A 52 años del golpe, Dilma Rousseff dice que la oposición busca derrocarla «sin base legal»

La Presidenta de Brasil, ex presa política y torturada, recibió en el Palacio del Planalto el apoyo de decenas de intelectuales, científicos y artistas que rechazan el juicio político.

 

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó, a 52 años del último golpe de Estado que instaló una dictadura entre 1964 y 1985, afirmó que la oposición está «intentando dar un color democrático a un golpe que no tiene base legal», al comentar sobre el juicio político que le inició el Congreso.

 

 

La mandataria, presa política y torturada recibió en el Palacio del Planalto el apoyo de decenas de intelectuales, científicos y artistas que rechazan el juicio político.

 

«En el pasado al golpe lo llamaron revolución y hoy intentar dar color democrático al golpe. Hace 52 años hubo un golpe. Yo viví ese momento y creo que todos aprendimos el valor de la democracia», aseguró la mandataria.

 

En ese sentido, cargó por primera vez contra el motivo de su juicio político, las llamadas ‘pedaleadas fiscales’, coberturas del presupuesto con préstamos de los bancos públicos, al apuntar que todos sus antecesores incurrieron en el mismo mecanismo que ahora se transforma en «crimen de responsabilidad».

 

«Mi ‘impeachment’ significa que todos los gobiernos anteriores deberían sufrir juicio político también, porque todos, sin excepción, practicaron las pedaleadas», sostuvo la mandataria.

 

Rousseff calificó «triste» el sentimiento de odio que existe en la sociedad y narró el caso de un pediatría del estado de Rio Grande do Sul que se negó a atender por temas ideológicos a la hija de una ex funcionaria del Partido de los Trabajadores (PT).

 

«Por eso tenemos que luchar para volver a crecer y a crear una sociedad de clima de unión. Es muy triste cuando un médico se niega a tratar un niño porque los padres integran el PT.

 

Entre los invitados estaba Rose Nogueira, periodista y titular del grupo Tortura Nunca Más de San Pablo, que compartió la celda con Rousseff, quien fue presa política de la dictadura entre noviembre de 1970 hasta enero de 1972, lapso en el cual sufrió torturas por 22 días seguidos.

 

La presidenta tuvo especial atención para la película «Qué horas ela volta?» de Anna Muylaert, que refleja el ascenso social y educacional de las clase más bajas en los años de gobiernos del PT.

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