Se cumplen 34 años del femicidio de Alicia Muñiz: el calvario junto a Monzón, denuncias y su trágico final

Paradójicamente, el día de los enamorados de 1988 el boxeador Carlos Monzón lanzó por el balcón a quien era su esposa y madre de uno de sus hijos Alicia Muñiz, luego de nueve años de violencia.

Un día como hoy en 1988 tuvo lugar el primer femicidio mediático de la Argentina, aunque sin esa figura legal y sin la conciencia de la actualidad, pero con la misma crueldad. Hace 34 años, el exboxeador Carlos Monzón estranguló y tiró por el balcón a Alba Alicia Muñiz, la modelo y actriz uruguaya.

Nueve años de pareja con idas y venidas. Él tenía antecedentes violentos, y Alicia no fue la excepción. Dos denuncias fueron desestimadas por la fama y el carisma del “campeón”. Ella advirtió los reiterados episodios violentos que vivió y, como describió su amiga Myriam Caprile, el final de Muñiz fue la “crónica de una muerte anunciada”.

 

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Alicia Muñiz nació en Montevideo, Uruguay, el 18 de agosto de 1955. Era adolescente cuando descubrió que su sueño era convertirse en una artista famosa y decidió dar sus primeros pasos como modelo. Por eso, con apenas 17 años se trasladó a la Argentina para probar suerte.

Brilló como odalisca y empezó a actuar con reconocidas figuras del momento como Jorge Porcel y Alberto Olmedo. Incluso compartió escenarios como vedette junto a Moria Casan, Mimí Pons, Adriana Aguirre, y filmó varias películas. Con frescura y talento, el sueño de Alicia comenzaba a materializarse y su carrera estaba en apogeo cuando en 1978 conoció a Monzón. Un Monzón retirado del boxeo y con vicios que potenciaban su violencia.

Quienes estuvieron presentes en ese encuentro, recuerdan que fue “amor a primera vista”. Él hacía unos meses se había separado de Susana Giménez, que había denunciado públicamente sus arranques violentos. Antes, Mercedes Beatriz “Pelusa” García, exesposa, había sufrido agresión física 11 veces por parte del púgil.

femicidio de Alicia Muñiz
Alicia Muñiz en su etapa de modelo. (Foto: Facebook/Luisa Escarria)

Aunque al principio iba todo bien, no pasó mucho tiempo hasta que el boxeador comenzara a mostrar su faceta más oscura. Nueve meses empezada la relación, Alicia quiso separarse, pero rápidamente se reconciliaron. El problema de los celos posesivos invadían y complicaban su carrera, de la cual se veía cada vez más alejada. Se puso una peluquería y bajó su perfil público.

Se casaron en Miami, Estados Unidos, en 1981. El diciembre de ese mismo año nació Maximiliano, el único hijo de la pareja. Con la llegada del bebé, Alicia pensó que la situación iba a amainar. Sin embargo, las cosas se pusieron cada vez peor.

“Carlos está tomando mucho”, declaró a la prensa en 1983. Un año después, dijo: “Monzón es como un chico que lo quiere todo. Es un hombre que no admite la verdad de los otros. Tapa los problemas, no los quiere ver. Y cuando tiene uno, reacciona agresivamente”.

De hecho, según cuentan testigos, Alicia le recriminó frente de todos en una noche de boliche: “Estoy harta de que me pegues”. Su respuesta fue: “Si no estás de acuerdo, agarrá a tu hijo y mandate a mudar”. Y finalmente lo hizo, pero volvía. Lo perdonaba y volvía, porque su amor por él era más grande. Pero las peleas se volvieron más constantes.

En una entrevista radial, la periodista y amiga de Alicia, Myriam Caprile, sostuvo: “Era la crónica de una muerte anunciada. Durante muchos años ella soportó el maltrato verbal y psicológico… La violencia. Y sobre todo, los golpes. Él sabía muy bien dónde golpearla para que no se noten los moretones. Ella seguía enamorada de él. El día en que se dio cuenta, fue el día en que se separó. Cuando tomó conciencia de que no podía seguir así y de que el amor no cambiaba a las personas.”

Muñiz radicó dos denuncias por “violencia doméstica”: el 12 de agosto de 1986 y el 12 de octubre de 1987. En la primera, había escrito una carta a modo de declaración donde detallaba las terribles situaciones que vivía con Monzón. “Yo, Alba Alicia Muñiz Calatayud conviví con el señor Carlos Monzón desde mayo de 1979 hasta el 12 de agosto de 1986. Mi separación se dio por problemas de agreciones (sic) en situaciones críticas, estando Carlos siempre en estado de ebriedad”.

Los efectivos policiales se burlaban porque ¿cómo iba a denunciar al gran campeón del boxeo? Monzón llegaba a la comisaría, brindaba con whisky y el trámite terminaba ahí. O mejor dicho, arrancaba. Porque las denuncias lo ponían más violento e iba en busca de Alicia para desquitarse.

La última separación la llevó a Alicia nuevamente a Uruguay, donde intentó retomar su carrera. Hubo versiones que la vincularon a otro hombre, con quien estuvo a punto de casarse. Pero ella seguía enamorada de Carlos.

Las peleas continuaron a pesar de la separación, ya que la exmodelo había iniciado una demanda por la cuota alimentaria para el niño y eso generaba más rispideces.

femicidio de Alicia Muñiz
La pareja Muñiz-Monzón, con Maximiliano recién nacido. (Foto: Archivo Atlántida).

El día en el que Monzón mató a Alicia Muñiz

En febrero de 1988, Monzón vacacionó junto a su hijo en Mar del Plata, en la casa alquilada por su amigo Adrián “Facha” Martel, en una zona residencial. Hacía un mes que Alicia no veía a su hijo y Monzón le prometió entregarle al niño si ella iba a buscarlo. Ella estaba enojada y viajó convencida para pedir que Maxi viviera con ella en Uruguay, además de pedirle un aumento en la cuota alimentaria.

Muñiz llegó el sábado 13 a la casa ubicada en la calle Pedro Zanni 1567 y disfrutaron del día junto a Maxi, Martel y otros invitados. A la noche se dirigieron al club Peñarol para seguir festejando todos juntos.

A la madrugada del domingo tomaron un taxi para regresar al domicilio. Según las declaraciones de Rafael Crisanto Báez, un cartonero que estaba por la zona, la pelea comenzó antes de ingresar a la casa. Golpes, gritos y arañazos que terminaron con Alicia muerta.

En la primera declaración que hizo Monzón, dijo: “Nos caímos con Alicia del balcón. Tuve una discusión con mi señora, que se quiso tirar por el balcón, me agarró a mi y nos caímos los dos”. Su mentira se desvaneció con los resultados de la autopsia, que reflejaba que el boxeador había hecho “presión digital sobre el cuello hasta producirle un estado de inconsciencia”, para lanzarla luego intencionalmente al vacío en una actividad dirigida ostensiblemente, de manera directa y efectiva por su modalidad y desarrollo a lograr la muerte de la misma”.

Finalmente, Carlos Monzón fue declarado culpable por “homicidio simple” -no fue agravado por el vínculo porque estaban casados en otro país- en base a las pruebas periciales y condenado a once años de prisión, de los cuales solo estuvo 5 y algunos meses. Estaba a días de obtener la libertad condicional por “buen comportamiento”, cuando murió en un accidente automovilístico en 1995.

Luego de lo que ocurrió con Alicia Muñiz, la sociedad se quebró en aquellos que lo tildaban de asesino al boxeador y otros que defendían al multicampeón sin importar su comportamiento. La realidad es que este hecho marcó un antes y un después en los casos que le sucedieron. No existía la figura del femicidio ni de violencia de género en ese momento. Sin embargo, se creó un antecedente visible de una problemática que estaba latente y de la cual no se hablaba, problemática que hoy en día -lejos de desaparecer-, preocupa cada vez más.

 


Fuente: TN

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