Femicidios escalofriantes en Posadas | Crueldad, perversión y un pacto con el diablo: crímenes que no se olvidan

En este informe, reflejaremos los femicidios más resonantes y macabros de la última década en la ciudad de Posadas, siendo hechos coincidentes en su modus operandi: asesinar a sus víctimas de una forma desquiciada.

Femicidios escalofriantes en Posadas

El concepto de femicidio fue utilizado por primera vez en un contexto jurídico en el año 1976 en el Tribunal Internacional sobre los Crímenes contra la Mujer en Bruselas, por las feministas Diana Russell y Jane Caputi para denunciar formas de violencia extrema contra la mujer. La definición que se dio allí fue “asesinato de mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio, placer o sentido de propiedad de las mujeres”.

 

En Argentina, el término comenzó a popularizarse en la década del 2000, de la mano de los movimientos feministas que enunciaban -y denunciaban- como un hecho político y social los asesinatos de mujeres causados por hombres y motivados por la violencia machista. Poco a poco, el concepto de femicidio fue extendiéndose y, en la prensa y en la vida cotidiana comenzó -titánica lucha de por medio- a reemplazar al deleznable término de “crimen pasional”.

 

El 14 de noviembre del 2012 se sancionó la ley 26.791 que modificó el artículo 80 del Código Penal Argentino incorporándole la figura del femicidio para quien matare “a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”, lo cual prevé una pena de prisión perpetua.

 

Asesinada y descuartizada

 

Horacelia Génesis Marasca de tan solo 16 años, desapareció el 16 de agosto del año 2015, lo cual fue denunciado por su familia. Diecinueve días después, sus restos fueron hallados en la zona del acceso oeste de Posadas, repartidos en bolsas de residuos tipo consorcio.

 

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Horacelia Génesis Marasca

 

Por el hecho, fue detenido la pareja de la menor, Martín Monzón, un hombre con antecedentes por violencia de género que, en ese tiempo tenía 34 años, dieciocho años de diferencia. Ambos, eran padres de una niña de siete meses.

 

En una primera exposición ante la policía, cuando la adolescente se encontraba desaparecida y no se tenían indicios de su paradero, Monzón había manifestado que no sabía nada de su concubina, pero lo que llamó la atención tanto de su familia como de las autoridades es que la joven se hubiera ausentado sin llevar consigo dinero, ropas, ni al bebé de siete meses que tenían en común.

 

Finalmente, a los pocos días de esa semana, el juez Ricardo Balor dispuso la detención de Monzón por la desaparición de Horacelia. El hombre, quien como lo habíamos indicado, tenía antecedentes por violencia de género, se quebró, confesó y dio detalles de cómo la había asesinado.

 

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Martín Monzón

 

Monzón declaró en audiencia indagatoria que tras una pelea, ocurrida el mismo día de su desaparición, la apuñaló en varias oportunidades, la descuartizó y utilizó el carrito del bebé para sacar sus restos en bolsas, repartidas en varios viajes.

 

El macabro hallazgo

 

Las extremidades de la víctima fueron encontradas en bolsas a orillas del arroyo Mártires, en el oeste posadeño, mientras que otras partes del cuerpo fueron localizadas en una zona más alejada, pero siempre en la ribera de ese curso de agua.

 

Las bolsas encontradas fueron trasladadas a la morgue judicial por orden del juez de la causa, en tanto que se continuó el rastrillaje en busca de una última bolsa, ya que las fuentes señalaron que el cadáver aún no estaba completo.

 

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Finalmente, fueron cuatro las bolsas halladas con los restos de la adolescente. En uno estaban los brazos, en el segundo las piernas, en el tercero el tronco y en el restante la cabeza de la muchacha.

 

Se quebró y confesó

 

El hombre declaró que utilizó un cuchillo de carnicero para el descuartizamiento, el cual coincidiría con uno que fue secuestrado dentro de una de las bolsas halladas con los restos, donde también había ropa de mujer manchada con sangre.

 

La encargada de un comedor ubicado en el barrio donde vivía la pareja, contó que ambos mantenían «una relación conflictiva y violenta» desde hace tres años y que el hombre prácticamente no la dejaba salir de la casa ni tener amigas.

 

«Horacelia venía a comer acá, llevaba comida para el bebé porque el marido le vaciaba la heladera«, afirmó la mujer, quien la recordó como «una buena chica, muy linda y a la que lastimosamente le tuvo que pasar esto».

 

Un pacto con el diablo

 

El expediente se remite al 9 de septiembre del año 2018 y fue, uno de los femicidios más resonantes y traumáticos ocurridos en la ciudad de Posadas. Un pacto con el diablo plasmado en una carta fue hallado en el domicilio que la víctima compartía con su asesino.

 

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Juan Martín Carleris y Natalia Samaniego

 

Esa noche, un vecino lindante a la vivienda en la que convivían Carleris y la víctima, Natalia Samaniego, denunció ante la Comisaría Segunda el olor insoportable y nauseabundo que salía desde el interior del departamento, el cual la pareja alquilaba hacia un mes.

 

El Centro Integral de Operaciones envío una comisión policial de inmediato y, arribaron al lugar. Con apenas asomarse por la ventana del frente del departamento, vieron un pie humano que salía desde el interior de la heladera.

 

El Juzgado de instrucción de turno en aquel momento, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo, firmó la orden de allanamiento y, la Policía de Misiones ingresó al inmueble. En el lugar, se encontraron con una escena alusiva a una película de terror. El cuerpo de Natalia Samaniego, de 22 años, se encontraba enrollado con una frazada, dentro de la heladera.

 

Según la autopsia realizada al cuerpo de la joven, la causa de muerte fue por asfixia y, llevaba entre tres y cinco días sin vida.

 

En el lugar, su pareja, Juan Martín Carleris, se hallaba inconsciente, debido al grado de intoxicación que presentaba. Luego de cometer el crimen, consumió psicofármacos con la intención de suicidarse pero, su plan no llego a completarse. Fue derivado al hospital y, una vez recuperado, la policía lo detuvo.

 

Una carta satánica

 

Eso no es todo, segundos o minutos después del macabro asesinato, el victimario escribió una carta en la cual ofrecía su alma al diablo y, firmó la misma con su mano manchada de sangre: “Señor Lucifer gran señor de las tinieblas te ofrezco mi alma cuando muera a cambio de que te lleves el cuerpo de mi novia y que no quede evidencia que fui yo quien la asesinó (sic), y tener suficiente dinero para todo el mes y seré otro seguidor y adorador tuyo gran poderoso señor de las tinieblas”.

 

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El inquilinato donde fue hallada sin vida Natalia Samaniego

 

En su cuenta de Facebook, el femicida Juan Martín Carleris, se mostraba como una persona normal, un deportista y amante del fútbol. Aparentemente tuvo un recorrido por las inferiores del club Chaco For Ever pero, se ganaba la vida a través de su hobby, como tatuador. Fanático además de los Guns N’ Roses, la banda estadounidense de hard rock formada en Hollywood, Estados Unidos.

 

Paralelo a ello, el joven practicaba el umbandismo. “Él le decía a mi hija que eso no era malo, porque él estaba en la línea ‘blanca’. Pero yo le aseguraba a Natalia que eso era malo, que adoraban al Diablo”, apuntó en aquel entonces la madre de la víctima fatal.

 

 

Actualidad

 

En los próximos meses se vivirán momentos claves para la definición del caso, en donde quedará evidenciado la posición que tomará la justicia misionera con respecto a la condena que le corresponde al asesino de Natalia Samaniego.

 

Degolló a su pareja y fue filmado mientras simulaba hablar con ella

 

El siguiente hecho ocurrió en abril del año 2019, con ribetes realmente perversos. El cuerpo de Antonella Rocío Bernhardt de 27 años, fue hallado tirado en el piso, a un costado de su cama, bañado en su propia sangre. La degollaron en un inquilinato de Posadas y su asesino, que era aparentemente su novio, fue filmado por los vecinos cuando escapaba del lugar.

 

Antonella Rocío Bernhardt

 

La mujer que le alquilaba el departamento a la víctima fue quien encontró su cuerpo. Había escuchado gritos y una fuerte discusión en horas del mediodía y preocupada por su inquilina, se acercó hasta la puerta.

 

Alcanzó a grabar con su celular al sospechoso, quien con total frialdad salió del departamento luego de cometer el asesinato. Segundos después, al advertir la presencia de la vecina, volvía sobre sus pasos y miraba a través de la ventana. La actitud podría haber sido parte de un saludo simulado a su novia, o un intento por confirmar que estuviera muerta.

 

En ese momento el acusado se fue del lugar diciendo que iba a comprar comida y que volvería pronto. La mujer aprovechó para entrar al departamento, pero ya era tarde para salvarla. Antonella estaba muerta y tenía un corte profundo en el cuello. Con el video como prueba y el testimonio de los vecinos en línea, la policía ubicó al acusado a pocas cuadras de la pensión.

 

Cristian Daniel Vargas

 

Cristian Vargas fue imputado por el femicidio de Antonella Bernhardt. En el juicio, reconoció que la apuñaló, pero dijo que fue un accidente. Se Investigó además si fue autor de otros ataques.

 

“Grabó cuando me practicaba sexo oral y me extorsionaba”

 

El hombre reconoció haber sido el autor de la estocada que acabó con la vida de Antonella Bernhardt, pero dijo que fue un hecho “accidental”. Cristian Daniel Vargas aseguró que hubo un forcejeo con la chica cuando pretendía quitarle el teléfono celular con el que habría grabado un encuentro sexual entre ambos y pretendía usar para extorsionarlo. El video nunca pudo ser encontrado: el agresor formateó el celular de la víctima tras el ataque.

 

Ante el juez que lleva la causa, Fernando Verón, Vargas negó que mantenía una relación de pareja con la víctima, alegando que se conocían hacia pocos días, cuando publicó un aviso pidiendo modelos para una sesión de fotos en ropa interior. Por ese trabajo abonaría la suma de 1.000 pesos. Dijo que también le había ofrecido trabajar para la empresa de eventos que tenía junto a su pareja.

 

El imputado aseguró que intentó realizar su trabajo en el Jardín Botánico de Posadas, pero Bernhardt le envió la ubicación de su departamento, en cercanías del balneario El Brete. Aseguró que hubo una primera sesión en la que tomó unas 250 imágenes de las que quedaron seleccionadas poco más de 50.

 

 

Según su relato, volvió ese mediodía para concluir el trabajo. Con la víctima tomaron mate mientras charlaban y luego, bajó a comprar una gaseosa para el tereré. Y dijo que en esas circunstancias, Antonella le propuso practicarle sexo oral, a lo cual accedió.

 

Vargas aseguró que la chica filmó todo y luego le dijo que si no accedía a darle más dinero, enviaría el video a su aparente esposa. Y que hubo un forcejeo en el que le propinó dos golpes con la mano abierta.

 

El acusado relató que fue Antonella quien tomó el pequeño cuchillo y se trabaron en lucha. Y en un movimiento rápido, siempre según su declaración, el cuchillo terminó hundido en el cuello de la joven.

 

Con esta versión, el hombre intentó rebatir la acusación por femicidio.

 

El testimonio de Vargas tuvo varios puntos contradictorios. Dijo que intentó ayudar a la víctima, pero la realidad es que lejos de pedir asistencia, se lavó las manos en el baño, tomó el celular de la víctima y escapó.

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