¿Cómo pasa sus días el envenenador con «agua bendita» de Salta?

Los peritos psiquiátricos confirmaron que tenía conciencia de la criminalidad de sus actos.

Un mes después de su entrada a la celda «C» de la Alcaldía de Salta Gaspar Cinco, el acusado de envenenar a su pareja, Alejadra Párraga, y a su hijo de dos años con cianuro, aseguró que sus compañeros de detención le hacen sentir su repudio y que tiene miedo «por su integridad física».

 

La celda es conocida como «El Chancho» porque en ella suelen alojar a los reclusos que no pueden convivir con el resto de los presos y, aunque el aislamiento los resguarda del resto, también se ven obligados a permanecer y hacer sus necesidades dentro del mismo espacio.

 

Así pasa sus días el periodista, después de matar a su novia y al hijo de ella, enfermo, a través de un cruel engaño. Le había ofrecido a la mujer «agua bendita» para que el chico se curara, pero estaba envenenada con cianuro y los dos murieron con diferencia de minutos.

Tampoco alivió su situación la conclusión de la junta médica psiquiátrica. Los peritos determinaron que no presenta psicosis ni otro trastorno mental que pudiera aislarlo de la realidad. En otras palabras, sabía lo que hacía cuando los mató.

 

El resultado, que ya fue incorporado a la causa, era clave para establecer la imputabilidad de Cinco. Está detenido y acusado por el homicidio doblemente calificado, por la relación de pareja y por el medio utilizado y por el homicidio del menor.

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