído a la mitad en litros y nuestros costos se incrementaron por la inflación”.
De esta manera, cayó notablemente el consumo, sobre todo en zonas fronterizas, debido a que a vecinos como Brasil o Paraguay ya no les conviene más comprar en nuestro país. “Ha caído hasta un 70% en algunos lugares; el promedio de nuestra provincia es un 55% menos de ventas”, indicó.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024
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