Antonio Emanuel Cáceres, quien fue asesinado en Antonio Prado, un estado brasileño de Río Grande do Sul, tenía ilusiones como cualquier joven y le arrebataron la vida en un crimen. Ahora su familia pide justicia y reclama a Cancillería ayuda para repatriar los restos del país vecino.
El misionero había ido hacia Brasil para trabajar en la cosecha de uva y pretendía regresar a Misiones para reencontrarse con su familia y conocer a su sobrina recién nacida. “Él iba venir este viernes para San Pedro y lo mataron. Él soñaba con abrir comprarse su terreno y poder abrir su peluquería para trabajar, como lo hizo siempre”, dijo el familiar de la víctima
Antonio se había instalado en Antonio Prado en los primeros días del año con la ilusión de hacer una buena temporada y poder juntar dinero. “Fue tres meses a trabajar y quería trabajar acá de lo que había estudiado en Posadas que era peluqueria”, contó su hermano Maximiliano.
Familiares viajaron hasta Caxias Do Sul y reconocieron el cadáver en la Morgue Judicial. Según señalaron desde la familia, Cancillería Argentina les mintió al repatriar el cuerpo. En el país vecino le piden un millon de pesos para poder cremarlo y entregarlo a su padre.
“Vamos a realizar una marcha para pedir justicia. No queremos que su caso quede impune. Él no fue a otra cosa a Brasil, fue para trabajar y ahora nos devuelven así”, comentó Máximiliano Cáceres, hermano de la víctima.
El trágico hecho tuvo lugar en el barrio Paesse Novo de Antonio Prado, una localidad que se encuentra aproximadamente a 320 kilómetros de El Soberbio, en Misiones, Argentina. Según informes preliminares, el hecho ocurrió alrededor de las 18:30 del domingo, cuando residentes del área alertaron a la Policía Militar sobre disparos de arma de fuego en una vivienda ubicada en la calle Trento.
Al llegar al lugar, las autoridades encontraron los cuerpos sin vida de dos jóvenes, identificados como Emanuel Antonio, argentino de 21 años, y otro individuo de 23 años. Además, dos jóvenes más, de 20 y 23 años respectivamente, resultaron heridos por impactos de bala y fueron trasladados de inmediato al hospital local para recibir atención médica.
En el interior de la viviendas, los agentes de la Brigada Miliar de Brasil descubrieron a otro joven de 22 años y a un adolescente de 16 años, quien estaba en posesión de un arma de fuego calibre 38, cargada con cinco municiones sin disparar. El menor afirmó que el arma era suya, pero negó cualquier participación en el crimen, alegando que acudió al lugar alertado por el tiroteo para brindar apoyo a sus amigos. Aunque fue detenido por las autoridades, su acompañante permanece bajo custodia policial.
Hasta el momento, no se han revelado detalles adicionales sobre la investigación en curso, por lo que aún no se han establecido hipótesis sobre el motivo del ataque. No obstante, se espera que la declaración del sobreviviente sea crucial para avanzar en el esclarecimiento de este violento episodio.
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