Columna | Es mejor avanzar poco y despacio en el camino de Jesús que ir corriendo

Es importante contextualizar el diálogo que mantiene Jesús con sus discípulos para conocer con mayor profundidad lo que está pasando entre Jesús y sus apóstoles.

Al terminar la última cena Jesús empieza a despedirse de sus discípulos. Estos están un poco desorientados y desconcertados, intuyen que algo va a pasar, pero no saben exactamente qué y, por otro lado, también se platean qué va a ser de ellos.

Jesús se da cuenta de cómo se encuentran, abatidos, e intenta darles fuerza y ánimo para que no decaigan en la fe: “No sé inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.” (Jn14, 1). Jesús les invita a creer en Él, el mejor camino para creer en Dios. También les dice:” voy a prepararles un lugar, en la casa de mi Padre”. “Y ya conoce el camino, donde voy” (Jn14, 3—4 ).

Tomás le pregunta: “¿cómo podemos saber el camino que nos permita llegar a Dios si no sabemos a dónde vas?” (Jn 14, 5)

Jesús le contesta: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. “Yo soy el camino que lleva al Padre” (Jn 14, 6). También les dice: “No sé inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.” (Jn 14, 1).

Felipe le pide: “Señor, muéstranos al Padre; eso nos basta” (Jn 14, 8).

Jesús le contesta: “quien me ha visto a mí ha visto al Padre” (Jn 14, 9)

Ese es nuestro recorrido en la fe, un camino que vamos realizando y en el que nos vamos encontrando con múltiples dificultades que nos invitan a abandonarlo, teniendo la tentación de salirnos del camino para ir en otros caminos menos sinuosas.

Jesús se presenta como el Camino, la pregunta es: ¿estamos en el camino de Jesús o estamos fuera de ese camino? Si estamos en el camino de Jesús, no nos sorprendamos si encontramos piedras, dificultades, obstáculos…, no importa, lo verdaderamente importante es no salirnos de ese camino que Jesús nos está indicando. Es mejor avanzar poco y despacio en el camino de Jesús que ir corriendo para llegar a donde sea fuera del camino de Jesús.

En este día Jesús se presenta con el Camino, la Verdad y la Vida:

Camino: porque Él es el ejemplo a seguir. Él nos está mostrando qué caminos debemos recorrer: preocuparnos de los que sufren, defender la causa de los que no cuentan, estar al lado de los desvalidos, luchar por la dignidad de las personas, dar voz a los que no la tienen, ser creíbles por nuestras buenas obras ante los ojos de la sociedad…

Verdad: descubrir que la única verdad es el amor y descubrirlo acercándonos al ser concreto que sufre y es olvidado. Desde la Palabra Revelada y los Sacramentos.

Vida: encontrar en Cristo la vida y encontrarnos con un Cristo vivo y capaz de hacernos vivir nuestra dignidad de ser hijos de Dios, en el cotidiano vivir.

Aunque caigamos, aunque nos tropecemos, levantémonos y continuemos en ese caminar; nuestra tarea es asegurarnos de no salirnos de ese camino y cuando tengamos la tentación de hacerlo acordémonos de las palabras de Jesús que dijo a sus apóstoles: «¿Vosotros también queréis marcharos?”(Jn 6, 67)… «¿Y adónde vamos a ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna»(Jn 6, 68).

Caminar con Jesús, tenemos asegurado de que los problemas, de esta vida terrena tienen solución. Aspiremos a las del Cielo, que nos espera un gran tesoro junto a Él, que nos marca el Camino, la verdad y la Vida eterna.

Pbro. Amaro Carlos René

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