Trump culminó la reunión con Kim antes de tiempo y sin acuerdos

La tan esperada segunda reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, cerró sin la firma de un documento conjunto aunque se llevaron a cabo «unas reuniones muy buenas y constructivas».

«Hablaron sobre varias maneras de avanzar en conceptos relativos a la desnuclearización y la economía», declaró la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, e insistió: «No se llegó a ningún acuerdo en este momento, pero sus equipos respectivos esperan reunirse en el futuro».

No hubo acuerdo. No hubo comunicado. No hubo conferencia conjunta. Y la cumbre terminó antes de lo previsto. Trump justificó la decisión de finalizar anticipadamente el encuentro porque se llegó a la conclusión de que «no había nada bueno que firmar» y el líder norcoreano insistía en el levantamiento de todas las sanciones, algo en lo que Estados Unidos no podía ceder.

El republicano dijo que tiene con el norcoreano «una muy buena relación», pero aseguró que «a veces hay que marcharse y esta ha sido una de ellas». Según explicó, había documentos preparados para la firma pero tanto él como el secretario de Estado, Mike Pompeo -quien preparó el cara a cara-, consideraban que cualquier cosa que se firmara no los iba a hacer «felices».

Kim «quería que se levantaran las sanciones por completo», dijo Trump y advirtió que aunque está comprometido a desnuclearizar la península, buscaba concesiones por debajo de lo que Estados Unidos considera adecuado. «No estaban dispuestos a hacer todo lo que pedíamos», subrayó. «Seguiremos trabajando y ya veremos qué ocurre», aseveró e indicó que por ahora no hay prevista una tercera cumbre. «Podría ocurrir pronto o no producirse en mucho tiempo».

Sin embargo, pese a la imposibilidad de ponerse ciento por ciento de acuerdo, el presidente de EE.UU. aseveró que Kim le prometió que no llevará a cabo más ensayos nucleares ni de misiles: «Confío en él. Terminaremos siendo muy buenos amigos».

Es que para Trump, la «brecha» que separa las posiciones de Washington y Pyongyang se terminará superando «con tiempo».

Las declaraciones del republicano se dieron luego de que ambos líderes abandonaran el hotel de Hanói donde se celebró el mano a mano tras suspenderse la ceremonia pública de firma prevista, que no fue porque no hubo qué firmar. Por ello, Trump adelantó dos horas su rueda de prensa para partir antes. Al iniciar esta segunda jornada de conversaciones, había advertido que no tenía prisa por alcanzar un acuerdo sobre el programa nuclear de Corea del Norte.

Que la cumbre no haya terminado con un acuerdo sustancial no significa que no haya sido importante. Lo fue. Al menos para Kim, que por primera vez en su mandato respondió a una pregunta que le hizo un reportero extranjero.

Al consultarle sobre su programa nuclear y la posibilidad de que lo desarme, Kim aseguró hoy estar dispuesto a eliminar sus armas nucleares. «Si no lo estuviera, no estaría aquí», respondió a un periodista.

Entre las cuestiones que había sobre la mesa estaba la apertura de una oficina de intereses, lo que representaría un primer paso en la normalización de relaciones. A eso, el líder de Pyongyang también respondió: «Creo que es algo a lo que valdría la pena dar la bienvenida».

Contestar una pregunta de un periodista extranjero es un gesto que se cree no tiene precedentes para el líder de una nación en la que se controla cada uno de los aspectos de sus apariciones públicas.

La primera cumbre Trump-Kim en Singapur, hace 8 meses, concluyó con una vaga declaración sobre «la desnuclearización de la península norcoreana», pero sin compromisos concretos, y los analistas consideraban necesario que los dos mandatarios lograran progresos en esta nueva cita.

Fuente: La Nación

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