Oda: El ocaso de la nación misionera

ruben garciaEscribe Rubén Emilio García 

 

 

Hay que tener el amor y la valentía de los curas Jesuitas.

No de los apóstatas y cobardes que quisieron destruirlos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HISTORIA Y LEYENDA

La historia relata que en 1612 llegaron a la región del Guaira -actual Estado de Paraná, Brasil- doce sacerdotes de la Compañía de Jesús, los soldados del ejército de Cristo. Pues, símil a un régimen militar, el comandante superior de la Orden detentaba el cargo de General, debiendo obediencia debida únicamente al Papa.

Ellos iniciaron la misión evangelizadora de catequizar a los originarios de la selva y aglutinarlos en pueblos dignamente construidos, que fuera la admiración de quienes conocieron.

Basados en las virtudes de la moral cristiana, practicaron un régimen socialista y humanista único, jamás aplicado hasta hoy día por otras naciones del planeta: La Nación Misionera y Guaraní. 

Comandaba al grupo como jefe y guía espiritual Antonio Ruiz de Montoya, joven de veintiséis años de edad, e integrante de una acomodada familia, que abandonó placeres y riquezas para meterse de cura y adentrarse a la mar de la selva con el objetivo de catequizar a quienes no conocían a Cristo, de acuerdo a los designios de su fe.

 

Circunstancias poco claras lo alejaron de su querido Loreto, el pueblo que eligió para vivir y morir  en paz, pero lamentablemente para su desdicha la muerte lo sorprendió en su ciudad natal: Lima.

Cuenta la leyenda que llegaron con Antonio dos amigos entrañables: Andrés, de riquísima familia y buen vivir, a quien la transmisión oral atribuye de ser el primero en acercarse a un originario guaraní en la región: Un niño de nombre Ñaroí, hermano de Aguaraí, de la estirpe de los Ñaró. Y según rumor de los últimos Chamanes, fueron ancestros de Andrés Guacurarí.

El otro en llegar fue Juan, el hijo menor de un hogar humilde, cuyo contacto familiar en forma regular lo hacía  con Beatriz, su única hermana mujer, por medio de largas y afectivas cartas.

Ninguno de los dos, Andrés ni Juan, por motivo alguno abandonaron la selva desde que llegaron. Y del grupo de los doce Juan fue el último en morir ya muy viejito. Tanto, que los mitaí en forma indulgente y socarrona le preguntaban. ¿Cuántos años tiene  Paí Juan, cien, ciento cinco, ciento diez…?

Mitaí= niño. Paí= padre

 

 

 

AÑO 1612. LA LLEGADA

 

Son ellos, se dijo al verlos.

Ellos eran los peregrinos esperados

desde  hacía muchas lunas brillantes

por los hermanos de la aldea.

De aquel arribo sabían

por el relato de sus antepasados

quienes apesadumbrados decían

que en diversos lugares del suelo natal,

atracaron hombres de piel blanca

que en cualquier momento llegarían.

 

Sombríos los Chamanes murmuraban

que bajaron de enormes canoas

vistiendo ropajes raros y akäo en la cabeza,

que los guarecían de las flechas y las chuzas.

También referían  que en vívida simbiosis

montaban bestias de cuatro patas

sin entender quién dominaba a quién,

o si se trataba de un solo ser siniestro

que doblegaba a quienes se oponían.

 

Por suerte y merced a las plegarias

que elevamos a Ñande Yara nuestro Dios,

entraron a nuestras expectantes vidas

hombres de toga con una cruz en el pecho

y la Santa Biblia bajo el brazo.

Seres que nos trataron fraternalmente

cimentados en la ética y moral cristiana,

a diferencia de otros pueblos originarios

que indiferentes a sus ritos y cultura

los sometieron cruelmente con la espada.

 

Y con la espada de la alevosa soldadesca,

o con la cruz de los píos sacerdotes,

los hombres blancos imperios conquistaron

y crearon aldeas y ciudades.

¿No ven acaso los treinta pueblos misioneros

erigidos con la voluntad de las termitas

entre el verde follaje de la magna selva?

¡Es ahí donde exhiben con sublime orgullo!

El pendón de la libertad y la justicia.

La caridad, el amor fraterno y la lealtad.

 

Akaô= sombreo. Ñande Yara= nuestro Dios

 

 

 

 

 

 

 

 

EL AVAÑË`E

     

 

La oralidad fue el arte de comunicarnos

Dijo el Mburuvichá a los avá presentes

Ya que ancestralmente nuestro pueblo

La tradición relataba de esa forma

En clara y manifiesta relación

Con el pasado, el presente y el futuro.

 

Hasta que vinieron los curas Jesuitas

Y aprendieron el dialecto del guarán

Y al compás de fonética y gramática

Elaboraron el congruente abecedario

Para después compaginar la ortografía

Y la escritura del idioma guaraní

Alterando nuestro atávico lenguaje

Y transformarlo en el moderno avañê`e!

 

 

Akä`o= sombrero.- Ñandeyara=Dios.- avá= Indio guaraní.- avañe`ë= idioma guaraní.- Mburuvichá= jefe de jefes

        

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3- COMUNIDAD EN LAS MISIONES

 

Hemos formados una Nación de iguales

de comunión  ecuánime y altruista

donde la renta de los productos

se prorratea según necesidades    

así vengan de la caza y de la pesca

de cosechas de cultivos implantados,

 o de silvestres frutos colectados.

                                  

Tampoco somos dueños de la tierra

la consideramos un bien comunitario

que debemos socialmente cultivarla.

 

Esto nos diferencia de los encomenderos

que reclaman la propiedad como derecho

y al no cultivar la tierra con sus manos,

necesitan de vasallos que lo hagan.

Nada mejor –entonces- que valerse

de los hermanos vilmente adocenados

para esos menesteres sin salarios.

 

¡Por Dios están siendo esclavizados!

en la mita, yanaconazgo y encomiendas

y en las miserables fazendas lusitanas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4- CONFESIÓN DEL AVÁ

 

No sé en qué momento mi abuelo

El gran Mburuvichá, jefe de jefes,

Admitió como propio el catolicismo

Y con él mi padre y demás caciques.

 

Después espiritualmente guiaron

Al pueblo de mis antepasados

Hacia el sacramento del bautismo

 Numen sagrado del cristianismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5- REFLEXIONES DEL PADRE ANDRÉS

 

Más bien que para mal

 Dios nos dio la inteligencia

y depende de nosotros

 emplearla con sapiencia.

 

Nos dio el alma inmortal

 eterno etéreo esencial

 que sutil en nuestro ser 

nos escolta silencioso.

 

Es depositario inflexible

 de todas nuestras acciones

y después que la muerte llegue

 puntual se presentará ante Dios.

 

También nos dotó de espíritu

 que es nuestro yo interior

 guiando todos los actos

 cedido al mundo exterior.

 

Es un costal que convive

el rencor y la ecuanimidad,

 la envidia y la modestia,

 la frivolidad y la austeridad,

la avaricia y la generosidad

 el genial fuego sagrado

y las ascuas irrelevantes.

 

Dos alternativas contienen

dominadas por la conciencia:

 aquí la fortaleza, allá la debilidad.

y ambas sometidas, a la sinceridad.

 

El espíritu de débil textura

comporta humanas miserias,

y la aplicación de injusticias

 sobre indefensos y parias.

 

Al contrario el espíritu fuerte

se apoya en la imparcialidad

del sentimiento y la razón

de la justa ecuanimidad.

 

He aquí los valores expuestos

del espíritu del hombre correcto:

 la cordura del saber por un lad0

 y aplicación de justicia por otro.     

 

7- CASAMIENTO BENDECIDO POR EL CHAMÁN

 

“Yvoty, tú eres la flor

Ñaroí, tú eres el roble

También Yvoty eres la luna

Y tú Ñaroí eres el sol

Ambos:

El sol y la luna

Deambulan por el firmamento

Como ustedes desde hoy,

Caminarán esta tierra.

 

El sol y la luna ¿pueden juntarse?

Jamás

Pero sí pueden hacerlo

La poesía y el poeta

Y tú Yvoty eres la poesía

Y tú Ñaroí el poeta

Y en la poesía

El sol y la luna pueden unirse

Como ustedes desde hoy,

Caminarán esta tierra

 

En esta unión Ñande Guazú los bendice.

Id y sed felices.”

 

 

 

 

Yvoty=flor.- Ñaroí= Hijo de bravo.- Ñande Guazú= nuestro gran

 

 

                                

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

6- LOS VAMPIROS BANDEIRANTES

 

Estamos siendo invadidos

vociferaban los avá cuéra

ante el avance bandeira

dispuesto a esclavizarlos.

Y los descubierteros del frente

repetían con horror

que muy al norte del Guaira

atacaron sin piedad

las tribus de los hermanos.

 

Y en la orgía humillante

de la repartija sin límites

a los jóvenes engrillaban

y a los viejos degollaban

para el festín de alimañas.

En tanto otros pobres prójimos

que huyeron hacia los montes

abandonan chozas, semovientes

y sus pocas pertenencias.

 

Nos hallamos conmovidos

prosternados en oración

porque la asesina bandeira

cual marabunta a su paso

deja yermo todo espacio

en su afán de cazar humanos

que ellos creen infrahumanos

sin importarles iglesias

ni íconos de los santos.

 

En suceso de tanto riesgo

que se nos va la vida en ello.

¿Qué hacer, fugar, pelear?

Pelear ¿Cómo y con qué?

¿Las chuzas contra mosquetes?

¿O las flechas contra cañones?

Por Dios que no va esa acción.

Pues fácil presa seríamos.

Entonces ¿huir es la opción?

 

Y el Padre Ruiz  razonando

nos dijo muy compungido

solo quedan dos caminos:

uno es pelear sin esperanzas

contra cinco mil caza-hombres.

La otra es el éxodo en masa

en busca de otra tierra sin mal

bajo la protección Divina

de Nuestro Padre Celestial.

 

Y explicó sin hesitarse.

que los bandeiras profanos,

se vienen por los hermanos

con el fin de esclavizarlos

en las minas  y fazendas

de inmorales personajes

que dicen que son cristianos

y van a misa los domingos.

 

¡Oh raza de mal nacidos!

peste andante de la selva

que tratan como inhumanos

al pueblo de las Misiones.

Y en su conjuro el Chaman

al feroz invasor augura

que Añá jubiloso espera

en Añareta su alma impura

 

 El viento expande el rumor

que  el bandeira es fiel vampiro

de inescrupulosos que vinieron

a colonizar no con sus esfuerzos,

sino mediante vil explotación

a los originarios hijos de la selva.

Así mandan a crueles caza-hombres

que a su paso matan y destruyen

sin atisbo de piedad ni compasión.

 

Si la envidia genera odios y rencores

la codicia siempre engendra la injusticia

que se comete sobre la faz de la tierra

para colmar la avidez de ambiciones.

Es lo que perpetra esta gente infame

sobre pueblos que en excelsa ilusión

levantaron fraternalmente una nación

por voluntad de vivir mancomunados.

 

Por todo esto hermanos hoy nos vamos

Jurando en reconstruir un nuevo Estado

Basado en la esperanza y fe cristiana.

Precepto magno de los curas ignacianos

 

Avà cuèra= Aquella gente. Guaira=fue el nombre de un cacique.- Añaretá=infierno.- añá= diablo.  

 

 

 

 

 

 

 

7- ÉXODO Y LA DESPEDIDA DEL CHAMÁN

 

El Chamán renunció al éxodo

Y se quedó con los ancianos

Que no podrían soportar

El largo viaje en curso.

 

Asimismo protegía

A enfermos incurables

Minusválidos y orates

Con destinos de orfanatos.

 

Los llevaría a Yasí Porá

El Paraíso leyenda

Secreto de los Chamanes

En el medio de la selva.

 

Allí solo entran humanos

Con sus almas que caminan

Hacia la Tierra Sin Mal

Que es el destino final.

 

Y como el Chamán sabía

Que a todos los que se iban

Jamás volvería a ver

Elevando sus ojos al cielo

A Tupá musitó este ruego

En su dulce avá ñe´é

 

¡Ea Ñande Yara!

He Añangarekó nde chara vaekue oho kuevo I Guazú

He Mboguatá pu’ae ichupe akaguapy rera petey yvymarae’ÿ

Pyri yvirá ha yvoty

¡Oho joyke’y chemba’e!

Vaekue Ñandejara kuera ñangarekó

Guaichá ñangarekó ichupe ka’guasú

Rehe ime ka’guasú reko ogapy

¡Oho ha8- pu’aka!

Ramojepe kuera mba’e vai pota pu’aka

Mbaè vai rera pire morotï

Yëra kambá re`ra ichupee pyahu te’yi

¡ Ha ñemondu`á!

Vaekue anga guaraní angete kañy

Aja va pehague tajy oiková heja rera poty jera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  1. TRADUCCIÓN DEL GUARÁN

 

Mientras el chamán rogaba en guaraní

Iba traduciendo el cura cunumí

 

¡Oh Dios!,

Protege a tus hijos que se van por el gran río;

Condúcelos a la paz de una nueva tierra sin mal

Con árboles y flores.

¡Id hermanos míos!,

Que Dios los protegerá

Como protege a la selva.

Porque habiendo selva tendrán hogar.

¡Id y venced los males!

Aunque los malos los quieran vencer.

Malos de piel blanca,

O morenos de la nueva raza.

¡Y Recuerden!

Que el alma guaraní recién desaparecerá

Cuando el último lapacho viviente

Deje de florecer.

 

 

Cunumí= joven, yasí=luna.- porá=linda

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

9- LA FE DE LOS JESUITAS

 

¿Qué fuego sagrado alienta al ser humano

A mantener intactas sus convicciones

Y no bajar los brazos ante la extrema adversidad?

 

¿Será el espíritu de la fe metido cual estilete

En el cuerpo, en el alma y en la mente,

Que los insufla de férrea voluntad como designio?

 

Si así fuera; debe interpretarse ciertamente.

Que fueron consagrados por la gracia celestial

Al entrar al glorioso “Ejército de Cristo”

Como exultantes soldados de su causa

Refrendando en juramento explícito y leal

Preservarlo con honor e inflexible ardor

 

¿Y en esta cruel encrucijada?

Jamás abandonarán la empresa señalada

Por más que en ella perdieran la vida

Porque sólo ellos sin la ayuda de nadie

Manteniendo la fe primitiva y terca decisión

Se pondrán al frente de doce mil voluntades

Y guiarlas a nuevos lares de paz y redención.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

10- EL REY DE LA CREACIÓN

 

 

Kuarahy, el Karaí Resplandeciente,

despuntaba muy hiriente

avisando que el día vendría caliente.

 

Aunque la brisa

a la piel curtida del avá

que ya chorreaba sudor,

le brindaba cierta frescura

 

Paradójicamente sus rayos

asomando potentes

daban luz al magnífico paisaje

de formas y coloridos fantásticos,

obra de la mano del pintor divino.

 

Río y selva, cielo y sol,

pájaros volando,

monos chillando,

insectos curiosos, reptiles reptando,

roedores y mamíferos despertando,

ofrecen el espectáculo grandioso

de la naturaleza viva.

 

Nunca mortal alguno

podría crear algo tan bello,

ni siquiera sacar de la paleta

y transmitir al lienzo

lo que su mirada observa

y la mente lucubra.

 

Qué pequeñín es el hombre en la tierra

y menos de un átomo en el cosmos,

sin embargo, cuánto daño hace.

Dios mío ¿Es éste el rey de la creación?

 

 

 

Kuarahy= sol, Karaí= señor

 

 

 

 

 

 

 

11- CAMINO DE LA ESPERANZA

 

Doce mil almas en las balsas se apiñaron

al comienzo del éxodo terrible.

Y cuatro mil quinientos sobrevivieron

para reiniciar en el medio de la nada

la enorme y portentosa gesta heroica

de levantar treinta pueblos de leyenda

desde  occidente del gran río Paraná

al oriente del Uruguay, el río de las aves

 

Cuatro mil quinientos pervivieron.

porque en el debe del éxodo infeliz,

se contabilizan  los muertos en el río

y aquellos que en la selva fenecieron.

Verde selva engalanada de flores

que indiferente de los que huían,

jamás se separó como el mar Rojo,

facilitando el paso de los parias.

Y el verde, al contrario, verde siguió

voluminosamente enmarañado,

dificultando el camino del hombre

convertido en involuntario invasor

al destruir la vegetación a su paso

en violación al juramento protector.

 

Es el momentos en que la selva

 insensible al conflicto humano

reacciona y activa como ser viviente

recursos defensivos con ferocidad.

Espinas y ramas se tornan agresivas

 víboras ponzoñosas reptan belicosas

se lanzan impiadosos los mosquitos

y se multiplican las miasis en heridas.

Fieras locas oliendo carne humana

se acompañan de alimañas carroñeras,

y aparece ese raro y mortal proceso

que empalidece el cuerpo humano,

como un pesar más que debe soportar

el  agotado espectro en retroceso

 

Y los chamanes ante ingrata situación

celosos defensores del sistema

en sus augures solemnes advertían:

Que la selva protege a todo ser viviente

cuando la busca como refugio natural,

pero si la atacan se vuelve tan cruel

que no distingue amigos de enemigos

y vengará la ofensa con cruel castigo

 

 

 

12- NOCTURNO

 

Entre la vastedad de las estrellas

brillando en cielo tan oscuro,

la luna dominaba el estuario

observando indiferente el escenario.

 

La luz reverberaba ondulante

sobre el gran río de los ríos

y la brisa del viento en superficie

minúsculas olas modelaba

que al chocar en la orilla juguetona

provocaba el murmullo titilante

del suave líquido en vaivén.

 

Era tan suave la cadencia

que sutil movimiento provocaba

de las cientos de balsas arracimadas

que aferradas una al lado de la otra,

al amanecer serían invadidas

por la marea humana desolada.

 

Cientos de balsas atracadas

En la orilla mansas esperaban

para acarrear al contingente

como si fueran míseras jangadas

y en el cruel y triste desarraigo

cual zombis los guaraní musitaban

Ay Tupá, ay Tupá

No me dejes en la estacada

Ay Tupá, ay Tupá es difícil la parada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

13- REZO EN AVAÑE´É

 

 

 Joike`y Chaemba`e: Ková va`irã jehu Oho Chupé Tembiepotá Ygua Ñandeyara ñembo`ejoike`y. Mopu`ã  petei  ñembo`e  ndive  jejaposey pe ñande ava ñeé

 

Hermanos míos- expresó el avá- esto que sucedió- fue por voluntad de Dios- recemos al Padre Nuestro que está en el cielo- en nuestro familiar aváñe´é- y  danzando por nuestra fe.

 

Ore ru reiméva yvágape

toñembojeroviákena nde réra.

Taoreañuamba ne mborayhu

Tojejapo ne rembipota,

ko yvy ári yvágapeguáicha.

Eme’êmo oréve ko’ára kóvape ore rembi’urã

opa ára roikotevêva.

Ha eheja reíkena oréve ore mba’e vaikue,

roheja reiháicha ore rapichápe hembiapo

vaikue oréndive.

Ha ani orerejátei reñepy’ara’ã,

ore pe’a avei mba’e pochy poguý

opa ára roikotevêva.

 

Ore ru reiméva yvágape= Padre Nuestro que estás en el cielo…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

14- MBORORÉ Y EL TEMOR A DIOS

 

 

Con la manifiesta mística Jesuítica

y el portentoso ardor de los titanes

los Misioneros fundaron treinta  pueblos

después del éxodo doliente y oprobioso.

Ave Fénix fulgurante que en su espacio

de cuya ponderosa y sublime redención

albergó a miles y miles de  familias

en hogares formalmente construidos.

 

Y ante la amenaza de la nueva arremetida

de bandeirantes en busca de su presa

en simbiosis con los curas aguerridos

se prepararon en defender a la Nación.

Ya tenían preparado el bronceado cuerpo

a fuerza de instrucción y cuerpo a tierra

la moral de inquebrantable fortaleza

y  el espíritu rebozando de pasión.

 

Que se venga nomás esa caterva

viles caza-hombres del averno

ya tenemos preparadas nuestras flechas

arcabuces, cañones y las lanzas.

Y se vinieron con ocho mil soldados

entre tupí, bandeirantes y mamelucos

cubriendo el Río Uruguay de costa acosta

con la parafernalia de su máquina guerrera.

 

Los enfrentamos frente al cerro Mbororé

en lucha a muerte por tierra y en el agua

y fueron nuestros golpes tan potentes

que en tres horas los teníamos de hinojos.

¡Ay Dios! de vencer estábamos seguros

nos salíamos de la vaina en dar combate

después que el cura guerrero en su homilía

con su arenga nos llenara de coraje. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

15- ARENGA DEL CURA JESUITA

 

Hermanos: Debemos tener bien en claro- que en este momento aciago- ¡Solamente debemos temer a Dios  y a nadie más!- Debemos entender- que al referirnos al temor a Dios- no es el caso temerle- sino diferenciar respecto de Él-  el bien del mal. Y sabiendo de qué se trata- cada uno estará en condición moral- de no ofenderlo con el pecado.

 

El temor de Dios  implica entender- que tenemos lucidez en diferenciar- cuando una cosa está bien-  o cuando una cosa está mal.  Recuerden  que es una gracia divina- otorgado por el Espíritu Santo- que nos dota de real  sabiduría- para obrar y actuar en la vida- frente al mandato de Dios.

 

Es un temor moral  y espiritual- diferenciado del temor físico del hombre- que es el miedo que siente- frente a peligrosa agresión. En tal escena se huye o se pelea. Se huye por real cobardía-  o cuando se está en inferioridad numérica- sabiendo que habrá oportunidad-  para reivindicarse después.

 

Pasó con nuestros sufridos hermanos- hace solamente diez años-  en el  duro martirio del éxodo- cuando huyeron por la necesidad-

 de salvar a la nación misionera- conservando en la intención- el fortalecerse y dar pelea- con el combate que hoy día- estamos dispuestos a dar. 

 

¡Ya ven hermanos!- Teníamos la alternativa de huir- y sin embargo nos aprestamos a batallar- porque ahora estamos fuertes- ¡sabiendo que aquí está el bien- y entendiendo que allá está el mal!- Pues ellos pelean por esclavizar al hombre- y nosotros lo hacemos por defender nuestra tierra- el futuro de nuestro pueblo y la libertad.

 

 ¡Por todo esto Hermanos!- ¡Luchemos que Dios está con nosotros!-

¡Y sólo a Él debemos temer!

 

Mbororé= románticamente se traduce (1) “Lo que fue alguna vez”. (2)Nnombre de un cacique.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

16- HOMILÍA (18-03-1641

 

Después de la Santa Misa

Ofrecida en acción de gracia

Por la fiera y cruel victoria  

En la bella región de  Mbororé

El Rector de los curas guerreros

Del grande ejército indiano

Lanzó la homilía siguiente

Dirigida a toda su gente.

Y para entrar en la historia:

 

Hermanos de la Nación Misionera

Tengan presente que eternamente

El territorio de la Mesopotamia

El territorio del Paraguay

El territorio del Perú

Y el territorio de los Orientales

Le deberán agradecimiento

 Porque evitaron con sangre y  fuego 

Fueran esclavizados por imperiales.

 

Por tanto hoy día ruego a Dios

Que los hijos de la raza blanca

O la emergente mestiza morena

En el infinito tiempo por venir

Os protejan y traten como héroes

Respetando vuestras tradiciones

El portento de sus construcciones

Hecha realidad en las reducciones

De la pujante Nación Misionera.

 

¡Id hermanos míos!

Y convivan en paz y libertad

Porque la paz y la libertad

Consiguieron en brava lucha

Dejando girones de vida.

Id y  convivid en familia,

 y en la divina gracia de Dios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

17- AVANTI  A COLONIA DEL SACRAMENTO

 

La avanzada lusitana.

Como cáncer en el mapa

Con la intención de expandirse

A la Banda Oriental llegaron.

Y en menos que canta un gallo

Sin mediar preaviso alguno

Fundaron en territorio Español

La colonia del Sacramento.

 

El porteño gobernador

De las nacientes Provincias

Se llevó un julepe flor

Y enseguida pidió socorro.

 

Por favor manden soldados

Pues yo no tengo defensa

Le dijo a los curas guerreros

De la Nación Misionera.

 

Vengan antes que arrasen.

Nuestra porteña ciudad

Con el ejército Misionero

Del virreinato el Goliat.

 

A la orden de a la carga

En un ataque potente

 Los hermanos destruyeron

La Colonia allí fundada.

 

En tanto quedaron tendidos

Ciento setenta cadáveres

Desparramados en el suelo

De la Colonia fundada.

 

Y ciento setenta cruces

Se levantaron enhiestas

En el primer campo santo

De la Colonia fundada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

18- DESOLACIÓN EN COLONIA DEL SACRAMENTO

 

La noche del seis de agosto- con fuerza brutal superior- dio comienzo a la invasión- en desolada región.

Como marabunta hambrienta- cayó el ejército indiano- sobre la población medrosa- de la Colonia fundada.

Los defensores escudados – en miserables defensas- aguantaron un suspiro- la embestida feroz- en tan pobrísima Troya

Aterraba la visión- pues en tan reducido espacio- se esparcían los cadáveres- y sonaban lastimeros- los ayes del dolor- y el llanto de las mujeres.

En el centro de la escena- una mujer abrazaba- el cuerpo de un oficial muy joven-  tirado en tierra encharcada- por la sangre derramada.

Los brazos del herido- correspondiendo a la vez- se aferraban a la mujer- de largo y negros  cabellos.

El hombre de cara al cielo- con los ojos ya sin ver- convulsionaba de a ratos- mientras se le iba la vida.

La espalda de la mujer- mestiza de ojos verdosos- mostraba flechas clavadas- y orificios de balazos.

Y el vestido antes beige- que luciera primoroso- tenía cubierto de manchas – de color rojo escarlata.

En actitud solidaria- la mujer pretendió cubrir- con su cuerpo el cuerpo del amado- tendido en el suelo inerme- de la ilusoria Colonia.

La tragedia llegó a su fin- cuando estos seres unidos-  exhalaron postrer suspiros- en el solar devastado- de la quimera Colonia.

 

Así los cuerpos sin vidas- de los infaustos amantes- dejaron libres sus almas- que etéreas  se elevaron- hacia la tierra Sin Mal- Edén del hombre inmortal.

 

     

 

         

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

19- EN BUSCA DEL PADRE ANTONIO RUIZ DE MONTOYA

 

Fueron a Lima a buscar

El cuerpo del Padre Antonio

Con el fin de sepultarlo

En campo santo misionero

De su querida Loreto

El pueblo que tanto amó

Y que eligiera vivir en paz.

 

Cien misioneros guaraníes

Recorrieron a paso cansino

Mil cien kilómetros de ida

Mil cien kilómetros de vuelta

A rescatar al Padre Antonio

Y ofrendarle en su responso

 El Réquiem de adiós terreno.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

20- RÉQUIEM AL PADRE ANTONIO

 

El pueblo del alma guaraní

Te despide, noble Señor.

En instancia de soterrar tú cuerpo

se expanda el espíritu fraterno

que liberó de la esclavitud

a tantos hermanos;

renovando la esperanza

al desperdigado pueblo.

Desorientado.

 

Ya sobre el éxodo espantoso,

Ave Fénix en la miseria,

Has creado una nación

de fe, libertad, paz y religión:

Las Misiones Guaraníticas.

 

¡OH Dios mío!

¿Qué joven de veintiséis años

deja el buen vivir de la ciudad,

el lujo, la vanidad, el oropel,

y se adentra a la mar de la selva

para unir hermanos y fundar pueblos?

 

Pueblo sobre otros pueblos

Treinta pueblos

del occidente del río Paraná

al oriente del río Uruguay.

Con sus leyes, autonomía y cabildos.

 

Pueblos de ideales elevados.

Pueblos con trabajo, pan y techo.

Una nación de iguales.

Sin ambición de las cosas terrenas.

Sin avaricia, sin odios, sin apropiaciones.

Con fe en Dios Nuestro Señor

que nos guía hacia el camino

de la Tierra sin Mal.

 

Hoy te despedimos Noble Señor,

en tu querida Loreto que tanto amaste.

Fuiste Marangatú en vida;

Ahora Santo caminante

en la eternidad de la Tierra sin Mal

 

Descansa en paz, noble Señor.

La Nación Guaraní, agradecida,

Te agradece.

Marangatú= santo caminante

 

 

21- ÚTIMA CARTA DEL PADRE JUAN.- 31-12-1699

 

Querida hermana Beatriz:

Convencidísimo estoy- que escribo mi última carta- en la cual rezando ruego- a la Virgen y al salido de su entraña- que en sublime acto de bondad- concedan elevarme junto a ellos- en la gloria de la excelsa eternidad.

No quiero presenciar en vida- la entrada del siglo venidero- enancando razón y luz de iluminados- y soterradamente innoble y artera traición- a nuestra magnífica y ascendente Nación.

Lo siento y me entristece presentir- que obras de bellezas palatinas- creadas por la imaginación del hombre- otros de la misma estirpe y condición- destruirán sin contemplación.

Se estudia en la humana evolución- que la civilización fuerte se impone- sobre otra de más débil posición- no que destruya a sus hermanas- Puesto que entre pueblos de afines comuniones- guiados por la razón de las ideas- Caín no mata a Abel- como presiento sucederá- con miles de  inocentes vidas- aniquiladas en combates fratricidas.

Pero, ¡oh, Beatriz!, ¿qué me sucede?- Que radiantes imágenes percibo- y otras etéreas que se acercan- en celeste universo de ilusión- y me pregunto si será visión de anciano- O voy rondando en otra dimensión.

Veo a Jesús acercándose sutil- y a la Virgen con dulzura y calidez- extender sus brazos hacia mí.

Veo intensa luz que irradia prestamente- inmensa paz de redención- y los rostros de espíritus serenos- volátiles desplazarse en derredor.

Veo a Ñaroí tan carialegre- y a los queridos San Ignacio, Antonio Ruiz y Aguaraí- ¡Y a papá y a mamá junto al Chamán! -en sinfonía de real felicidad.

Te veo a ti Beatriz de mi nostalgia- rodeada de nuestros hermanos entrañables- de parientes y amigos tan queridos- y de los niños que alegraron nuestra infancia.

Entonces mi querida Beatriz- si todo esto no es visión de anciano- ni espejismo de áridos desiertos- debo admitir conscientemente- que guiados de las manos de Jesús y de María- arribé al lugar donde no existe el mal- y a la vez reconocer que mis plegarias- fueron escuchados por ellos ciertamente

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

22- FUNERAL DEL ÚLTIMO CURA MARANGATÚ

 

La noticia de la muerte del Padre Juan- el último cura Marangatú viviente- cofundador de la República de los Jesuitas- corrió veloz por los treinta pueblos.

Atravesó en susurros selvas y praderas-el anuncio de la partida terrenal- de este querido ser tan singular- venerado por una nación agradecida- siendo las tres de la tarde de lluvioso día- el tiempo y la  hora de las almas bendecidas.

Según la primaria tradición- Los nativos volvieron a rezar- bailando y cantando por el santo cura- al son de tribales danzas milenarias- repitiendo en plañidero coro- versos funerarios del guarán.

 

Oraban con alegre sentimiento- presumiendo que el espíritu

del muerto- pronto hallaría a sus queridos seres- en el deseado espacio celestial- donde no hay corruptos ni existe el mal.

Lo llevaron a enterrar al cerro Mbororé- lugar sagrado del suelo misionero- con su sotana, su rosario y mirando al río- puesto que en tan mítico lugar- peleó junto al indiano regimiento- bajo el mando de los curas aguerridos- a fuego y sangre y apecho descubierto- por ser libres y vivir con dignidad.

 

Y cuenta la leyenda guaraní- esparcida in voce a los cuatro vientos- que allí el avá entendió con claridad -que la dignidad es la virtud moral- en que se apoyan la equidad y la libertad.

Marangatú= Santo caminante

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

23- COMIENZO DEL OCASO

 

¡Insólito! dijo el Mburuvichá, a los Tuvichá presentes-

El rey traidor pactó con el enemigo- En contubernio de escritorio-

La devolución de aquellas tierras- Que recuperamos a sangre y fuego-

Para gloria del hispano.

Y en la mesa diplomática- Decide sin nuestra anuencia-Trocar nuestros siete pueblos- Al oriente del Río Uruguay- Por Colonia del Sacramento.

 

¡Neike lo mitá! ¡Jamás permitiremos!- Y vayamos a la guerra- Contra los imperios unidos- De la España y Portugal.

Y culminando el suceso- El ejército Misionero- Se aprestaba a batallar- Antes de perecer- Como República Ignaciana- En los áridos y amarillos campos- Del bastión de Caibaté.

 

Y con voz quebrada por el llanto- Llena el alma de pena y compungido- El Benjamín de los Avá en la contienda- Vociferó funesta maldición- Que asemejó con profunda bronca- Un largo sapukai de rebeldía- Que trepidando a lo lejos resultaría- El último grito de plena autonomía- En la doliente Nación que fenecía.

           

 

Neike lo mitá= Vamos muchachos. Sapukai= grito del avá

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

24- LA MALDICIÓN DEL AVÁ

 

¡Escuchen malditos lusos y españoles!

Hasta ayer enemigos hostiles

hoy se acoplan con el fin de destruir

a seres humildes y sin maldad

ciudadanos que viven en libertad

por la sublime gracia de Dios.

 

Se unen casualmente por codicia

sin conformarse con lo que tienen

y cual avaros desean más y más

en la creencia que la felicidad final

reside en la riqueza material

por encima de la piedad cristiana.

 

Y sin importarles respetos humanos

pretenden echarnos de nuestro suelo

que supimos labrar con dignidad

en esta Nación erigida noblemente

organizada en sociedad comunitaria

la ilusión de otros pueblos del planeta.

 

Tengan presente en sus pobres vidas

que a ustedes también los echarán

en sangriento devenir no muy lejano

y no por trabajar la tierra dignamente

sino por absolutistas, por mezquinos

por crueles asesinos de inocentes.

 

Y la maldición de vuestros descendientes

que recibirán de herencia en este continente

será el enfrentamiento entre ellos mismos

sin que jamás encuentren el camino

que los lleve a lograr mínimamente

lo que ustedes se proponen destruir.

 

¡OH! Misiones República de iguales.

fundado en la moral y caridad cristiana

y en lo espiritual sobre el hado material

que ustedes hoy asolarán sin miramientos. 

Por todo esto soportarán en el futuro

falsos profetas y gobiernos hegemónicos

que embusteros prometerán uno tras otro

paz, justicia, igualdad y libertad;

Sueños nobles concretado por nosotros

y que ustedes  en odio “amancebados”

arrasarán con tremendo genocidio.

¡Por tal razón, malvados,  los maldigo.

                                                           Caibaté= hierba en la altur

 

25- CANTO DE FE DEL CHAMÁN ANTE LA MUERTE

 

Bendita es la estirpe de los Ñaró

que nos dieron hombres fuertes

 que ayudaron a levantar nuestra nación

 con inteligencia y templanza.

 

Que Tupá los bendiga,

porque ellos dieron al solar

 lo que tuvieron que dar

por la paz en tiempos duros,

y vivir en bonanza y dignidad.

 

Ahora Tupá nos dice:

“Han logrado lo que anhelaban,

comunión y paz espiritual.

 Como en la tierra sin mal.

 Multiplicaos de aquí en más

 a través de la mujer guaraní,

el vientre de la raza.”

 

Ellas, hermanos, son nuestro futuro;

 Y en agradecimiento recemos a Tupá

 por la llegada de la niña:

De nombre Amambay

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

26-CAIBATÉ

 

Montado en su ruano el Padre Sebastián,

con el torso desnudo y la cabellera al viento,

apenas si escuchaba del avá la maldición 

que lanzaba  aullando a los cuatro puntos.

Su mente sometida a la sensación visual

contenía únicamente el contorno natural

del verano más cruel castigado por el sol,

donde el amarillo sobresalía sobre el verde

que pronto marchitaría si seguía la sequía.

 

Nada conmovía al Padre Sebastián

ensimismado totalmente en su yo interior,

como si el ambiente exterior girara en paz

y lo alejaba de la realidad terrena.

Tal vez respondía a una orden superior

que lo instaba a permanecer muy calmo 

y lo hiciera percibir difusamente

el grito de “a la carga” del Mburuvichá

los bramidos y sapukai de los lanceros.

Y los cascos retumbando en polvareda

           

De repente iridiscentes refucilos

salieron de arcabuces y cañones

provocando alaridos de dolor

 y cadáveres dispersos por doquier.

¿Y si el silencio letal siguió a la muerte?

 ¡Entonces por fin! la guerra halló su fin

Pero, ¡Oh milagro! ¿Dónde estoy?

Se preguntó el cura sorprendido,

al ver el escenario ajado y  bronco

reanimar en revival colores glaucos.

 

La armonía viva de matices verdes

revestía pleno bucólico ambiente

y hasta la pálida y maltrecha fronda  

nuevas flores mostraba en los gajos.

Y el cerro Caibaté opaco y rocoso,

redimiendo esplendores pasados,

se cubría de musgo esmeralda,

en contraste  con el azul del cielo    

que expandía el eco de aves canoras

entre querubines rubios y morenos.  

 

La paz serena invadía  el ambiente

Y el Padre Sebastián contemplativo

Ya sin absorber el caluroso viento,

dejó de sudar y perdió todo escozor

que pudiera lastimarle el cuerpo.

Y los heroicos y nobles misioneros

defensores hasta morir de la Nación

se mecían sonrientes a su lado

morando en una nueva dimensión

 

Mítico lugar donde la paz hallaron

que los hacía felizmente guarecidos

de acechanzas y males terrenales

mientras sutil en sus almas se instalaba

la sublime calma del amor supremo

que los guiaba hacia la etérea cumbre

de la Tierra sin Mal tan anhelada.

Demiurgo infinito que los hizo musitar:

Mi Señor, sea eterno este sumo bien.

           

Padre Sebastián: Uno de los cuatro consejeros de Padre General  en Roma

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

27- DESPUÉS DE LA BATALLA

 

Los cadáveres de hombres  de torsos desnudos

Esparcidos sobre el campo de espartillos secos

Reflejaba el acto inmoral de la desigual contienda.

 

Tuvo su fin a la hora en que el sol  manda sus rayos

Con la fiereza infernal de los veranos más calientes        

Y vuelven locas a las víboras y alimañas de la siesta.

 

Pocos pájaros aleteaban en desolado tramo,

Salvo carroñas de pico curvo y mirada torva 

Que volando oscuros en tétrico pneuma 

Sopesaban lúgubres el  momento de posar

En las deshojadas ramas de espinillos mustios

O en el pedregoso páramo de la cruel contienda.

 

¿Qué atrae más a estos comensales del aire

Que llegan al festín sin ser invitados?

¿Los muertos desparramados por doquier?

O los pocos prisioneros amontonados

Que enlazados a otros tantos lacerados

Estoicos se desangran sin gemir dolor.

 

¿Dolor? Si desde el principio de los tiempos,

El guaraní fuerte y valiente en su donaire

Al caer herido en batalla o riña solitaria 

Jamás de los jamases revelará su tormento

Puesto que el dolor lo acerca a Ñande Yara

Habitante y dueño eterno de la Tierra sin Mal

Ensoñado lugar de los míseros humanos

 

 

Tierra Sin Mal= cielo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 28- LA ÚLTIMA CARTA DEL PADRE SEBASTIÁN

 

Caibaté de las Misiones, 8 de Febrero de 1756, año del Señor.

 

Estimado Padre General en Roma, Aloysius Centurione   

 

Cuando usted reciba la presente carta

ya no estaré en este mundo,

aunque sí en el lugar que todo cristiano

anhela residir después de muerto.

 

Ignoro el momento,

porque lo mío no es un suicidio,

pero, presumo,

será en unos días en el campo de batalla.

 

Mi intención primaria es pedirle disculpas

por no haberme despedido en el momento

en que decidí regresar a esta tierra

que a la vez es mi patria de adopción.

 

Tenía presente que de haberlo hecho

usted me habría reprochado mi deserción  

de las filas del Ejército Jesuita

lo cual habría generado pláticas vanas

e interpretaciones filosóficas y políticas

que en ese momento de crisis moral

no estaba en condiciones de afrontar.

 

En mi concepto abandoné  la Orden

¡no el sagrado Ejército de Cristo!

pues por encima de toda organización

primero está Él y sus santos  mandatos

que nos enseñan a amar al prójimo

y a defender por siempre a los desvalidos,

en este caso, a la Nación de las Misiones

acosados por la insolencia de reyes necios.

 

¿Recordáis la bienaventuranza del Señor

que nos dice que los mansos verán a Dios

y los pobres habitarán el reino celestial?

Ergo, los misioneros son seres pacíficos

con hambre y sed de justicia; sin embargo,

la jerarquía de la Orden no se comportó

con la entereza de la fe comprometida

al aceptar el trueque de los siete pueblos

y permitir la expulsión de sus habitantes

que penando están sin hallar consuelo.

¡Pero por Dios!,

tendrán el bálsamo de los perseguidos

habitar el Celeste Olimpo tras la muerte.

 

No me permitiré juzgar al hombre,

que dirige la Compañía de Jesús

¡No, por favor!; jamás lo haré

digo nada más que al aceptar

la excesiva presión imperiosa del rey

os habéis puesto en lugar incómodo.

Y yo, ante la alternativa de seguir en Roma,

decidí ponerme al lado de mis hermanos

que están sufriendo el agravio del despojo

¡de lo que siempre fue suyo!

 

Lo terrible no es solamente el abrupto desarraigo,

sino el haber destruido un modo de vida distinto,

al que Tomás Moro en su libro Utopía describió

y que en nuestra amada Misiones se transcribió.

   Utopía es un país inexistente, imaginado ideal,

fundado en la justicia, la bondad y la razón

bajo mínimas leyes terrenales.

Una sociedad cuyos primos principios sostienen:

la libertad, el bienestar general y la solidaridad,

y el lugar donde la avaricia y codicia no existe

¡ni tampoco la propiedad privada!

 

En Utopía trabajo y descanso son obligatorios

y lo obtenido de la producción comunitaria

se distribuye a cada cual según necesidad

respetando un mismo plano de igualdad.

Además es el lar donde la familia es el bastión

y a los ancianos lo veneran con respeto,

pues gozan de cuidados especiales

y revisten de mentores comunales.

Asimismo los nuevos gobernantes

duran un solo año en su mandato

luego remplazados por otros nuevos,

¡y si no sirven se los echan sin reclamos!

Igualmente entre ellos no hay esclavos

y los considerados en tal categoría

son los que han cometidos fechorías

y expían su pena labrando el doble.

 

Utopía está ubicada en una isla

en la cual cincuenta pueblos conviven

bajo equilibrados principios de vida

semejante a los treinta pueblos misioneros.

Y como nadie ambiciona lo que el otro tiene,

no hay guerras ni expoliación entre los pares.

No obstante están alertas y prevenidos

De ataques piratas y bucaneros sañudos.

 

En religiosidad son libres de profesar la fe

que cada uno considere conveniente

para satisfacer la conciencia y el espíritu

sin molestar a los que dicen que no creen.

 

Y si cerrarais los ojos y la mente volar dejarais

tratando de carear la índole de estos dos Estados:

Utopía y las Misiones Jesuitas

os seguro que no hallaríais diferencias.

Y si cotejarais estas repúblicas de iguales

con las del mundo ilustrado de los blancos,

comprobareis que existen extremas diferencias,

puesto que en la moderna civilización de Europa

la avaricia, la traición, la envidia

la falta de libertad, la pobreza y la injusticia

están a la orden del día.

 

En tanto las ambiciones desmedidas

corrompen los sectores del poder,

al punto que nadie está seguro de su puesto

desde que el hijo del rey mata por el cetro.

Y  el mismo rey para que herede el preferido,

en constantes intrigas palaciegas

que inclusive a su mujer la decapita

para casarse con la nueva favorita.

 

Si atisbamos el entorno subalterno,

el Canciller, los ministros, funcionarios,

amanuenses y hasta el mínimo ordenanza

temen caer del pedestal y ser depuestos

por aviesos y expectantes conjurados.

 

Y a  su vez, quienes  vienen en remplazos

advertirán al poco tiempo a codiciosos

tratando corroer sus plácidos asientos,

al punto de creer que vuestra jerarquía

sea ambicionado por nuevos Alcibíades

 

Y en tal ambiente de vasto desorden

se ven intrigantes y cofradías varias 

confabularse en tumbar la Orden

por arrebatarle toda su poder.

 

Y si les fuera posible a los Jesuitas

que expandieron la fe por el neo mundo

sin medir efectos ni daño profundo

los borrarían de la faz de la tierra.

 

Con esta misiva mi querido Padre,

os revelo el estado de mi espíritu

y la felicidad que embarga mi corazón

al haber encontrado aquí en la selva

mi rincón del mundo sirviendo al Señor.

Y lleno estoy de dicha sin igual

al exponer que el bienestar general

se construye cuando hay buena voluntad,

que en las Misiones se practica en libertad .

 

Y os digo sosteniendo  mis razones

sin ánimo de atizar los corazones

que allá afuera los blancos gobernantes

a brazo partido deberán luchar

por hallar entendimiento entre los hombres

que aquí en Misiones se pudo lograr;

Repito:

el principio de entendimiento que los guíe

a la senda constructiva del bien común.

           

Con esto me despido de todo corazón

rogando que encontréis en el Señor

la fortaleza que todo cristiano necesita

en las horas oscuras de la desazón.

Y principalmente usted la necesitará

que de aquí en más tendrá que lidiar

en soledad contra quienes mal nos quieren

teniendo al Santo Papa de único sostén.

 

Padre Sebastián Gamarra`.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

29- FINAL DE LA TRAGEDIA

 

Estimado Padre Superior

Contesto vuestra interrogación

Partiendo del mismo momento

En que nuestra congregación

Allegó por superior mandato

A suplir a la hermandad Jesuita

Expulsada en forma ignominiosa

De esta portentosa y vital nación

 

¿Situación actual?

Ha pasado más un año de nuestra llegada

Y el escenario no puede ser más confuso.

Siguen guaraníes abandonando los poblados

Yendo unos al norte adentrándose a la selva

Y otros hacia el sur en busca de cobijo y pan

Porque aquí nadie planta ni cosecha nada.

 

¿Y los bienes de la hacienda?

Rapiñadas entre los neo amos de estos lares,

Puesto si en extremo malo resultó a los vecinos

Que le hayan sustraídos los bienes terrenales:

Industrias, inmuebles, semovientes y yerbales

Muchísimo peor y  todavía más conmovedor

Ver niños llorando en busca de sus padres 

 

¿La venta de las tierras parceladas?

Fue realizada bajo un modelo inmoral

En el cual inescrupulosos funcionarios

Hicieron pingües y turbios negociados

Favoreciendo a una rancia camarilla

A hombres del poder con sus  amantes 

Y a surgentes capistotes indecentes

 

¿Las subastas de las grandes estancias?

Fueron repartidas entre pícaros criollos,

 Mestizos acomodados y jueces tramposos

Apoderando  lo mejor  de enormes campos

 De manera que pocos arrasaron con todo.

Y por necesidad los indigentes indios

Son sirvientes de esta naciente oligarquía,

Que al ser amos de personas y haciendas

Se erigieron en nueva casta de caudillos

Para colmo ignaros sin lustres ni brillos

 

¿La expulsión de los hermanos Jesuitas?

Fue inmensamente nefasto e indigno

Porque dio el golpe final que liquidó

El entramado socio-cultural y político

Y destruyó las pujantes reducciones

Que de haber seguido subsistiendo

Hubiera servido de modelo integrador

Con nuevos colonos que se avinieran

A convivir en este régimen socializado

Y en relación a otros pueblos afincados.

 

 

            ¿Y nuestra actual función?

Se limita a observar  con mucha pena

El  ocaso de los prósperos pueblos,

De la nación Misionera y Guaraní

Que paulatinamente son abandonados

Y  en breve se convertirán en taperas.

 

Impotentes asistimos a la diáspora

De habitantes  que todo lo abandonan,

No porque no sepan  gobernarse,

Sino  porque mantienen el concepto

Que en un sistema de libertad y justicia

No existe imposición ni expoliación

Y porque tampoco jamás aceptarán

El avance de la inmoralidad y la codicia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

30- EL SUEÑO

 

Usted sabe mi señor

Que yo anoche tuve un sueño,

Y en el sueño soñaba 

Que yo estaba en este suelo 

Y mis padres en el cielo;

Venturosos sonreían.

 

Soñaba que me decían

“No te preocupes “che” niño,

Que si allá hay odios sin unión,

Acá hay amores que unen,

Es por eso que algunos suben

Y otros se quedan abajo.

 

Suben, che niño, suben

Los desamparados sin techos,

Los hambrientos de justicia,

Los engrillados de la verdad

Que penando en soledad

Reclaman por libertad.

 

También suben, che niño suben

Los altruistas y el pordiosero,

Los bondadosos, los justos,

Los que reparten amores, 

Sea en la paz o en la guerra

Cumpliendo los mandamientos.

 

No suben, che niño, no suben

Los codiciosos y avaros,  

Los que usan a los necesitados,

Los aprovechadores de pobres,

Los asesinos y tiranos.

Esos mi niño no suben,

Tampoco los que rezan y son ladrones.”

 

Che niño= mí niño

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL TAJÍ (lapacho)

 

El cielo está encapotado

Gruesas nubes como espadas

Ennegrecen el espacio celestial

Hiriendo la carne del indio.

 

Cae la sangre indiana

Tiñendo todo de rojo

La tierra ancestral rubí

Escarlata las cataratas.

 

Más emerge el espíritu indiano

En la savia del Tají florecido

Cubriendo de rosa rosa

La espesura del bosque verde.

 

Y los chamanes siguen voceando

Que la indómita estirpe guaraní

desaparecerá de la faz de la tierra

cuando deje de florecer el Tají

y no hayan mestizos errando.  

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