Análisis semanal: Licuadora por motosierra

El ajuste de Milei se ensaña con los sectores medios y medios bajos. ¿La casta?, bien gracias, conserva todos sus privilegios. Para las grandes empresas habrá desregulación, así podrán ganar más que antes. Para los productores y los asalariados, más impuestos, retenciones, tarifazo y una devaluación que reducirá a la mitad el poder adquisitivo de los sueldos.

Era mentira, el ajuste no lo va a pagar la casta ni “los delincuentes de la política”. Nunca fue ese plan y muchos ya lo sabían de antemano, pero otros tantos se están enterando por estos días. El que votó motosierra recibirá licuadora y sus ingresos serán la fruta dentro del vaso.

Los espíritus liberales que votaron esperanzados a un candidato que juraba que prefería cortarse un brazo antes que subir impuestos, se terminaron golpeando la cabeza con la reinstauración generalizada de las retenciones a las exportaciones, la suba del impuesto PAIS y la reposición del impuesto a las ganancias que tendrá un piso más bajo al de la última parte del gobierno anterior y con ajuste anual de alícuotas nominales.

El plan que anunció el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo (oportunamente señalado por el propio Milei como responsable principal por la desaparición de los dólares del mega préstamo que el FMI concedió a Mauricio Macri) no retoma ninguno de los ejes de campaña del presidente.

Por el contrario, es todo lo que el león libertario juró que no haría jamás.

Lo único que se mantiene es la idea del ajuste del gasto público, pero no ya sobre las espaldas de “la casta” sino sobre los cansados hombros del ciudadano de a pie, especialmente de los sectores medios que volverán a pagar ganancias y de esa inmensa mayoría que hace equilibrio entre la pobreza y la indigencia, grupo que conforma la prueba viviente de lo nefasto que resultó el gobierno del inoperante Alberto Fernández.

 

Alto para importar, bajo para exportar

Del primer paquetazo del Toto, la medida que tuvo impacto más inmediato fue el nuevo esquema cambiario que consiguió el milagro reducir la competitividad de los exportadores y encarecer las importaciones al mismo tiempo. Eso sí, logró reducir exponencialmente la brecha cambiaria, de efecto pernicioso para la economía.

La cotización oficial del dólar se duplicó de un solo salto. Lo que parecía una buena noticia para los exportadores terminó siendo un tiro por la culata. Porque en el mismo acto en el que se ejecutó la devaluación, se reinstauraron las retenciones para todo el mundo y con una alícuota para nada menor: 15%.

Además, se redujo el porcentaje que se puede liquidar en el mercado del contado con liquidación, pasó de 50% a 20%.

El resultado de la combinación de devaluación con más impuestos fue un dólar exportador a 760 pesos, unos 120 pesos más que el tipo de cambio vigente previamente, valor que no alcanza para compensar la suba de costos producto del fogonazo inflacionario que ya quemó y que seguirá quemando al menos hasta marzo.

El dólar importador escaló más que el tipo de cambio oficial porque el impuesto PAIS aumentó de 7,5% a 17% y se instaló en los 940 pesos.

Con lo cual, un exportador maderero o tealero de Misiones recibirá 760 pesos por dólar exportado y deberá pagar uno de 940 pesos cada vez que compre insumos importados. Esa brecha de 24% penaliza a los exportadores de las economías regionales de todo el país.

El economista Diego Giacomini (examigo, socio y coautor de libros con Javier Milei), hizo un análisis muy puntillose de la cuestión y concluyó que “las medidas de gobierno destruyen la competitividad de las economías regionales”.

Otro que fue muy crítico del programa licuadora fue Carlos Rodríguez, que hasta hace pocas semanas era el jefe de asesores del equipo económico de Milei, “no se puede defraudar tanto en una sola semana”, señaló en un tuit del que también se hizo eco otro liberal de trayectoria, el abogado Carlos Maslatón.

Pero los más perjudicados por la devaluación licuadora de salarios no son los exportadores ni los importadores, sino los laburantes que no tienen más escudo que el propio cuero para soportar la desenfrenada carrera de precios que desató la suba del dólar sumada al incremento de impuestos.

Los supermercados y mayoristas recibieron listas de precios con aumentos de entre 20% y 80% en alimentos, el precio del litro de combustible orilla los mil pesos y todavía falta el martillazo de las tarifas del transporte y la energía, cuyos alcances todavía no fueron precisados.

Desconcertados por el desencuentro entre las expectativas que tenían de Milei y la cruda realidad, muchos de sus votantes comenzaron a compartir en sus redes sociales encendidos llamados a “no comprar más de lo necesario” con la esperanza de frenar así la inflación. Quienes hasta hace minutos eran fieles adherentes al monetarismo puro y duro de repente creen en las distorsiones de mercado.

Quienes sigan este consejo de postergar consumos lo único que conseguirán es pagar más caro porque dentro del programa de Milei la inflación no es un efecto no deseado sino un componente necesario para reducir el poder adquisitivo del salario.

Por otra parte, la inflación que se viene no responde a un recalentamiento del consumo (como ocurría con la nefasta maquinita kirchnerista) que podría atacarse limitando la demanda, esta es una inflación por suba de costos (dólar, combustibles, energía) que no va a bajar porque caiga el consumo. Ese es el tipo de inflación con el que se funden las empresas y cierran las fábricas.

La teoría clásica enseña que el precio es el punto en el que la demanda y la oferta se encuentran. Pero el desamor empieza cuando los costos se entrometen. Es entonces cuando esta relación entre la oferta y la demanda deja de fluir, porque el que vende necesita 10 solo para cubrir sus costos y el que compra solo tiene 8. El encuentro entonces se hace imposible y el resultado es una recesión galopante.

El antídoto más eficiente contra este rodrigazo extendido sería un shock de inversión, algo que todavía no está en el escenario.

En eso de atraer inversiones es en lo que suelen fallar los programas de liberalismo ortodoxo en Argentina, pero Milei espera que su Gobierno sea la excepción y para eso confía en un esquema de reformas que vuelvan al país un destino más amigable para los inversores globales.

Ese paquete de reformas se presentaría la semana próxima, pero todavía no hay mayores precisiones. Se sopone que incluiría medidas tendientes a la desregulación de la economía y de la circulación de capitales, algún grado de flexibilización laboral, la caída de la movilidad automática de las jubilaciones y la privatización de todo lo que sea privatizable. Más que Mises, el modelo es Menem.

 

Impacto en Misiones

La eliminación de las retenciones a las exportaciones de los productos tradicionales de Misiones fue un logro que requirió años de tortuosas gestiones encabezadas por el Gobierno provincial e impulsadas por el sector privado. Bastaron un par de días de gobierno de Milei para que todo eso quedara en la nada y la pichadura de los empresarios fue mayúscula.

Algunos como el industrial tealero Eduardo Goldfart plantearon su desazón a micrófono abierto. En entrevista con este periodista, el empresario aseguró que el nuevo dólar no favorece a las exportaciones de las economías regionales y advirtió que si el Gobierno nacional cumple con el crawling peg de 2% mensual, cuando la inflación corre por encima de los 25%, el atraso cambiario se acumulará con el correr de los meses.

“No quiero hablar ahora, estoy recaliente, estamos peor que antes”, fue la respuesta de otro empresario tealero ante el pedido de entrevista de este medio, mensaje que fue decorado con un sticker que muestra a un personaje de Capusotto descerrajándose un disparo en los genitales.

La caída de la brecha cambiaria producto del “sinceramiento” del precio del dólar y de la reducción de algunos de los impuestos que se aplicaban a la compra de divisa redujo la brecha cambiaria, que pasó de más de 110% a alrededor de 30%, con ello se alejaron los compradores de Brasil y Paraguay.

Si bien Argentina todavía está más barata, las diferencias de precios en las fronteras se redujeron porque en la última semana la inflación aumentó mucho más que el dólar blue.

Para brasileros y paraguayos, la nafta en Misiones pasó a ubicarse muy cerca del parámetro de un dólar por litro, tomando en cuenta la cotización que los extranjeros reciben cuando cambian su moneda en el mercado paralelo, con lo cual en muchos casos la diferencia es tan chica que no justifica la molestia de cruzar la frontera.

 

Yerba y desregulación

Para el sector yerbatero el programa del nuevo gobierno es una nube negra en el horizonte.

Si los exportadores están preocupados por el nuevo esquema cambiario que incluyó la reposición de las retenciones, para los que basan su operatoria en el mercado interno el panorama se presenta todavía más duro.

El ajustazo de Caputo va traer un desplome del consumo y un corrimiento a segundas y terceras marcas.

Una mala noticia para un sector como el yerbatero misionero que destina el 90% de su producción al mercado interno y que desde hace varios años se concentra en levantar la calidad.

Aunque la historia muestra que el consumo de yerba mate es inelástico, es decir que se vende más o menos lo mismo en tiempo de crisis que durante años de bonanza, hay quienes advierten que la crisis que se viene puede ser más severa que todas las anteriores y hasta la arraigada tradición del mate podría sentirla.

Pero más allá de lo que ocurra con el consumo, a los productores les preocupa la posibilidad de la desregulación, política que ya se aplicó en los 90 bajo la presidencia de Carlos Menem y la gobernación de Ramón Puerta, con efectos nefastos para los productores y enormes ganancias para la molinería concentrada.

Durante el tiempo en rigió la desregulación, los precios de la hoja verde llegaron a los niveles más bajos de la historia y todo desembocó en una histórica protesta de productores que se conoció como el tractorazo y que derivó en el nacimiento del INYM.

Los Puerta, el Gobierno de Corrientes y los grandes molinos operan insistentemente en el entorno de Milei para que la ola desreguladora que prepara el libertario alcance al sector yerbatero, lo que haría realidad la peor pesadilla de los productores.

Intentan quitar al INYM la potestad de definir precios mínimos y regular la oferta de hoja verde mediante disposiciones que limiten nuevas plantaciones o cupifiquen cosecha.

 

Batalla ganada y transición desprolija

Se conocieron hoy sábado dos sentencias judiciales de enorme impacto en el mundo yerbatero: la primera tumbó la medida cautelar que había conseguido el establecimiento La Cachuera contra la resolución del INYM que limitó nuevas plantaciones y la segunda dejó sin efecto el recurso de amparo presentado por la misma empresa para que fuera la justicia federal de Corrientes la que resolviera la cuestión de fondo.

En ambos casos la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes dictó sentencias que hicieron lugar a los planteos del INYM en su totalidad, es decir que revocó la medida cautelar y aparte declaró la competencia para entender el amparo del Juzgado Federal de Posadas.

Esas sentencias van a sentar jurisprudencia para todas las demás causas que se plantearon contra la resolución 170 del INYM.

El fondo de la cuestión es que la justicia federal reconoció que el instituto yerbatero efectivamente tiene potestad para fijar políticas que regulen la oferta de materia prima yerbatera cuando haya indicios que marquen la posibilidad de que se produzca una sobreoferta.

La regulación del mercado de materia prima es uno de los reclamos históricos del sector productivo, ya que cada vez que hay sobreoferta de hoja verde, los precios se desploman y los molineros ganan en detrimento de los productores.

Las causas impulsadas por los industriales yerbateros fueron patrocinadas por el estudio encabezado por Daniel Alberto Sabsay, uno de los juristas constitucionalistas de mayor renombre del país y con llegada fluida a la Corte Suprema. El equipo jurídico del INYM le ganó a ese estudio, lo que también representa un hito para el instituto.

Pero no todas fueron rosas esta semana dentro del organismo yerbatero. El desprolijo desplazamiento del representante del Gobierno de Misiones, Ricardo Maciel, de la presidencia temporaria y la elección en su reemplazo del director por la producción, Jonas Peterson, hizo ruido.

El presidente del INYM durante los últimos casi cuatro años fue Juan José Szychowski, quien consiguió logros históricos como la aprobación de la mencionada resolución 170 y protagonizó, junto al entonces gobernador Oscar Herrera Ahuad, gestiones que desembocaron en algunos de los laudos de precios más beneficiosos de la historia para el productor yerbatero.

La buena gestión de Szychowski llevó a que el Frente Renovador lo integrara a su lista de diputados provinciales, cargo que asumió el domingo pasado, lo que motivó que renunciara a la presidencia del INYM.

A la espera de que la secretaria de Agricultura de Nación designara a un nuevo presidente, asumió temporariamente Ricardo Maciel, que había sido designado como vice por el propio Juan José Szychowski con acuerdo del directorio.

Pero un grupo de directores, entre los que figuran los representantes de la industria y de Corrientes, le corrieron la silla a Maciel y pusieron en su lugar al director por la producción, Jonas Peterson.

Maciel entiende que la revocación de su cargo contradice los antecedentes legales que hay en la materia, carece de respaldo legal y se efectuó de manera cuestionable, alterando la sucesión jerárquica definida en la ley, el decreto parlamentario y el estatuto del organismo.

“El directorio no tiene autoridad para designar la máxima autoridad de su organismo. Lo correcto era mantener la resolución de vicepresidencia hasta tanto Nación defina un nuevo presidente y allí sí estaba en mi ánimo presentar la renuncia para que el presidente pueda elegir quien considera de su confianza como para llevar adelante el destino del organismo”, dijo el representante de Misiones.

Los que impulsaron la designación de Peterson entienden que, dado que Maciel había sido designado de forma directa por el presidente saliente y no por una resolución de Agricultura de Nación, el directorio tiene las facultades necesarias para removerlo de ese cargo y designar a un reemplazante.

Cualquiera sea el caso, la presidencia temporaria de Peterson durará apenas los días que le lleve al nuevo gobierno nacional designar a otro presidente para el INYM. Eso siempre y cuando no impulse la derogación de la ley que creó el instituto.

 

Nuevas cámaras

No solo Milei asumió el domingo, también lo hicieron legisladores provinciales y nacionales y se eligieron autoridades en todas las cámaras.

En Diputados no hubo sorpresas y Martín Menem fue electo presidente con amplio acuerdo, pero en Senadores sí hubo giros inesperados que terminaron con un resultado que dejó heridos.

La interna Milei – Villarruel quedó expuesta en la sesión extraordinaria convocada para designar autoridades. El bendecido por el presidente para ocupar el cargo de presidente provisional del senado, nada menos que el segundo cargo en la línea de sucesión presidencial, era el empresario agropecuario formoseño Francisco Paoltroni. Pero Villarruel tejió alianzas para poner en ese lugar al puntano Bartolomé Abdala y a Carolina Losada como vicepresidenta primera.

Lo hizo mediante un acuerdo con todos los bloques menos Unión por la Patria, que es la primera minoría en el Senado, y que se quedó sin cargos.

La vice se anotó una victoria decisiva al demostrar que puede ganar una votación sin necesidad de sentarse a negociar con Unión por la Patria, pero el cambio de nombres en la presidencia provisional sacudió la interna libertaria.

Paoltroni no ocultó su enojo. “Antes que nada, la casta me ha dado la bienvenida. Como muchos saben, estaba postulado por el señor Presidente como Presidente Provisional del Senado. Lamentablemente, para mí es un triste comienzo”, dijo cuando le tocó el uso de la palabra.

“Como decía el Presidente, no somos manada y como también decía el Presidente, el que las hace las paga”, cerró su intervención y la frase se leyó como una amenaza directa contra Villarruel.

El bloque de diputados y senadores nacionales de la renovación, respetando el voto popular de la gente, acompañó a los candidatos que propuso La Libertad Avanza. Aunque sus representantes marcaron claramente que ocuparán un rol de oposición y que ese voto no debe tomarse como un cheque en blanco sino como un gesto republicano de reconocimiento al que ganó las elecciones. Misiones aportó los votos clave porque, sin el apoyo de los legisladores renovadores, Milei no tendría presidente propio en las cámaras.

En Misiones la oposición no actuó de la misma manera. En una maniobra de tintes antidemocráticos quiso hacerse de la presidencia de la Legislatura y colocar a un opositor como tercer hombre en la línea de sucesión del gobierno, a pesar de que el 66% de los misioneros votó para que gobierne la renovación en las elecciones del pasado 7 de mayo.

El traspaso de mando de Herrera Ahuad a Hugo Passalacqua marcó la continuidad en los ejes centrales de una política de Gobierno que fue refrendada de forma masiva por los misioneros en las urnas. Los tres poderes funcionan a pleno conforme a una democracia aceitada en la que priman los valores de la alta política, valores que faltan en la vereda de la oposición y también a nivel nacional, donde no hay liderazgo y priman las peleas internas.

El liderazgo estratégico de la renovación llamó la atención de jóvenes que se acercaron en gran número, militaron, aportaron ideas y ahora ocupan lugares preponderantes en el Gabinete provincial y municipal de Posadas, en primeras y segundas líneas. Los sub 40 tomaron las riendas de Misiones, apoyados en la apertura a las nuevas generaciones que pregona el conductor del espacio, Carlos Rovira. Tienen como estandarte al vicegobernador Lucas Romero a quien se suman cientos de jóvenes en distintos lugares de la gestión.

Las diferencias de modelo son palpables a simple vista. La Renovación arrancó con una deuda atroz heredada de los 90 y con privatizaciones. En poco tiempo equilibró sus cuentas sin pedir plata prestada, y hoy exhibe un comportamiento ejemplar. No sobra nada pero mantiene una política activa que le permite financiar la salud, la educación, el bienestar social, la seguridad social y tantas políticas activas que mantienen el equilibrio de la provincia.

Con el dato adicional de que la Nación le debe aproximadamente 100.000 millones en concepto de regalías por Yacyretá y compensaciones de la ANSES a la caja jubilatoria provincial.

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