Aunque Zelensky esperaba una invitación para formar parte de la alianza, el presidente ucraniano se mostró satisfecho con la cumbre de Vilna y la provisión de más armamento para sus tropas.
La cumbre de la OTAN de Lituania, una cita compleja en un país fronterizo con Rusia y Bielorrusia, se cerró con calificativos de éxito entre los aliados y también del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, pese a que no logró un calendario para el ingreso en la Alianza.
A continuación las claves de la reunión:
-Los líderes de los 31 países aliados, más Suecia -pendiente de completar su proceso de integración tras lograr que Turquía levante su veto – no cursaron la invitación formal a un ingreso que ansiaba Zelensky. Su declaración final descarta que ello pueda ocurrir mientras el país esté en guerra, ya que implicaría convertir a la OTAN en parte de ésta, y además incluye una serie de condiciones en materia de gobernanza, lucha contra la corrupción y desarrollo “democrático” de sus fuerzas armadas.
-El presidente ucraniano calificó de éxito lo conseguido en sucesivos encuentros bilaterales con líderes de la alianza, con el conjunto de la OTAN y también del G7.
-Una declaración del G7 sólo menciona “compromisos de seguridad” en áreas como entrega de armamento, entrenamiento de las fuerzas armadas y el intercambio de información de inteligencia.
-No obstante, Kiev ha conseguido que se dé luz verde a varias medidas para acercar a Ucrania a la Alianza, como la creación formalizada hoy del Consejo OTAN-Ucrania, el nuevo foro que eleva las relaciones políticas entre las dos partes.
-Zelensky logró además más ayuda militar: el Reino Unido y Australia se comprometieron a enviar más carros de combate, mientras que Alemania prometió 770 millones de euros en ayuda militar, Noruega anunció 220 millones de euros y Francia dijo que mandará misiles Scalp a Kiev.