Patricia Álvarez, es otra de las casi 200 personas que fueron estafadas por la red de gestores truchos, quienes pedían dinero a cambio de conseguir casas en el barrio Itaembé Guazú a través del programa Procrear.
Patricia Álvarez. Radio Libertad.
Según lo relatado por Álvarez, ella se enteró por medio de una amiga, que existía la posibilidad de acceder a una vivienda pagando poco dinero, y que la persona que se encargaba de realizar la gestión aseguraba que la misma era entregada en un plazo máximo de seis meses. ‘‘En marzo del año pasado yo fui a visitar a la señora Carola Rodríguez a su casa, que estaba en Eva Perón y Blas Parera, en Villa Cabello. Ahí ella pidió $2500 una fotocopia de mi DNI y mi partida de nacimiento’’, relató Álvarez.
La mujer que se presentaba como Carolina Rodríguez y aseguraba que su jefe, quien según ella trabajaba en Iprodha, era su contacto para conseguir las viviendas. La estafadora ofrecía según Álvarez dos opciones, una en combo que tenía un valor de $2500 pesos, que además de la casa incluía los muebles, y además otra opción de $1800 por la vivienda vacía. Una vez pagada esta suma, se les entregaba la casa a los pocos meses, y una vez entregada, el propietario seguía pagando cuotas de $1000 hasta llegar a la suma de $10.000, que era el valor final de la propiedad.
A cada una de sus víctimas, Carolina Rodríguez le aseguraba que podía conseguir casas para los familiares y amigos, y de esta manera extendía la red sin tener que quedar expuesta. El caso de Álvarez no fue distinto, ella cayó en la trampa al igual que los demás y llevo más personas a la casa de la Señora Rodríguez para que accedieran a algo que se veía como una verdadera oportunidad. ‘‘Yo seguí llevándole gente hasta octubre del año pasado, en el día de la madre, ese día le escribí un mensaje y no recibí nunca más una respuesta de su parte. Incluso me acerque a su casa y me entere que ya no vivía ahí’’, explicó Álvarez.
Al ser consultada acerca de porque no fue a averiguar en Iprodha si lo que le prometía Rodríguez era cierto, Patricia Álvarez explicó que les había pedido que no vayan, ya que esto podía entorpecer el tramite y que una vez que perdió el rastro de Rodríguez, ya era demasiado tarde.
