En los últimos días, tras la actitud del famoso futbolista Cristiano Ronaldo, quien en una conferencia de prensa cambió las botellas de la más conocida marca de gaseosas a nivel mundial por una de agua, se ha hablado mucho sobre los efectos que tiene el consumo de las bebidas azucaradas para la salud.
En los últimos días, tras la actitud del famoso futbolista Cristiano Ronaldo, quien en una conferencia de prensa cambió las botellas de la más conocida marca de gaseosas a nivel mundial por una de agua, se ha hablado mucho sobre los efectos que tiene el consumo de las bebidas azucaradas para la salud.
Las bebidas gaseosas se consumen en grandes cantidades en todo el mundo y por personas de todas las edades, aumentando su frecuencia en niños y jóvenes, especialmente. Su gran consumo de debe principalmente a la inmensa campaña promocional que las industrias imponen en la sociedad, a sus sabores tan atractivos y al desconocimiento, en muchos casos, de los efectos adversos que trae su ingesta, para nuestro organismo, sin dejar de mencionar que tras la cuarentena por pandemia de Covid-19, se ha incrementado el consumo de las mismas según varias investigaciones.
Mucho se ha hablado y estudiado acerca de las bebidas carbonatadas y sus efectos en la salud humana. Para entender mejor cómo afecta el consumo de grandes cantidades de gaseosa a nuestro cuerpo, primero debemos conocer cuáles son sus ingredientes principales. Todas ellas contienen grandes de cantidades de azúcares simples (sacarosa y jarabe de maíz de alta fructosa, principalmente), altos niveles de sodio, cafeína, dióxido de carbono, colorantes, acidulantes, edulcorantes, conservantes, entre otros.
Los principales efectos en la salud son:
• Provoca sobrepeso: una lata de gaseosa común contiene aproximadamente 10 cucharitas tipo té de azúcar y aporta 150 calorías, las cuales son denominadas vacías, debido a que no aportan nutrientes, sólo calorías extras e innecesarias.
• Afecta al sistema nervioso: contienen una alta concentración de cafeína, la cual ejerce efectos estimulantes sobre el sistema nervioso autónomo y el corazón, por lo cual estimula el estado de vigilia, además de ser un poderoso vasodilatador. El consumo excesivo de cafeína provoca dependencia, dolor de cabeza, arritmia cardiaca, insomnio y ansiedad.
• Predispone a la diabetes tipo 2: su exceso de azucares producen aumentos en los niveles de azúcar en sangre, mayor producción de insulina e inflamación del páncreas, lo cual puede afectar su función normal de manera crónica, si se consume diariamente. Este proceso puede desencadenar una diabetes.
• Puede producir osteoporosis: los ácidos y la cafeína presentes en estas bebidas son dañinos para nuestro esqueleto, debido a que interfieren en la absorción de calcio en los huesos, debilitándolos y produciendo pérdida de masa ósea.
• Produce caries: el azúcar de las gaseosas afecta nuestros dientes, ya que corroen el esmalte dental y pueden causar la aparición de caries.
• Retardan la digestión y producen síntomas como acidez, distensión abdominal, reflujo, flatulencias. Las altas concentraciones de azúcar y el gas son los causantes de estos malestares digestivos, más aún en personas que padecen gastritis.
• Dañan los riñones: las bebidas gaseosas tienen el potencial de aumentar el riesgo de desarrollar cálculos renales, debido a su contenido de ácido fosfórico. Un exceso de este ácido provoca la formación de cálculos renales. Además, el aumento de ácido fosfórico en sangre promueve la liberación de calcio de los huesos hacia la sangre y éste se elimina a través de la orina, la cual se satura y cristaliza formando los cálculos.
• Aumenta los niveles de triglicéridos: debido a su contenido de azucares simples.
• Predispone a padecer el Síndrome Metabólico (patología en la cual los pacientes presentan resistencia a la insulina o diabetes, hipertensión arterial, altos niveles de triglicéridos y colesterol y obesidad.
• Producen deshidratación, pues no aportan agua para las células del organismo, ejerciendo un efecto contrario.
Como podemos observar, el consumo de gaseosas no aporta ningún beneficio para la salud. Debemos tomar conciencia de los efectos adversos que sí provocan al ser consumidas con frecuencia y en grandes cantidades. La recomendación es optar por jugos naturales de frutas, aprovechar los cítricos en esta época del año, aumentar el consumo de agua y dejar las gaseosas para consumo eventual, en situaciones especiales, regulando la cantidad a ingerir.
Principalmente debemos cuidar a los niños y jóvenes, ya que están formando sus hábitos alimentarios y esto resulta fundamental para su calidad de vida actual y en los próximos años. Como siempre recomiendo, no se debe prohibir ningún alimento o bebida, salvo por razones criticas de patologías, sino que debemos elegir inteligentemente lo que queremos para nutrir nuestro cuerpo y mejorar nuestra salud día a día.
Lic. Romina Krauss-Nutricionista
M.P. n° 147
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