Si la fe es “la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve” ¿cómo se agiganta esa certeza y como se llega a esa convicción? Evidentemente por lo que hemos dicho: con la Palabra de Dios, con relatos de vidas inspiradoras, teniendo una actitud positiva, orando y ayunando. Hoy veremos que cuando oramos nuestra certeza y la convicción de lo que no se ve, aumenta.
Mateo 17:14-21 Este pasaje de la Biblia nos presenta el caso de una persona que tenía tendencias auto destructivas. Los problemas de la vida hay que solucionarlos de raíz. La oración soluciona problemas de raíz: porque te da autoridad contra las fuerzas malignas, porque mueve la mano de Dios, porque activa nuestra fe, porque desata lo que está atado y comunica a la persona la Paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Cómo lo solucionó Jesús, porque lo solucionó espiritualmente. Y es aquí que interviene la fe en los procesos de crecimiento en que Dios nos pone.
Fe es creer que en lo espiritual está la raíz de los males, en lo que no se ve está la solución de esos males y creer que es a través de Cristo que viene la salvación, la liberación, la sanidad, el milagro y la transformación verdadera. Fe es creer que es a través de la sangre del Cristo, que nuestros pecados son perdonados.
Si la fe es “la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve” ¿cómo se agiganta esa certeza y como se llega a esa convicción? Evidentemente por lo que hemos dicho: con la Palabra de Dios, con relatos de vidas inspiradoras, teniendo una actitud positiva, ayunando y hoy veremos que cuando ORAMOS nuestra certeza y la convicción de lo que no se ve, aumenta.
Lucas 18:1 (NTV). “Orar siempre y nunca darse por vencidos” debería ser el lema de todo seguidor de Cristo. Nunca deje de orar, por oscuro y desesperante que parezca su caso. Miles de personas oran solo en tiempos de gran tensión, peligro o incertidumbre. Cristo les enseñó a sus seguidores que oraran siempre.
LA ORACIÓN ES TAN PODEROSA QUE DETIENE LAS CATÁSTROFES QUE PUEDEN OCURRIR
Job 1:8-10 (NTV) Job era una persona buena, era una persona sana, con buenas actitudes, amaba a Dios y tenía una perfecta comunión con el creador. Tenía todo para ser un bendecido hombre de Dios. Pero hay un fenómeno maravilloso que es invisible y que el creyente no puede ver: la oración continua y el ayuno, cuando es perseverante, edifican un muro invisible, que nadie puede ver pero que es de tremenda importancia en el mundo espiritual, y que el diablo no puede transgredir, ¡que no puede traspasar!
Job era un hombre de intensa comunión con Dios, y Dios llega a presumir de él como alguien absolutamente leal. Job era una persona de conducta intachable, pero esto se complementaba con una devoción sincera al Dios todopoderoso. Job es un caso especial. Su historia es maravillosa y se revela que estaba rodeado por un muro, mientras eso ocurría todo estaba bien.
Pero ocurrió algo de manera especial, la fe de Job fue puesta a prueba, y es una enseñanza para todas las generaciones: la oración es una cobertura de protección es una capa protectora contra las catástrofes más terribles que podamos vivir. ¡La oración trae defensa y protección! que solo puede ser vulnerada cuando Dios quiere probar nuestra fe. Así que la oración produce fe, pues vemos los resultados, hay cobertura contra todo ataque maligno, hay protección. Pero como hizo con Abraham, Dios prueba también nuestra fe permitiendo algunas cosas.
ABRAHAM INTERCEDE Y EL JUICIO SE DETIENE
Otro caso maravilloso del poder de la oración es el caso de Abraham. Como Dios escucha a sus hijos, y como Dios atiende la argumentación de su siervo. Abraham oró, y mientras él oró, Dios no destruyó la ciudad de Sodoma, donde vivía Lot, el sobrino de Abraham.
Génesis 18:22-33 (Ntv). Aquí Abraham apela al Señor de la justicia, en lugar de Su misericordia. Es el maravilloso privilegio de los hijos de Dios, de ser amigos de Dios como lo era Abraham. Dios no hará nada sobre la tierra sin considerar a los que interceden, Dios no hará nada sin tener en cuenta a los que oran.
Amós 3:7. El único ministerio que había en la época de Amós era el ministerio profético. Hoy está el apostólico, el profético, el ministerio evangelístico, el ministerio pastoral, y el ministerio de maestro.
Pero básicamente Dios revela sus planes a los que tienen intensa comunión con Él. A los comprometidos, a los que son incondicionales de Dios. A ellos Dios los escuchará, pero sobre todas las cosas tenga en cuenta que ¡A un corazón contrito y humillado no despreciará Dios!
Ezequiel 22:30/ Ezequiel 9:4. El poder de la oración consiste en que Dios ha determinado delegar a los seres humanos autoridad, por eso es respetado, pues Dios está dispuesto a intervenir cuando hay clamor del ser humano. Esto fortalece nuestra fe, no somos cualquiera, somos hijos de Dios y cuando un hijo de Dios clama con fe, las cosas pueden pasar a favor de la tierra.
Pero Dios no es que está permanentemente controlando e interviene por que sí. Tiene sus leyes y se van a cumplir. Con frecuencia Dios espera que algo suceda antes de “involucrarse”.
Juan 9:1-3. En una ocasión Jesús se acerca a un ciego y sus discípulos preguntaron sobre los dos orígenes posibles de la enfermedad “¿Quién pecó, este o sus padres para que haya nacido ciego?” Creo que la respuesta de Jesús es una lección que debemos aprender para siempre. Jesús responde «no es que pecó él o sus padres, sino que para que la gloria de Dios se manifieste». Declaró que, sin importar el origen de la enfermedad (que sin duda es el pecado) si oras eso no tiene importancia, la enfermedad o tu problema es “para que la gloria de Dios se manifieste”.
Asumiendo que todo caso de sufrimiento individual obedece al pecado, los discípulos preguntaron sobre la causa de la ceguera del hombre. Sin embargo, Jesús hace notar que más allá de los defectos humanos, resultado por lo general de la caída del hombre, la enfermedad, la aflicción y la muerte en el mundo; la gracia y la misericordia de Dios están a disposición de todos.
Que Dios te bendiga y tengas una semana de completa victoria!
Pastor Guillermo Decena
Centro Familiar Cristiano Eldorado
El papa Francisco rezó por Venezuela y pidió el fin del «sufrimiento de la gente” en ese país 
