Nana, una perra abandonada, vivió sola y sin una caricia desde que su dueña murió hace dos años. Durante ese tiempo, permaneció en el patio de una casa que se encontraba a la venta.
El animal recibía las sobras de comida de los vecinos como única muestra de cariño, a través de la medianera.
Sin embargo, en los últimos días la vida de Nana cambió, ya que la vecina que la alimentó pidió ayuda a los bomberos voluntarios para que la rescaten.
Los bomberos se involucraron y pidieron el ayuda a la Policía para que los habilitara a ingresar al patio de la propiedad. Con el pedido concedido y el apoyo de un patrullero partió una dotación del cuartel de los voluntarios. Nana estaba herniada y enferma, al parecer la vecina se animó a llamarnos porque ya no quería comer.