Detrás de la explosión, Jorge Sampaoli se propuso no dejarse llevar por la onda expansiva. Ya el cachetazo fue suficientemente estruendoso como para, además, poner todo bajo sospecha y discusión. Entonces, camino a Rusia no habrá convocatorias sorprendentes ni jugadores condenados al destierro.
El técnico no hundirá el bisturí. Navega entre su convicción y algo de resignación: siente que no hay más. Por eso, aceptada la lección de España y transitadas las primeras horas de amargura, Sampaoli ya piensa en lo que vendrá. Y detrás del vendaval, el DT hasta se atreve a bosquejar la formación que debutará el 16 de junio ante Islandia, en Moscú: Romero; Mercado/Bustos, Otamendi, Fazio y Tagliafico; Biglia y Banega; Lanzini, Messi y Di María; Agüero. Los cuatro de arriba no jugaron en Madrid y allí ancla parte de la esperanza: que las piezas de real jerarquía acerquen soluciones.
Sampaoli había anticipado que le faltaba definir el 20% de la lista. Y después de la gira está más o menos en el mismo lugar. Salió de Buenos Aires con 17 apellidos afirmados, después de la victoria con Italia sintió que podía trepar hasta 20 y regresó a Ezeiza nuevamente con entre 15 y 17 casilleros ocupados. El entrenador apostaba por tener casi todo resuelto para empezar a dar certezas. Pero tendrá que esperar, y ese es el primer cambio de planes después de la paliza de España: tendrá que tomarse más tiempo para definir esas seis o siete plazas en danza. ¿Quién se ganó un lugar? Lanzini, definitivamente el gran vencedor. ¿Quién salió más perjudicado? Rojo, de seguro pasó a estar en observación. El entrenador constató que su nivel no le alcanza para jugar en la elite internacional.
Como si se tratase de una causa nacional, Sampaoli ya tiene redactados sus DNU, en este caso, sus Decisiones de Necesidad y Urgencia para tratar de calmar las aguas con proa a Moscú. La gira confirmó detalles que intuía: jugadores que no pueden ir al Mundial y otros que no pueden ser titulares. Y, corroboró, que el amistoso con España era desaconsejable tan cerca del Mundial. Pero él también se equivocó: con apenas un puñado de prácticas, buscó discutirle la posesión a una potencia que marca época en ese rubro. Según fuentes cercanas al cuerpo técnico, a las que accedió LA NACION, los próximos pasos pueden concentrase en las siguientes medidas:
1.- No borrará a nadie. La base del plantel no sufrirá recortes. Estos son sus jugadores porque no encuentra mejores. Los históricos, como Messi, Mascherano, Biglia, Di María, Agüero, Banega, Romero e Higuaín. Sí, Higuaín, que no lo convence totalmente, pero estará en Rusia. Los intermedios, como Otamendi, Mercado, Guzmán y Salvio. Y los nuevos, como Acuña, Lanzini, Lo Celso y Tagliafico. Bustos -el lateral derecho es la posición más endeble-, Pavón, Caballero y Rojo estarán bajo un seguimiento especial. También el atrevido Meza y Enzo Pérez, un ausente que se cotizó. La gira expuso a todos: a Funes Mori, por ejemplo, que no está en condiciones de jugar en la selección. El DT prefiere no hacer experimentos con otras piezas, además ya no habrá ventana de amistosos para probarlos. Icardi, Kranevitter, Ascacibar o Pezzella no figuran en la carpeta del técnico.
2.- Mantendrá la línea de 4. Los seis azotes en el Wanda Metropolitano no cambiarán la idea de defenderse con cuatro jugadores. Aunque, vale repetirlo, no es el dibujo favorito de Sampaoli, que prefiere la línea de 3. ¿Entonces? Siente que la construcción del juego que busca, con un «protagonismo desmedido», demanda una cancha ancha y profunda, con la imprescindible intervención de los laterales. Además, y claro que no es un detalle menor, Messi los quiere y necesita para que cumplan tareas de distracción, para que desborden y él pueda aparecer por el área como un falso N°9, para que él pueda cerrarse a posiciones interiores, para sorprender con un cambio de frente.
3.- No llamará a un psicólogo. «Los primeros 20 minutos del segundo tiempo fueron decepcionantes e inexplicables», le confió a LA NACION un allegado al cuerpo técnico. Y no solo por los aspectos futbolísticos. A Sampaoli lo alarma la fragilidad emocional del grupo ante la adversidad. ¿Ejemplo 1? Higuaín falla y se trauma. ¿Ejemplo 2? Nigeria le marcó tres tantos en 19 minutos, y España, cuatro, en 22 minutos. Después de un paso en falso llega el desmoronamiento y, luego, la metralla de goles en contra. Falta concentración, rebeldía y hasta picardía para sobrellevar y superar momentos negativos. Quizá, un residual de tantas bofetadas en los últimos años. Pese a cierta impotencia que invade al técnico, no piensa pedirle colaboración a la ciencia: rechaza la intervención de un profesional y no le hará lugar a un psicólogo deportivo.
4.- Basta de Biglia-Mascherano. Fue un mal ensayo que Sampaoli no repetirá. Se equivocó. Dos volantes similares, que se mueven a alturas parecidas y no ofrecen matices para el inicio ni la elaboración. El titular, a 77 días del Mundial, es Biglia y Mascherano será su suplente. Después de la derrota con Nigeria, el técnico se convenció de que el Jefe no podía ser zaguero. Ahora, entendió que tampoco puede ser volante ante rivales de elite. «Mascherano no está [para jugar]., pero debe estar», resumió alguien del círculo íntimo. Irá al Mundial por lo que representa y por su ascendiente en el grupo. Sí, por razones que se cocinan más afuera de la cancha.
5.- Siempre al ataque. La atracción ofensiva no la negociará Sampaoli. Ni aunque en los últimos días se haya activado alguna línea interna que le sugiere que «para ganar un Mundial no te tienen que hacer goles». Pese, también, a que algunos lo invitaron a analizar que, sin tantos jugadores de jerarquía, quizá no convenga intentar atropellar a todos los rivales. Que puede haber otros caminos. Sampaoli no escucha y sigue.
6.- Dybala tendrá que brillar. Según Sampaoli, Lanzini entendió todo lo que debe hacer el socio de Messi. Le alcanzaron algunas prácticas en Manchester. Lo Celso, también. Dónde ubicarse, cómo complementarse con el capitán. Todo lo que Dybala no lee, filtra el cuerpo técnico. Pero Dybala todavía no está afuera del Mundial, aunque tendrá que sostener su repunte en Juventus para ponerlo en apuros al entrenador. Quizá, el hueco en la lista se lo termine inventando como una opción como centrodelantero, una alternativa para Agüero o para el atribulado Higuaín. Lautaro Martínez será el futuro; en los detalles de la gira, Sampaoli comprobó que aún lo envuelve un proceso formativo.
Los números
- 55 convocados en el ciclo de Sampaoli, que suma 10 partidos (4 por eliminatorias y seis amistosos). El DT llamó a 5 arqueros, 17 defensores, 21 volantes y 12 delanteros.
- 8 jugadores no tuvieron la oportunidad de jugar ni un minuto y solo ocuparon un lugar en el banco: Rulli, Pinola, Pareja, Casco, Ansaldi, Ramiro Funes Mori, Augusto Fernández y Ángel Correa.
(La Nación)