Ramón Zerpp (32) se evadió de la Unidad Penal II de Oberá el lunes a la mañana y el jueves por la tarde se entregó. Confesó que se escapó porque se enteró que su ex concubina lo denunció por amenazas y violencia, enterado de ello temió que pese en su contra una nueva condena que agrave su estadía en la unidad penal. Ahora los penitenciarios son investigados para determinar sus responsabilidades.
Tras cuatro días de búsqueda del fugitivo Zerpp, se entregó tras una negociación con el Subjefe de la Unidad Penal quien le dio garantías para una entrega sin inconvenientes.
El jueves pasadas las 16.30 el propio delincuente se hizo presente en la vivienda de su madre, en la localidad de San Martín. Previo a ello, los integrantes de la fuerza tenían la información de que Zerpp se encontraba por la zona e inclusive en otra visita notaron con actitudes extrañas a la madre del fugitivo, como si tuviera información del paradero de su hijo. La persuadieron y lograron convencerla de que se comunique con su hijo para coordinar la entrega del mismo.
Así fue que Zerpp se hizo presente de manera voluntaria, inclusive se bañó en su casa, para luego ser llevado al hospital SAMIC de Oberá para ser revisado por el médico, además fue notificado por el secretario del Tribunal sobre su situación tras la fuga.
Ahora, Zerpp perderá los beneficios que gozaba previamente a su fuga, y este mal accionar podría tener otras consecuencias graves para él y los uniformados que estaban de guardia al momento de la fuga.
El Subjefe de la Unidad, Alcaide Marcelo Da Rosa señaló que «se inicia una investigación interna para determinar el grado de responsabilidad del personal de turno. En ese momento estaban el maestro panadero con siete internos y otros miembros de la Unidad».
Además agregó que se extremaron las medidas de seguridad en toda la Unidad para evitar futuros inconvenientes de similares características.
FAA
EP
