Tres peritos forenses coincidieron ante el Tribunal Penal de Oberá que el cuerpo de Silvia Andrea González (15), la chica asesinada en octubre de 2001 en Campo Viera, estuvo oculto y que recién horas antes del hallazgo lo arrojaron al descampado donde apareció.
En una nueva audiencia del debate, que empezó la semana pasada, los testigos indicaron que por las condiciones en las que se encontraba el cadáver todo apuntaba a que durante algunos días lo colocaron en el baúl de un auto o en el entretecho de una casa, cerca de la chapa.
Dijeron que el cuerpo no presentaba la fauna cadavérica típica de uno que estuvo varios días a la intemperie y tampoco evidenciaba signos de haber sido atacado por alimañas.
Cuando la encontraron, el 18 de octubre de 2001, Silvia Andrea estaba en ropa interior y con una bolsa plástica en la cabeza. Por el avanzado estado de putrefacción no se pudo establecer si la violaron, aunque todo apunta a eso.
Los familiares de la chica siempre sostuvieron que la adolescente fue asesinada, en una fiesta de droga y sexo, a la que la llevaron obligada y que luego escondieron el cadáver, para finalmente arrojarlo adonde apareció.
Fuentes cercanas al entorno de la chica creen además que ella murió cuando la sometían a la práctica del “submarino seco”, una tortura practicada por uniformados de distintas fuerzas en tiempos de la última dictadura militar.
Además de los forenses, compareció un vecino que encontró el cadáver. El hombre contó que primero se acercó a diez metros de los restos y se alejó, porque el olor era insoportable. Después, añadió ya con efectivos de la Policía, llegó a estar a cinco metros. Pero que no logró ver de cerca el cuerpo, porque casi no se podía respirar de la fetidez.
Este jueves continúa el debate con la declaración de más testigos. Son nueve los sospechosos juzgados por el asesinato, cinco de ellos policías.
Para los forenses, el cadáver de Silvia Andrea estuvo oculto en un baúl o en un entretecho
