Mató al amigo de su hijo, pero dijo que quiso «dispararle» con un rociador de alcohol: “le quise hacer una joda y se escapó un tiro”

El hecho ocurrió en Tapalqué, localidad del interior de la provincia de Buenos Aires. El hombre se encuentra detenido por el crimen de Tomás Echegaray explicó cuál era la broma que había planeado. Al recibir al joven tenía un arma en una mano y el dispenser en la otra.

Gabriel Di Giulio, el abogado de Hirtz, sostuvo que su defendido está «conmocionado» por lo sucedido y que por ese motivo no pudo declarar todavía. Después de remarcar que se trató de una «lamentable tragedia», aseguró que «no bien reciba ayuda profesional y esté estabilizado, en unos días contará su versión ante el fiscal».

Por su parte el fiscal de la causa, Marcelo Fernández, consideró que el productor agropecuario debió haberse representado que al salir a recibir al amigo de su hijo con un arma cargada y lista para disparar podría ocasionarle la muerte a alguien y, a pesar de eso, lo hizo.

Tanto el rociador de alcohol como el arma homicida fueron secuestrados, así como también la camioneta del imputado, donde encontraron un segundo revólver. Hirtz era legítimo usuario de ambos.

Néstor Hirtz fue detenido por matar de un tiro al amigo de su hijo

El caso

El hecho ocurrió alrededor de las dos de la madrugada del domingo pasado en la casa del imputado, ubicada en la calle Luis Brané 36.

Echegaray, que jugaba al fútbol en el club Atlético Tapalqué y este año había pasado a Boca Juniors de Azul, llegó a la vivienda de los Hirtz en su camioneta junto con otro joven para visitar a su amigo, el hijo del imputado.

Según lo que se pudo reconstruir, Hirtz padre quiso hacerle una broma, salió a recibirlo con el revólver .44 Magnum en la mano y, dijo, se le escapó un tiro. El proyectil le atravesó a Echegaray el abdomen.

El propio hijo de Hirtz cargó a su amigo herido en la Hilux de Echegaray y lo llevó hasta el hospital de Tapalqué, donde decidieron trasladarlo al hospital Pintos, de Azul, pero murió en la ambulancia.

El autor del disparo también llegó en su propia camioneta hasta el hospital, donde al ser interrogado por la policía les dijo: «Me mandé una cagada. Le quise hacer una joda y se me escapó un tiro». En caso de ser condenado, Hirtz podría recibir una pena de 10 a 25 años de prisión.

 

Fuente: TN

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