Investigaciones europeas demuestran que los drones acuáticos tienen un gran potencial para mejorar la gestión de los recursos hídricos. Estos «barcos» autónomos ya se usan para controlar la calidad del agua, supervisar presas y realizar el saneamiento del alcantarillado, entre otras cosas, indican en un artículo de Technology Review.
«Estos dispositivos han empezado a revolucionar el sector hídrico. Además de las ventajas que aportan en la exploración oceánica, una combinación de avances técnicos y buenas aplicaciones, está consiguiendo que los drones acuáticos cumplan una nueva misión: mejorar la gestión del agua», señalaron.
Aunque cuando hablamos de drones se tiende a pensar en sus parientes voladores, el director de Zima Robotics y Drone Spain, Toni Lonjedo, explica que el término se refiere a «cualquier tipo de vehículo no tripulado, en este caso, barcos no tripulados». Según la dificultad de la misión, se pilotan de manera remota o son totalmente autónomos, y los hay de varios tipos: Marinos o USV, (por sus siglas en inglés): navegan por la superficie de agua y están más orientados a tareas medioambientales, de seguridad y batimetrías. Y los sumergibles o ROV (por sus siglas en inglés): son capaces de bucear, se utilizan para la inspección submarina y ya llevan más tiempo en el mercado (como el de Titanic).
Los drones acuáticos son capaces de cosas como analizar el comportamiento de plantas de tratamiento de aguas. Eso es justo lo que hace el UPA Boat, diseñado por investigadores de la Universidad Paraguayo Alemana, y cuyos datos servirán para mejorar la depuración de aguas residuales y disminuir su impacto ambiental.

«Los drones también se están empleando para controlar las desembocaduras de agua en las depuradoras de procesos de naves industriales», añade Lonjedo. Para ello, los dispositivos incorporan cámaras térmicas que toman imágenes para mapear la temperatura o de la calidad del agua y determinar si hay que corregir el proceso de depuración. Según el color de la foto se puede saber si el agua está demasiado fría, caliente o si está turbia.
Lonjedo reconoce que estos trabajos aún están en un estado incipiente y que es en los embalses donde el uso de los drones marinos está algo más asentado. Navegan por el interior del embalse y controlan el estado del agua. En el caso de que haya que hacer recogida de agua, los sensores funcionan como una especie de jeringuilla que coge muestras de agua para analizarlas en el laboratorio.
Desde la empresa española Panatec han desarrollado un sistema de medición, control y monitorización de calidad de agua. Sus aparatos cuentan con sensores que miden, entre otros parámetros, la temperatura, el pH, el oxígeno disuelto y la turbidez. Este sistema se puede aplicar en embalses, pero también en aguas subterráneas. A medida que el aparato va recogiendo los datos, los envía hasta una estación central a través de telefonía celular, radio, satélite o internet para que se puedan analizar y, así, realizar un seguimiento del estado del agua.
Pero además de utilizarse para medir la calidad del agua, los drones marinos también están desarrollando una importante labor en la evaluación del estado de infraestructuras como diques, muelles y presas. La empresa Zima Robotics ya los utiliza en el mantenimiento de más de 100 centrales hidráulicas. Lonjedo detalla: «Utilizamos los drones para revisar los saltos de agua de las turbinas y así evitamos que tenga que bajar un buzo para hacerlo. Con esta tecnología se puede ver rápidamente si las rejillas están taponadas».
Algunos avances técnicos han permitido que, en los últimos años, los drones acuáticos hayan empezado a despuntar por su potencial en ingeniería civil gracias a su capacidad de moverse por los lugares más inhóspitos, desde tuberías hasta depósitos.
La firma española Azisa en colaboración con la empresa suiza Flyability ha diseñado un dron especializado en circular por lugares confinados. El aparato cuenta con un sistema de estabilización específico y una protección esférica de fibra de carbono que le permite circular y trepar por tuberías y depósitos para evaluar el estado de las infraestructuras.
Otro caso similar es el de la empresa francesa Suez, que ha desarrollado un dron para adentrarse en las conducciones de saneamiento y de agua potable, capaz de introducirse en espacios que tengan a partir de 40 centímetros de diámetro. El año pasado, junto con Flind, utilizó sus drones para realizar el saneamiento en el alcantarillado de Ferrol (Galicia, España). Los aparatos utilizados recorrieron 25 kilómetros en busca desperfectos o sedimentos que pudieran atascar las cañerías.
Fuente: SACIR y Technology Review
PE