Un vecino vio el cuerpo y la información corrió de boca en boca. Cuando Claudia escuchó que había un cadáver siguió lavando la ropa. El crimen sucedió en Ostende (Costa Atlántica).
En el lugar donde estaban los restos descuartizados de Benjamín Ayala de un año y medio, ahora hay una cruz y flores que la gente del la zona colocó allí. La acusada es la mamá del niño Claudia Ayala, quien ahora está prestando declaración indagatoria.
La imputada no denunció la desaparición de su hijo. Tampoco denunció a Leonardo Aguilera, el padre del nene, que según ella fue el autor del crimen (además Aguilera tiene coartada). A esto se suma que una vecina de Claudia contó que cuando se enteró que encontraron a un nene muerto a 150 metros de su casa, le advirtió a Ayala y la mamá de Benjamín contestó: «Los míos están bien».
La vecina aclaró que cuando Claudia contestó que sus hijos estaban a salvo, sólo uno de ellos la acompañaba, el más grande de tres años.
La autopsia reveló que Benjamín murió por asfixia.
¿Cómo es el perfil de una madre?
Por el crimen de Benjamín Ayala, el nene de un año y medio que fue encontrado asfixiado en Ostende, fue imputada su mamá Claudia Ayala. Ante la posibilidad de que la madre del niño haya sido su asesina, la criminóloga Olga Fernández Chavez analiza el perfil de los padres violentos.
«La madres no es que tienen un instinto maternal, en realidad es una conducta aprendida».
«El caso de Ostende entra dentro de un porcentaje de niños menores a cuatro años que mueren por negligencia. A partir de los cuatro, con la escolarización disminuye el riego que tiene porque puede ser detectado por los docentes», explicó la criminóloga.
«Los padres que tienen un alto nivel de agresividad no generan un vínculo con el menor», agregó.
