Tecnopatías: enfermedades 2.0 del siglo XXI

La tendencia de las personas a no poder desconectarse de sus móviles está causando trastornos psicológicos que pueden ir desde dolores de cabeza y musculares, hasta la ansiedad y el insomnio.

Según datos levantados por CertiSur para el estudio «La visión del usuario», el 75% de la población argentina tiene acceso a Internet. Cerca de 33 millones de personas están conectadas a la red. La mitad de estos usuarios consideran que el ciberespacio mejora su humor y complementa la necesidad de entretenimiento. Bien sea para chequear su Whatsapp, buscar información, enviar o recibir correos, visitar sitios de noticias, descargas de música o sean hombres y mujeres que juegan en línea, saben, en el fondo, que deberían reducir su tiempo de conexión. Esa necesidad de estar ´online´ lleva a 3 de cada 10 usuarios a estar tenso y estresado si no usa Internet durante varios días.

Dos nuevas tecnopatías han sido detectas: Nomofobia, el miedo a estar sin el móvil (término que viene del inglés No Mobile Phobia) y Phubbing, un neologismo que combina phone (teléfono) y snubbing (desdeñar), «ningufonear» si lo queremos argentinizar, que se puede traducir como la acción de ignorar a alguien en un encuentro social por atender el teléfono en vez de prestar atención.

Ambos, dos males provocados por la obsesión de ver a los dispositivos móviles como una extensión indispensable del cuerpo para poder interactuar con el mundo que nos rodea.

Centros de estudios especializados en trastornos de ansiedad revelan que las personas que padecen nomofobia sufren de nervios, sudan, presentan dolores musculares y pueden tener ataques de pánico o entrar en un estado de irritabilidad impresionante por no tener a mano su smartphone o quedarse sin cobertura o batería. Algunos entendidos lo relacionan con adicción al trabajo, pero la realidad es que no pueden controlarse porque dependen de ellos, «son su vida».

Según estudios de la Universidad de Kent, el Phubbing es un nuevo hábito atribuido a la adicción a internet. Al parecer, el estar desinformados causa a las personas que lo padecen cierto malestar. Varoth Chotpitayasunondh y Karen Douglas, de la escuela de psicología de Kent, identificaron una serie de factores que les impide estar separados de sus Smartphone.

La tendencia a “normalizar” el phubbing como si fuera un pecado perderse de algo es la base para que estas personas consideren aceptable el ninguneo digital, «todo el mundo lo hace».

Algunos lo comenten, algunos lo sufren, es decir, se puede pasar de víctima y victimario y por ello, suele verse como algo corriente.

La mayoría de las personas entrevistadas para el estudio (47,3% de los hombres y 55% de las mujeres) identificaron el phubbing como un factor frecuente en su vida. El efecto de reciprocidad propio de las interacciones humanas y los intercambios sociales que se ponen en juego en el ningufoneo «es tanto positivo como negativo, y tan consciente como inconsciente.»

Los psicólogos revelan que es preocupante que las personas elijan los teléfonos móviles sobres las computadoras por sus efectos adversos en la salud mental y físicas, así como en la calidad de las interacciones sociales.
«Los usuarios de smartphones que muestran una tendencia a la adicción al teléfono se presentan como más propensos a sufrir problemas de salud, del mismo modo que aquellos que muestran una tendencia a la adicción a internet o a los juegos».

Los investigadores profundizan sobre las consecuencias y mencionan que la depresión y la ansiedad se presentan con más frecuencia entre este tipo de usuarios.

 

AVD

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