Un milagro en medio del horror del tifón en Filipinas

Fue un milagro en plena tragedia. En el país, murieron al menos 10.000 personas por el paso de Haiyan

El paso del tifón Haiyan, que provocó desde el pasado viernes la muerte de unas 10.000 personas, deja en Filipinas millones de historias trágicas: familias destrozadas, hogares destruidos y niños tragados por el agua. Sin embargo, en medio del desastre, Emily Ortega puede contar con orgullo su milagro.

Tras perder a su madre y su casa, arrastradas por los efectos del tifón, Ortega comenzó a sentir dolores de parto en el aeropuerto de la devastada ciudad filipina de Tacloban, donde se había refugiado. Médicos militares que atendían heridos corrieron a asistirla. Finalmente, dio a luz a la pequeña Bea Joy Sagales.

«Qué guapa es. La voy a llamar Bea Joy, en honor a mi madre Beatriz», dijo la joven, de 21 años. A su lado, estaba su marido, Jobert, quien no podía ocultar las lágrimas en sus ojos.

El tifón Haiyan, que azotó la ciudad filipina de Taclobán, pudo haber matado a unas 10.000 personas, según dijeron las autoridades del archipiélago este domingo, a medida que se hacía patente la extensión de la devastación causada por el fenómeno meteorológico y los horrorizados habitantes relataban que las marejadas fueron tan altas como los árboles.

En tanto, cifras divulgadas este domingo por Unicef dan cuenta de que hasta cuatro millones de niños pueden haber quedado afectados en Filipinas por el tifón; mientras que miles de sobrevivientes piden ayuda y buscan alimentos, agua y medicinas, amenazando con sobrepasar los recursos militares y de rescate.

Países como los Estados Unidos, la Argentina y Ecuador, e incluso el propio papa Francisco, manifestaron su solidaridad con el pueblo filipino y se mostraron dispuestos a colaborar en la atención de las víctimas.

 

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