El contador Raúl Karaben consideró que desde el punto de vista productivo 2013 y 2014 fueron buenos años para el sector yerbatero y vaticinó un buen panorama para 2015 y 2016. Sin embargo, indicó que por la prohibición de Nación de subir los precios, los productores y el Inym deberán accionar fuertemente para sostener un precio razonable.
Desde el punto de vista productivo, Karaben consideró que 2013 y 2014 fueron años buenos para el sector yerbatero en producción y precios. “El 2013 fue mejor en cuanto a precios, en 2014 aumentó fuerte la producción y se espera que eso ocurra en 2015 y 2016 también porque hay muchas plantaciones nuevas ya que los precios están buenos. Así que vamos a tener un panorama productivo bueno en cantidad de kilos en las próximas zafras”, observó.
Asimismo señaló que el aumento de la producción de yerba hará que el principal problema por el que habían subido los precios, que era la falta de stock, vaya desapareciendo. “Es decir, vamos a un nivel de equilibrio en cuanto a kilos ofertados y demandados. Esto va a hacer que el precio de la zafra 2015 y 2016 tienda a bajar. Con lo cual el accionar de los productores y el Inym va a ser muy importante para sostener un precio medianamente razonable”, analizó.
En ese sentido consideró que los productores tienen razón en preocuparse por la restricción al aumento del precio de la yerba por parte de la Nación porque aunque no es un problema hoy, sí lo será a futuro.
“El precio de salida de molinos hoy se sitúa entre 22 a 26 pesos, ahí le sumás los impuestos y la ganancia de la cadena. La carga impositiva final de un paquete de yerba es del 34,1 por ciento, quiere decir que un tercio del paquete solamente es carga impositiva, otro tercio o más de entre 30 y 40 por ciento se quedan las cadenas, el sector mayorista y minorista implican una doble carga comercial que se queda con alrededor de un 40 por ciento”, explicó y agregó: “Además, los impuestos que cobra el Estado a la yerba mate, es el único producto de la canasta básica que tiene alícuota del 21 por ciento del IVA, todo el resto -como el pan, la carne y la leche- están al 10,5 por ciento o exentos algunos productos. Con esto el Estado tampoco resignó nada en la cadena de la yerba mate. Los únicos que pierden en esta cadena son el productor y el tarefero”.
Por último afirmó que el problema de base no tiene que ver con el ministerio Agricultura sino con que hay una gran presión política. “Hay técnicos que hace 10 años venimos discutiendo y trabajando en el tema, y desde Agricultura lo conocen muy bien, ellos no son el problema. El problema es político”, concluyó.
(LT17)
