Va camino a cerrarse como un «suicidio» el caso de la artista Luciana Ferrer

Luciana Inés Ferrer tenía 31 años. Era argentina, pero estaba radicada en Río de Janeiro, Brasil, donde se desempeñaba como coach, artista, modelo, bailarina y pintora. Pasó las fiestas de fin de año con su familia en Pinamar (en la costa atlántica argentina) y después viajó a Rosario, donde subió a un micro que tenía como parada final a la ciudad carioca. Sin embargo, ella nunca llegó a destino. El 14 de enero de 2015, la encontraron agonizando en un baldío de Candelaria, con quemaduras en distintas partes del cuerpo, y murió día después. Pese a las circunstancias llamativas que rodean al caso, y con más de un año de investigación a cuestas, para la Justicia no se trató de otra cosa más que de un suicidio. Así va camino a cerrarse el expediente.
Fuentes con acceso al expediente indicaron que luego de la presencia de familiares de Ferrer en Posadas para reconocer el cuerpo y dejar muestras de sangre para un ADN, el cotejo confirmó la identidad de la mujer.
Las pesquisas continuaron, pero nunca apareció indicio alguno que apuntara a un hecho doloso o accidental que haya derivado en la muerte.
La familia Ferrer le perdió el rastro a Luciana el 11 de enero del año pasado. Según los investigadores, la artista se bajó del colectivo en Posadas y después, no se sabe bien en qué circunstancias, apareció en Candelaria. Horas antes de que la encontraran agonizando, con el 95% del cuerpo quemado, la joven fue hasta un almacén ubicado a unos 400 metros del baldío donde la hallaron gravemente herida y compró una botella de alcohol medicinal. Pidió el recipiente más grande que había para la venta.
Los forenses que hicieron la autopsia no hallaron signos de abuso en el cuerpo de la mujer.
escenario 1
El baldío donde la encontraron quemada está cerca de la ruta nacional 12, a escasos metros de la avenida Amalio Díaz.
Un vecino del barrio San Cayetano que declaró ante la Policía dijo que poco antes de que encontraran a Luciana vio alejarse del lugar a un hombre en short, en dirección a una cancha de fútbol. Incluso se especuló en su momento que ese extraño había ido al baldío a tener sexo con la mujer, pero que algo pasó y ella decidió prenderse fuego. Todas conjeturas.
Fue Marcelo Ferrer, el padre de la fallecida, quien le contó a la Justicia que su hija pasó unos días a Pinamar con la familia y que se despidió diciendo que tenía que volver a sus actividades en Brasil. Precisó que él es tucumano, pero por su trabajo en el Inta hace 35 años que reside en la localidad bonaerense de Pergamino. Aseguró que nada en la conducta de la artista le hizo sospechar que se encontraba deprimida y menos que se quisiera quitar la vida.
Hoy, más de un año después, el expediente camina lentamente hacia el archivo como un suicidio.

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