Boletas electrónicas: una posición a destiempo y de mala fe electoral

Desterrar las creencias acerca de que no es parte de una evolución tecnológica inmediata implica entender que cambiar la forma de votar, como cualquier otro elemento del sistema electoral, es una decisión política en la que cada sistema político sopesa ventajas y desventajas.

Cuando hablamos de voto electrónico, en realidad nos referimos a sistemas de muy distintas características: desde una boleta que es leída por un escáner hasta una máquina similar a un cajero de un banco que registra nuestra decisión electoral a través de una pantalla táctil.

Hay algunos en los que la información electoral queda registrada en el sistema operativo de la máquina y otros – como el que usa Salta hoy- en los que la interface digital se utiliza sólo para seleccionar las opciones pero el voto no queda almacenado digitalmente.

En un sistema de voto manual, el escrutinio de mesa puede ser fraguado intencionalmente pero el fraude difícilmente puede hacerse de forma sistemática y generalizada.

En los sistemas electrónicos de votación, es posible adulterar los datos de forma centralizada y, por ende, con mayor impacto.

Algunos estados de Estados Unidos –como California– innovaron mucho en sus protocolos de seguridad. La regulación y el control de cualquier sistema electrónico son más sofisticados y complejos que los de un sistema manual.

Por ello, la implementación de sistemas electrónicos para emitir el voto requiere una autoridad electoral con altas capacidades técnicas. Si el sistema está bien auditado, la probabilidad de fraude con voto electrónico es más baja aunque, de ocurrir, el daño es mayor.

El sistema, que en CABA había sido establecido una ley sancionada en 2013, no fue  implementado en abril, según una disposición aprobada en una sesión especial por la Legislatura porteña.- Vale decir, Macri incurrió en “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”

 

Para las elecciones nacionales, el instrumento de votación es una boleta por partido. Para las provinciales, varios distritos cambiaron este instrumento por diferentes sistemas de boleta única y de voto electrónico y este cambio abre una discusión sobre cómo se presenta la información electoral.-

 

Los representantes de la oposición, piden ahora el voto electrónico. Ello implica modificar la Ley Nacional Electoral que en sus arts.62,63 y 64 regula la boleta de sufragio, esto es, el instrumento de expresión electoral de cada ciudadano.-

 

Sabe la oposición que la ley no se cambiará. Pero lo que es mas grave, sabe que pierde en octubre las elecciones nacionales. Por eso no se preocupa de hacer propuestas diferenciadoras y superadoras a las del candidato oficial Scioli. Opta por una maniobra inmoral: embarrar la cancha, distraer al electorado, introducir cuestiones que lo apartan a éste del análisis elemental por quien votar.-

 

No dice nada la oposición de la votación reciente en las “Paso”, cuando le fue muy mal y mediante el sufragio con boletas. La degradación democrática que implica priorizar intereses personales a los partidarios, y los de éstos al interés ciudadano, hacen una pésima imagen hacia adentro y hacia afuera de la Argentina.- No era esto por lo que luchamos desde 1976 al 83. Y no puede licuarse este esfuerzo en el cual se llevo la vida de muchos por logarlo. El eufemismo de la “democracia de lo posible” no debe justificar estas maniobras porque de esta forma la democracia está de luto.

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