Caso Gauto, el juicio: declaró el hijo de Jorge De Jesús y el fiscal puso en duda sus dichos

Como plato fuerte de la segunda audiencia del debate por el asesinato de la comerciante Ramona Gauto (37), ocurrido en mayo de 2010, declaró hoy el hijo del único imputado Jorge De Jesús (42). Se trata de Emiliano, quien detalló cómo fueron las horas previas al hallazgo de la víctima y los pormenores del momento en que dieron con el cadáver. Al final de su relato, el fiscal Rolando Oliva puso en duda sus dichos.
El muchacho de 19 años (tenía 15 al momento del hecho) confió que solía trabajar en la panadería familiar ubicada sobre avenida Cabred, especialmente en sus ratos libres, cuando no estaba en el colegio. Además y con más exclusividad los fines de semana.
Su trabajo, según contó, era de traslado de Ramona Gauto a realizar compras varias y llevar mercadería de un local a otro, pese a sus 15 años y de no contar con un carnet para conducir. Se movía en una camioneta utilitaria y el Fiat Duna del imputado.
Emiliano aseguró que un día antes de que encontraran muerta a la mujer, la había llevado a hacer unas compras a La Placita y a consultar sobre elementos que debía adquirir para los arreglos en uno de los locales. Al parecer tenían que ver con cañerías o electricidad.
Dijo que aquel 29 de mayo de 2010, jornada en que ocurrió el crimen, dejó a Ramona pasadas las 15 en su departamento del centro y que debía ir a buscarla una hora y media más tarde en el mismo sitio, ubicado sobre calle Colón casi Bolívar, en pleno centro posadeño.
Una vez que hizo algunos trámites referentes a los negocios y luego de pasar por su domicilio en Villa Cabello, el joven afirmó que le mandó un mensaje a Ramona a través de su celular y que esta le respondió al rato que “ya bajaba”. Para ese entonces el muchacho estaba en el local ubicado por calle Sarmiento, por lo que se subió a la camioneta y emprendió el viaje, que no era muy largo. Recordó haber llegado hasta la vereda del edificio donde vivía la mujer y que como ella no llegaba, dio unas vueltas.
Como había mucho tráfico, ya que es una zona céntrica, decidió estacionar y regresar hasta lo de Ramona a pie. Pero tampoco pudo dar con ella y como no tenía llaves en ese momento, le preguntó a su hermano menor (que estaba en la panadería de Cabred y es hijo de Gauto y De Jesús) si él tenía cómo entrar a la casa de su madre, ya que el menor vivía con ella.
Según Emiliano, su hermano le contestó que había olvidado las llaves del departamento en ese lugar y fue ahí cuando el muchacho recordó que tenía un juego de llaves en su domicilio de Villa Cabello.
Para eso ya había comentado la situación a su padre y la preocupación había ganado terreno en el entorno de la mujer asesinada, evocó el joven en su declaración.
Entonces quedó con su papá en encontrarse en la vereda del departamento de Ramona. Emiliano fue por las llaves. Explicó que contaba con ese manojo porque estudiaba en un colegio cercano y a veces iba a ese lugar a esperar y hacer tiempo para retornar sus actividades.
Dijo que apenas su padre y su hermano menor llegaron al edificio, fueron hasta el tercer piso. Juró que vieron la puerta entreabierta y fue su padre el que llegó primero hasta la habitación donde estaba Gauto con la cara tapada y sin signos vitales.
Comenzó un momento de angustia y por pedido de su padre, sacó a su hermano y se fueron a buscar a la Policía. Dieron con un efectivo en la Casa de Gobierno, ubicada a menos de una cuadra, siempre según su testimonio.
Agregó que la Policía y las autoridades judiciales fueron llegando al poco tiempo y no les dejaron estar más en el lugar. También que los revisaron y a él le encontraron heridas en la mano derecha. Al respecto explicó que se las hizo cuando vio a la mujer sin vida y producto del dolor y bronca, golpeó una parte de la pared del edificio cuando se retiraba a buscar ayuda.

Después del relato, vino la polémica. Fue por dos preguntas del fiscal Rolando Oliva. Las mismas fueron que si alguna vez se enteró o vio a su padre golpear a Ramona y si en un momento determinado la vio lesionada o con lentes oscuros. El joven dijo que no y que nunca supo que ellos tenían mala relación, al contrario que era muy buena. Fue en ese momento que Oliva pidió que se dejara constancia de que de Jesús hijo era un “declarante hábil”. ¿Qué quiso decir con esto? Según el propio fiscal, que “llegó con una declaración cuidadosa sin tratar de incriminar a su padre”.

Los demás testigos

Antes, se había dado el testimonio de cuatro efectivos policiales y de dos obreros que trabajaban en el edificio al momento del hecho. El primero de ellos fue Walter Romero, médico policial. Fue el primero en revisar el cadáver de Gauto. Contó de las múltiples lesiones que tenía, sobre todo en el rostro, que estaba morado.
El doctor también examinó a De Jesús y a Emiliano, el hijo de éste. Confirmó que el joven tenía algunas lesiones en las manos.
Cuando le preguntaron por la marca de zapatilla que Gauto presentaba en la frente, el testigo indicó que al momento del examen no se notaba, que tal impronta la detectaron al día siguiente los peritos de la Policía. Esa impronta, según la acusación, se la dejó la zapatilla de De Jesús.
Otro de los que compareció fue el comisario René González, quien  al momento del femicidio era jefe de la seccional Primera, que tiene jurisdicción por la zona en donde vivía Gauto. El uniformado explicó que cuando tomó conocimiento del episodio, llegó hasta el lugar y vio a De Jesús muy mal y sorprendido por lo que había pasado. Pero al ingresar a la habitación, fue uno de los primeros en darse cuenta que había una huella en una mesa plástica que estaba tirada cerca de la víctima. En ese momento su olfato de detective lo llevó a pensar que se podría tratar de un calzado tipo deportivo como el que tenía el ahora imputado. Entonces le pidió que le exhibiera la suela y allí fue que se generó el secuestro de las zapatillas por orden del juez Fernando Verón.
Cabe señalar que posteriormente, pericias mediante, se determinó que las huellas en la mesa y en la cabeza de a mujer coincidían con la suela de la zapatilla de De Jesús. Algo que ayer quedó demostrado y explicado por los especialistas que realizaron dicho trabajo.
También pasó ante los jueces el oficial Oscar Ayala, integrante del Comando Radioeléctrico Uno de la ciudad capital. Fue uno de los primeros en llegar al departamento de Ramona y recordó que en algún momento Jorge De Jesús le aseguró que a su ex mujer le faltaba una cartera que siempre llevaba ya que la usaba conjuntamente con un bolso para trasladar la recaudación de uno de los negocios.
Emiliano De Jesús también dijo que el día del crimen la comerciante tenía un bolso que al parecer nunca fue encontrado.
Gabriel Schilling, oficial de la Primera, fue otro testigo. No aportó mayores datos de los que ya habían dicho los otros efectivos policiales. Solamente estuvo resguardando el lugar antes de que llegaran las demás autoridades.
Además estuvieron en la audiencia de hoy dos obreros que trabajaban en ese momento en el edificio de Gauto, pero en el cuarto piso. Se trata de Gustavo Alarcón y Francisco de Asís Ortiz. Ambos aseguraron que no conocieron a la víctima y que no tenían llaves del inmueble. Que muy temprano les abrían la puerta y que ese 29 de mayo de 2010 se retiraron cerca de las 13 y no observaron nada raro en el departamento de la mujer asesinada.
Mañana continuará la audiencia desde las 8 con más testimonios.

El Tribunal Penal 2 que juzga a De Jesús está integrado por Marcela Leiva (presidente), Marcelo Cardozo y Roque Martín González. El acusado es asistido por los abogados particulares José Luis Rey y Carlos Contristano.

 

MG-MAS- EP

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