Cuando el gobernador Closs le entregó ayer al Papa Francisco en la Plaza San Pedro el cuadro del pintor posadeño Carlos Miranda seguramente buscó transmitirle un mensaje al Sumo Pontífice. Eligió un cuadro, pero más que eso, eligió una mirada, cargada de expresividad.
Miranda trabajó meses estudiando las facciones de los guaraníes y se ilustró sobre la personalidad del gran cacique Andrés Guacurarí Artigas para empezar a bocetar lo que luego sería su obra. Hace unos meses, cuando recibió el encargo no sabía que terminaría en manos del mismísimo Papa. “Me convocaron para que preparara un boceto, después gustó y me encargaron el cuadro”, explicó Miranda, de 52 años, que tiene una academia de pintura en el centro de esta capital.
Al estudiar las facciones de los guaraníes, Miranda determinó rasgos que se repetían, desde lo más evidente, como los pómulos marcados, hasta variaciones en el nivel de la boca. “La boca está un poco más abajo en los guaraníes, a mitad de camino entre la nariz y el mentón”, dijo.
“La potencia del cuadro está en los ojos de Guacurarí , en lo que denota su mirada”, dijo el artista en diálogo con Misiones Online.
Esa mirada, cargada de rebelía y determinación fue la que el Gobernador le obsequió a Francisco, para transmitirle el cariño y el apoyo en representación del pueblo misionero, y acaso también, para trasladarle parte de esa determinación a un hombre, un argentino, que está transformando la Iglesia Católica desde que asumió, con sus gestos, sus palabras y su enorme vocación por cambiar las anquilosadas estructuras de la Iglesia Católica.
“Sentí orgullo al saber que el Papa Francisco recibió mi obra de Andresito”
