Se adjudicaron US$ 422 millones en la nueva Lete para desactivar las Lebac

El Gobierno optó hoy por aumentar su deuda en dólares en US$ 422 millones con dos objetivos. El primero, asegurar que la corrida contra el peso y la tormenta financiera que ella desató derramando un alto costo económico llegue a su fin.El segundo, obturar más rápido una de sus fuentes de alimentación: la muy elevada deuda que asumió el Banco Central (BCRA) en Lebac y que, contra lo que estimaba su anterior conducción, se convirtió en un problema macro al transformarse en los últimos tres meses en motor la desbocada demanda local de dólares.

No es para menos. El sacudón que provocó hizo añicos las proyecciones del presupuesto, sumió a la economía en una zona de incertidumbre de la que le costará emerger y terminó erosionando el capital político de una administración que ya daba por segura su continuidad y ahora la sabe en riesgo.

La apuesta con objetivos múltiples le rindió: el test que lanzó para ver cuántos de los tenedores de Lebacs todavía querían dolarizarse, a pesar de que los precios de entrada eran buenos, detectó que apenas quienes poseen unos $8300 millones en esos títulos (hubo presentaciones de canje por el equivalente a US$354 millones pero sólo se aceptó el trueque por $295 millones) eligieron cambiar de moneda, es decir, menos del 1% del total de ese stock que se redujo fuerte en las últimas semanas pero aún supera el billón de pesos.

Los analistas juzgan al resultado de la licitación como auspicioso. «La opción de canje de moneda fue ideada como una forma de mitigar algo que de todas maneras se produciría que es la presión en el tipo de cambio. Y pasarla de un evento de corto plazo (la próxima licitación de Lebac) a un evento de largo plazo (el vencimiento de la Lete dentro de un año). Fue una forma de administrar esa presión pateándola para más adelante y apostando a que después tendrá más oferta del campo o menos demanda si la confianza se recupera», opina el economista Miguel Zieonka, de la consultora EconViews.

La data oficial, recientemente conocida, muestra que se adjudicaron US$422 millones en la nueva Lete emitida a más de un año de plazo (vencerá el 26 de julio de 2019). El 70% de los pesos que estaban invertidos en Lebac ($4217 millones en la especie a vencer en dos semanas; $2315 millones en la que vence a mediados de agosto; $ 83 millones en la que vence en septiembre especie y $1550 millones en la que vence en octubre); mientras que otros US$127 se suscribieron con dinero en efectivo, aunque no se informó qué proporción se integró en pesos y cuál en dólares billete.

El precio de corte del nuevo título fue de US$945,97 por cada US$1000 nominales, «lo cual representa una tasa nominal anual de 5,50%», detalló en su comunicado el ministerio de Hacienda y Finanzas.

«Se pagó un punto más de tasa por estirar la curva de Letes en 4,7 meses y se recaudó en línea con lo que se viene colocando en los tramos más largos de este tipo de instrumentos. El grueso de la demanda vino por tenedores de Lebac permitiendo a los inversores dolarizar la cartera con un botón sin presionar en el tipo de cambio. Pero, ojo, no es recomendable para nada seguir incentivando canjes de este tipo para financiar gasto corriente en pesos por el descalce de moneda implícito», observó el economista Federico Furiase, del Estudio Eco/Go.

La demanda fue baja porque la gran mayoría de los bancos, que tiene en su poder hoy más del 45% del stock total de Lebac, eludieron canjear su tenencia. «Nosotros operamos con pesos y la Lebac es un estacionamiento rentable para dejarlos mientras tenés exceso de liquidez como ahora que se enfrió la demanda de crédito», señalaron aLA NACION en un banco líder. «La devaluación del peso ya fue. Es tarde para posicionarte en dólares. Esto no quiere decir que no pensemos que el tipo de cambio puede subir, sólo que creemos que ya no lo hará al ritmo desbocado de los últimos meses. Entonces, bajo esta premisa, preferimos quedarnos a tasa en pesos para premiar a nuestro depositante en pesos», coincidieron en otra entidad.

En el Gobierno también había satisfacción por el resultado de la subasta. «Esto muestra que estamos entrando en una etapa de mayor estabilidad y que la suba de tasas hizo que los tenedores de Lebac no vean atractiva la Lete. Adicionalmente nos aportó dinero nuevo, fuera del cronograma de las licitaciones: un tercio de lo que necesitamos de financiamiento para cerrar el año», evaluaron desde Hacienda. (LaNación)

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