$400 por hacer fila: la incertidumbre política y económica dispara al dólar y hace resurgir a los coleros en Posadas

El temor a una nueva devaluación o a un endurecimiento del cepo cambiario o a ambos al mismo tiempo, llevó a cientos de personas a agolparse en las casas de cambio. Con el antecedente inmediato de las PASO nadie quiere llegar al lunes con pesos en el bolsillo. A la demanda de los posadeños, se suma la de paraguayos desesperados por sacarse de encima los pocos pesos que dejan compradores argentinos en Encarnación. El oficio de “colero” resurgió con fuerza y en pleno centro ofrecen 400 pesos a quien se aventure a llegar hasta ventanillas de alguna casa de cambio para comprar dólares a cuenta.

 

El recuerdo del día posterior a las PASO, cuando el dólar saltó de 40 a más de 60 pesos, todavía está fresco y nadie quiere llegar al lunes con más pesos de los estrictamente necesarios. Más que una fiebre por el dólar, lo que hay es una aversión al peso que alimenta a una demanda creciente de dólares. Los números del Banco Central sirven para dimensionar el problema: según el último informe de Evolución del Mercado Cambiario, la compra de dólares aumentó 70% en septiembre respecto a agosto a pesar de la instauración del “cepo light” y a juzgar por la demanda que registran los bancos, esa tendencia se habría profundizado en lo que va de octubre.

 

Conforme se achican las reservas puestas a disposición de los compradores para evitar una nueva megadevaluación, toman fuerza los rumores de un inminente endurecimiento del cepo cambiario, que según varios analistas financieros sería el único camino posible para conjurar o al menos amortiguar una nueva corrida cambiaria.

 

Si bien la mayor parte del volumen de dólares se comercia a través de los bancos, también se disparó la demanda en casas de cambio de Posadas, frente a las cuales se extienden por estos días colas de varias cuadras, a pesar de que la cotización del dólar allí supera por hasta 8 pesos a la de los bancos.

 

La clientela de las casas de cambio está compuesta por ahorristas que salieron de sus plazos fijos, se pasaron al dólar pero excedieron su cuota mensual de 10 mil unidades y les quedó un saldo en pesos que quieren convertir a moneda dura –los que buscan saltar el cerco-, paraguayos que traen los pocos pesos que por estos días dejan los argentinos que cruzan a hacer compras a Encarnación, especuladores que buscan adelantarse a una nueva megadevaluación, incluso con plata prestada y pequeños ahorristas que prefieren mantenerse afuera del sistema bancario.

 

El principal problema que enfrenta esta variopinta clientela es que las casas de cambio aplican un cupo mensual de mil dólares por persona, cifra que podrá ser suficiente para pequeños ahorristas pero no ninguno de los demás casos.

 

Para sortear esa limitación volvió con fuerza el oficio del colero. En la Plaza 9 de Julio y a lo largo de la calle Bolívar en el microcentro posadeño operan reclutadores que a principios de semana ofrecían 200 pesos a cada colero, cifra que hoy aumentó a 400 pesos.

 

La demanda en casas de cambio impulsó la cotización del billete verde hasta los 70 pesos en ese tipo de comercios, casi 8 pesos por encima de la cotización promedio de los bancos.

 

Para mañana viernes se espera otro “día de furia” tanto en bancos como en casas de cambio, mientras todos los ojos están puestos en lo que pudiera ocurrir el lunes, cuando el país ya podría tener un presidente electo.

 

JRC

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