Copa Libertadores | Con el misionero Romero como héroe una vez más, Boca venció por penales a Palmeiras y jugará la final ante Fluminense

El Xeneize abrió la cuenta con gol de Cavani en la primera mitad, pero la expulsión de Rojo en el complemento complicó el partido. Piquerez igualó para el Verdao a falta de 20' para el final y Romero se hizo gigante en los penales.

Boca sacó adelante en San Pablo un partido para el infarto, empató 1-1 y tras el 0-0 de la ida fue a penales ante Palmeiras, una instancia en donde sabe que puede descansar en la sapiencia de Sergio Romero, una fija de heroísmo contra los disparos desde los doce pasos. La fórmula no falló, fue 4-2 en el desempate y ahora todo es alegría xeneize, que podrá ir por su sueño en una nueva final de Copa Libertadores, esta vez contra Fluminense.

Claro que antes de eso, el conjunto argentino debió pasar por emociones de todos los colores. De una primera mitad que dominó y en la que se sirvió de la intrascendencia local, a un complemento en el que colaboró con la reacción de su adversario, su entrenador metió algunos cambios que darán que hablar, sufrió la merma numérica y debió sufrir de más hasta el final para arribar a los penales. El resto, es historia.

Más allá de algún momento en el inicio, el gran mérito del Xeneize fue salir a ser protagonista y dar la constante sensación de encontrarse a un pase entre líneas de convertir, con una última línea de tres defensores local que hacía agua. Gabriel Menino fue el primero en amenazar con un tiro que tapó Sergio Romero, pero después los argentinos fueron creciendo en el desarrollo.

A los 23 minutos, Miguel Merentiel logró picar por izquierda con la defensa mal parada, fue una aplanadora ante la marca de Gustavo Gómez y, cerca de la última línea y ante la salida de Weverton, metió el centro pasado que empujó Edinson Cavani por la derecha.

Cuando cerca del descanso Valentín Barco obligó al esfuerzo a Weverton, ya estaba claro que Boca era el gran merecedor del premio de la primera mitad. Habría que ver qué le deparaba el último cuarto de la serie.

En efecto, el segundo tiempo tuvo un devenir de infarto para Boca. Entre que salió demasiado retrasado y los cambios locales, con el ingreso de los jóvenes picantes Endrick y Kevin, Palmeiras cambió la cara y comenzó a apretar. Marcos Rojo no tardó en salvarse de la tarjeta roja, pero le dieron una amarilla que gravitaría muy poco después. Mayke y Ze Rafael le dieron trabajo a Romero.

Con un aire renovado, el Verdao comenzó a buscar por todos los medios el empate y el primero en pagarlo fue el propio Rojo. El central recibió la segunda amarilla y dejó con 10 al Xeneize, con el atenuante además, de que no podrá estar en el partido decisivo del próximo 4 de noviembre.

Para peor, Piquerez puso el 1-1 y llenó de incertidumbres a Boca, que veía como avanzaba el reloj y se complicaba su pase. Sin embargo, el Xeneize supo aguantar los embates brasileños y llevó el partido a la definición por penales.

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Allí, nuevamente Chiquito se hizo gigante. El misionero tapó los dos primeros remates, dejando como una anécdota el penal errado por Cavani, y llenó de confianza a los jugadores argentinos. Con el tanteador a favor, Pol Fernández fue el encargado de marcar el gol de la clasificación para llevar a Boca a una nueva final de Copa Libertadores luego de 5 años.

Boca definirá entonces el máximo título continental el próximo 4 de noviembre, en el mítico estadio Maracaná, ante Fluminense.

 

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