Ubicada en el apacible Paraje Naranjito de Colonia Polana en Misiones, se erige una capilla construida por inmigrantes ingleses. Su inauguración data del 3 de octubre de 1943, un testimonio silente del paso del tiempo y de la historia viva que le ha dado forma. Pero más allá de su encanto visible, guarda un secreto que solo los pobladores locales conocen.
La historia de la capilla está íntimamente ligada a la familia Hume, que llegó a Misiones en el albor del siglo XX. Crearon una floreciente empresa yerbatera, llamada «Santa Teresita», y poco después decidieron construir una capilla con el mismo nombre. Este proyecto fue llevado a cabo por el personal de la yerbatera, que empleó piedra itacurubí para su construcción, una piedra local tallada a mano.
Ubicación de la capilla.
Durante su época de esplendor, la parroquia de Santa Teresita era muy concurrida, especialmente durante los oficios religiosos y bautismos. También funcionó como colegio primario, siendo un núcleo de la comunidad y un punto de encuentro para sus habitantes.
Arquitectónicamente, la capilla presenta una torre campanario unida al cuerpo central, otorgándole un aspecto majestuoso. En el frontón, una hornacina alberga una imagen de una cruz de hierro. Sobre la derecha, un pequeño monolito muestra con orgullo el nombre del templo y su fecha de fundación, el 10 de marzo de 1943.
El interior de la capilla, aunque no muy grande, irradia una sensación de tranquilidad y devoción. Cuenta con una única nave, por lo que muchos feligreses deben escuchar la misa de pie o desde el exterior del templo. El altar mayor está presidido por una imagen de Santa Teresita, a quien la capilla debe su nombre.
En su interior, la imagen de Santa Teresita parece velar por el lugar. Este objeto de devoción fue traído desde París, Francia, por la misma señora Isabel, agregando una pincelada de internacionalidad a este rincón misionero. En reconocimiento a su valor histórico y cultural, la capilla ha sido declarada Patrimonio Histórico y Monumento Cultural de la provincia.
El secreto que pocos conocen a pocos metros de la capilla Santa Rita
Sin embargo, existe un aspecto de este lugar que permanece oculto para la mayoría de los visitantes. A unos 200 metros de la iglesia, adentrándose en el espeso monte que predomina en la zona, se encuentra un cementerio abandonado. Sus tumbas y lápidas, desgastadas por el paso de los años, guardan un misterio sombrío: la identidad de los difuntos que allí descansan es incierta.
Las lápidas han sido despojadas de sus nombres por el tiempo, convirtiendo a este cementerio en un camposanto de tumbas anónimas. En su abandono, los pobladores locales intuyen que estas tumbas podrían corresponder a la época en que la capilla fue construida y que en ellas descansan los restos mortales de los primeros pobladores de la zona.
Sin duda, este secreto añade una nueva capa de intriga a la historia de la capilla. Aunque su existencia pueda parecer sombría, es un recordatorio de la vida que una vez floreció alrededor de la empresa yerbatera y de la capilla de Santa Teresita, ambas creaciones de una familia que dejó una huella imborrable en la historia de Misiones.
Escalofriante relato de un prefecturiano que encontró un cementerio embrujado en la orilla del río Uruguay
