Estamos frente al día D en términos económico para la Argentina. Ese día se elegirá entre «avanzar hacia una propuesta para el Desarrollo Argentino con más trabajo, consumo, inclusión y federalismo o volver a políticas de “Libre Mercado, Concentración de la riqueza, Endeudamiento sistemático, Centralismo y Achicamiento de los Servicio Públicos de Estado».
«Hoy de cara al balotaje del 22 de noviembre, más allá de los dos referentes políticos, se ponen en pugna dos Modelos Económicos: uno orientado al mercado interno con presencia y rol del Estado con el objetivo principal en la inclusión social a través del desarrollo, y otro de apertura, orientado al mercado externo y sin participación de la administración pública; en este ultimo esquema, las reglas de la economía las maneja el Mercado, y el mercado es el solucionador de todo. Pero el Mercado no siente, no ve, no tiene corazón, no tiene solidaridad, no puede crear fuentes de trabajo y no ayudas al más débil. (Ya lo demostró en la gran depresión norteamericana de la década del 30, donde la falta de solución del mercado llevo al fracaso rotundo de ese modelo concentrador y fue el estado quien a través de la inversión pública el gran mitigador para salir de la crisis mundial más grande del país del norte)
Es preocupante cuando los referentes económicos del candidato a presidente de Cambiemos, Mauricio Macri, aseveran: que si ganan las elecciones, aplicará una devaluación «brusca» de la cotización de la moneda estadounidense.
En consecuencia esta situación conllevaría una redistribución de los que menos hacia los que más tienen, reduciendo el salario real por que los precios de los alimentos y de muchos otros productos de la canasta familiar están ligados al dólar, con un dólar alto y los salario congelados el poder adquisitivo cae, ergo hay mucho menos consumo y menos ventas en los comercios y empresas, también con un incremento del precio del dólar y la apertura de las importaciones, se producirá un ingreso descontrolado de productos importados que traerían como consecuencias una nueva destrucción de la incipiente industria nacional y varias pymes, comercios, economías regionales e industrias quedarían en el camino como en la década de los 90 en Argentina.
También entre los planes del macrismo figura volver a los mercados financieros a obtener créditos, y si solamente se toma deuda para volver a sacar divisas del país por el lado de las empresas multinacionales, políticas liberales asociadas a la misma década del 90, habrá un resultado negativo para el empleo y la producción nacional».
No se puede permitir echar por la borda el arduo trabajo que significó para nuestro país el proceso de desendeudamiento realizado en los últimos años».
Con respecto a la inflación será la otra dura batalla del próximo gobierno, y con Macri, las políticas aplicadas para contener los precios tendrán un «costo mayor, principalmente en la fijación de salarios y reducción de circulante, acción que en el corto plazo traería descenso de actividad y consecuentemente aumentaría el desempleo«.
Asimismo en la cuestión de las retenciones impositivas a las exportaciones agropecuarias, el plan del macrismo es eliminar todo tipo de derechos de exportación, situación que provocaría un incremento de los precios internos y una renta extraordinaria a un pequeño grupo concentrado exportador.
