Caso Lucía Maidana: encontraron las llaves del departamento de la estudiante y vuelven a apuntar hacia Nicolás Sotelo

Después de muchos meses de silencio, la causa por el asesinato de Lucía Maidana (23) volvió a tener novedades. Efectivos de la Policía encontraron el sábado un juego de llaves en el techo de una guardería ubicada casi enfrente a la Facultad de Humanidades, sobre la calle Tucumán. Este martes se hizo la prueba y dio positivo: son las de la pieza que alquilaba la estudiante de Comunicación Social que fue violada y asesinada en Posadas en abril de 2013.

El testigo que orientó a los investigadores para que concretaran el hallazgo dijo que quien tiró las llaves allí fue Nicolás Sotelo (24), que estuvo preso en su momento por el asesinato y luego fue excarcelado por falta de pruebas.

Hasta esta noche, no había orden de detención contra el apuntado. En el juzgado de Instrucción Uno, a cargo de Marcelo Cardozo, estaban analizando los pasos a seguir.

Fuentes cercanas al caso confiaron que el testigo en cuestión era amigo de Sotelo y que hace algunos meses se contactó con Felicitas Maidana, hermana de la víctima, para contarle que quería revelar un secreto: que sabía dónde estaban las llaves de la pieza de la universitaria, un dato que siempre desveló a los investigadores. Incluso este año, detectives de la Policía las buscaron en el techo de la Facultad de Humanidades, pero no encontraron nada. No sabían que estaban muy cerca de allí.

Aparentemente, el testigo, cuya identidad no trascendió, era compañero de salidas de Sotelo y en determinando momento las diferencias entre ambos los terminaron distanciando. Este joven detalló ante la Justicia que él estaba con Nicolás cuando este habría tirado las llaves arriba de la guardería.

El 6 de abril de 2013 a Lucía la violaron, la golpearon brutalmente y la quemaron en el inquilinato en el que vivía por calle Estado de Israel, no muy lejano al centro de Posadas.

La joven era estudiante de Comunicación Social de la Facultad de Humanidades. Según el informe del médico policial presentaba traumatismo de cráneo en región occipital, quemaduras en sus piernas, tenía los muslos calcinados, quemaduras en los brazos y tronco.

También se demostró que el asesino intentó limpiar la sangre en el lugar del crimen y quemar el departamento. La víctima, oriunda de Capioví, tenía restos de semen en el cuerpo lo que permitió comprobar que fue violada.

El 11 de abril de ese año, detuvieron a Sotelo, estudiante de Antropología de la UNaM. El 4 de mayo, lo liberaron, porque el cotejo de ADN dio negativo para él. En los meses siguientes, el joven volvió a ser noticia al ser denunciado por agresión por su pareja. Ahora la lupa vuelve a posarse sobre él.

Si los restos de ADN no corresponden a Sotelo, pero se comprueba que efectivamente fue él quien se deshizo de las llaves, él podría saber más de lo que cuenta sobre el hecho, que continúa impune.

Alejandro Jabornicky, abogado del estudiante de Antropología, le dijo a Radio República que en la Facultad se instaló la relación de Sotelo con las llaves para “reincriminarlo” en el hecho. Añadió que el joven pasó duros momentos y que en las últimas horas fue papá.

 

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Nicolás Sotelo, el sospechoso.

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